Ayer en este espacio ya dábamos cuenta de siete diputados que recibirían medidas de apremio (les llaman «sanciones disciplinarias») por su reiterada ausencia en las sesiones convocadas por el pleno de la 64 Legislatura.
La tibia medida de una amonestación privada, impuesta por la presidenta de la Mesa Directiva, Martha Elena Rodríguez Camarillo, quedó en un amago sin consecuencias, pues la sesión de este martes por demás accidentada fue el claro ejemplo de que la 64 Legislatura no tiene remedio.
De nada ha servido a la oposición el tener mayoría en el pleno si sólo ha echado mano de ese poder para romper quórum por atender «asuntos propios de su encargo» (o eso dicen los diputados), considerando de «urgente y obvia resolución» asuntos sin importancia, pero relegando a la congeladora los asuntos verdaderamente relevantes.
El colmo fue que a pesar de los constantes llamados a sesionar por parte de la presidenta de la Mesa Directiva, Martha Elena Rodríguez, después de varios recesos para intentar reunir quórum legal, hasta la diputada aliancista se ausentó de sus funciones en el pleno y fue una de los 16 legisladores que recibirán un día de descuento de su dieta como parte de esas «sanciones disciplinarias» por no atender la convocatoria.
O al menos eso fue lo que advirtió el diputado Ernesto González Romo en funciones de presidente de la Mesa Directiva, luego de la ausencia de Rodríguez Camarillo, de la vicepresidenta Priscila Benítez, de los secretarios Gerardo Pinedo y Gaby Basurto, e incluso de un expresidente de Mesa Directiva, José Juan Estrada.
Para todo hay pretextos y en esta ocasión los faltistas alegaron que a eso de la 1:30 de la tarde tenían citados a representantes sindicales ante la Comisión especial de seguimiento a la crisis financiera del Issstezac, recién creada, para escuchar sus posturas en torno al tema y no podían dejarlos esperando porque con eso de la «austeridad republicana», ni galletas ni café había para ofrecerles.
Eso sí, nadie dijo que la sesión ordinaria pudo comenzar hasta con una hora y media de retraso por la falta de quórum legal, precisamente por quienes a la 1:30 de la tarde agarraron sus chivas y se ausentaron del pleno. Ya ni la burla perdonan.
Lo peor es que no todos los faltistas pudieron excusarse con la reunión de la Comisión especial, en la cual únicamente participaron los diputados Cuquita Ávalos, Marimar de Ávila, José Luis Figueroa, Gaby Basurto y Karla Valdez, aunque las últimas dos no peretenecen a dicha comisión, según la propuesta formulada por la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) y aprobada por el pleno.
¿Y dónde estaban los 11 faltistas restantes? Ni Obama sabe dónde quedaron los diputados Violeta Cerrillo, Gerardo Pinedo, Susana Barragán, David González, Armando Delgadillo, Lupe Correa, Juan Mendoza, José Juan Estrada, Priscila Benítez, Armando Juárez y Martha Elena Rodríguez.
Todo ellos, los 16 faltistas, recibirán un descuento de un día de su dieta, algo así como 3 mil 400 pesos, porque vaya que tenemos diputados bastante caritos para una de las Legislaturas más improductivas en la historia de Zacatecas, que perciben más de 103 mil pesos al mes, más sus gastos en «comisiones oficiales» y «viáticos y gastos de representación», pero no los desquitan.
En fin, que mientras se mantuvo el quórum legal para llevar a cabo la sesión, para variar los diputados perdieron el tiempo en llamados a misa (ellos les dicen «puntos de acuerdo»), como el exhorto al Ejecutivo federal y estatal para poner fin a la huelga en la Mina San Martín, en el municipio de Sombrerete, que está a punto de cumplir 16 años y ningún gobierno ha podido destrabar el conflicto.
Y como los pretextos no se les dan en esta 64 Legislatura, los diputados también aprobaron cambios en las comisiones legislativas alegando que había sobrerrepresentación de bancadas o diputados que acaparaban su participación, lo que (dicen) obstaculizaba los trabajos legislativos. Pero horas más tarde quedaría más que claro que esta «productividad» era más una cuestión de voluntades para cumplir con sus obligaciones constitucionales.
Además, se aprobó citar a comparecer a los titulares de la SEDUVOT y de la Secretaría de Obras Públicas para que expliquen los avances y el cumplimiento de metas respecto al proyecto del Platabús, esa «herencia maldita» retomada por el «gobierno de la transformación», que tendría una inversión multianual de más de 2 mil millones de pesos, pero que lleva detenida 18 de los 21 meses que lleva la actual administración.
La falta de quórum para continuar la sesión obligó a suspender los trabajos del pleno justo cuando correspondía presentar la iniciativa de la diputada Georgia Miranda para emitir oootra convocatoria para elegir a un integrante del Consejo Consultivo de la CDHEZ, porque como se recordará, ha sido esta 64 Legislatura la que ha prolongado la definición de este nombramiento por evidentes intereses políticos. En su salud lo hallarán, pero que luego no reclamen.
Lo anterior obligará a cambiar el calendario de la iniciativa, que evidentemente requerirá de un periodo extraordinario para la elección de este cargo, considerando que el 30 de junio concluye el segundo periodo ordinario del segundo año constitucional.
Sin embargo, como ya hemos dicho en tantas ocasiones, a partir de julio nuestros diputados locales estarán más concentrados en el próximo proceso electoral, pues incluso hay quienes desde ya se encuentran justificando sus actividades proselitistas como «actividades propias de su encargo», por lo que hay muy pocas esperanzas de que ese nombramiento del Consejo Consultivo de la CDHEZ (y otros tantos y tantos asuntos que de verdad son «de urgente y obvia resolución») sean abordados por el pleno de esta 64 Legislatura.
¿Usted votaría nuevamente por alguno de los 30 diputados actualmente en funciones?