Mucho antes de que se llevara a cabo la jornada electoral para la renovación de la dirigencia sindical del SPAUAZ en mayo pasado, el rector Rubén Ibarra Reyes ya había dado muestras de su intentona por generar su propio coto de poder que le ayudara en futuras aspiraciones.
Ya en febrero de este año, el propio rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas había dado muestras del descaro con el que pretendía apropiarse del reclamo de miles de universitarios que marcharon para exigir a las autoridades paz y seguridad para Zacatecas.
Como se recordará, detrás de aquella marcha Ibarra Reyes pretendía utilizar la movilización para demostrar «músculo político», pero también en un intento por legitimar su imagen luego de que con el aval del Consejo Universitario, a base de trampas, aprobara una extensión del periodo de las autoridades administrativas por un año más.
Aquella marcha se le salió de las manos cuando los jóvenes que inundaron las calles del Centro Histórico no solo dirigieron su protesta contra el gobernador David Monreal y un «gobierno de la transformación» que se ha negado a hacerle frente al «tema de temas», sino también contra el rector que, cual dictador, pretendía imponer sus intereses sobre una institución autónoma que aglutina a más de 40 mil estudiantes y más de 3 mil académicos, sin contar a los trabajadores de la Máxima Casa de Estudios.
En su ambición de poder, no pasó desapercibida la intentona de imponer a su delfín Manuel Rivera en la dirigencia del SPAUAZ en mayo pasado, que finalmente perdió por escasos dos votos frente a Jenny González Arenas, a quien hasta el día de hoy se niega a reconocer en los hechos como nueva líder sindical.
Tras el triunfo, la negativa del entonces secretario general José Juan Martínez Pardo para la toma de nota y el proceso de entrega recepción reforzaron aún más el creciente enojo contra Rubén Ibarra Reyes por intervenir en la renovación sindical, aún aferrado a su efímero coto de poder y en una muestra de misoginia como no se había visto en al UAZ.
Pero el tema no ha quedado ahí. Desde que Jenny González fue reconocida legalmente como nueva secretaria general del SPAUAZ, el rector se ha negado a establecer una reunión formal de trabajo en pos de mejorar la relación con la parte sindical y avanzar en el cumplimiento de objetivos comunes.
La situación ha llegado a tal grado que la propia González Arenas ha hecho público un oficio donde solicitaba al rector una reunión en las instalaciones del SPAUAZ para esta semana a fin de que informara sobre las cargas de trabajo del semestre agosto-diciembre 2023, la situación financiera de la UAZ, y por qué no actualizó la nómina al semestre enero-junio 2023 en salarios y prestaciones, tal como se había comprometido para la segunda quincena de junio.
La reiterada negativa a este encuentro fue señalada por la dirigente sindical en el mismo oficio como «menosprecio al sindicato y falta de voluntad pollítica para atender asuntos de suma importancia y urgencia«.
Porque hasta donde se sabe, la líder sindical ha tocado puertas con diversas instituciones federales y estatales a fin de documentarse sobre estos temas que urge conocer al sindicato a fin de buscar soluciones, como fue el compromiso durante su campaña.
Sin embargo, en el camino se ha topado con la instrucción del rector Rubén Ibarra para que las autoridades le nieguen la atención a Jenny González o, en su caso, demoren entrevistarse con ella el mayor tiempo posible, una instrucción que no todos han seguido y que hoy tiene al rector incurriendo en actos desesperados en su ambición de poder.
Trascendió que en los últimos días se han girado oficios desde la Rectoría dirigidos a diferentes universitarios para cesarlos del cargo, en lo que parece un machote donde destaca como elemento común la «pérdida de confianza», el «incumplimiento de funciones», «conductas que no garantizan la plena eficiencia de sus funciones» y «falta de probidad» en las actividades desempeñadas.
En el fondo, estos oficios van dirigidos a quienes hoy disienten del proyecto político de un hombre que además de misógino, se va quedando solo, solo, solito. ¿Le alcanzará su pequeñísimo coto de poder (cada vez más reducido) para lograr sus aspiraciones políticas en el 2024?
Y sigue el «dedazo» en las licitaciones
Apenas hace unos días, el pasado 27 de junio, en Lalalá News dábamos a conocer ciertas anomalías en la licitación pública donde se adquirieron (o arrendaron, eso aún no ha quedado claro) 58 vehículos tipo patrulla, que fueron entregados la semana pasada por el gobernador David Monreal para dizque fortalecer las tareas de seguridad.
La sospecha no es gratuita. Desde que Manuel Eduardo Flores Sonduk llegó a Zacatecas luego de desempeñarse como director de la Policía Turística en el Gobierno de la Ciudad de México, diversos medios de comunicación hemos dado cuenta de las licitaciones y adquisiciones amañadas en la Secretaría de Seguridad Pública y a través del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública que hoy dice encabezar.
Y tema de las benditas patrullas hoy parece repetirse en el mismo esquema, como lo demuestra la Licitación pública con recurso de origen estatal de carácter nacional No. SAD-932079957-15-2023 para la adquisición de 38 vehículos tipo patrulla.
Según el acta de la Junta de Aclaraciones, disponible para consulta pública en el portal de la Secretaría de la Función Pública, habrían asistido las empresas Total Parts and Components SA de CV y Automóviles CGE de Zacatecas SA de CV.
Sin embargo, sólo la primera habría presentado propuesta técnica y económica, por un monto de 41 millones 597 mil 140.80 pesos más IVA; es decir, un monto global de 48 millones 252 mil 683.32 pesos.
Al ser la única propuesta presentada, no se descartaría que este jueves 7 de julio, a las 10 de la mañana, el fallo resultara a su favor, tal como ocurrió con la Licitación Pública con recurso de origen estatal de carácter nacional No. SAD-932079957-11-2023, relativa a la adquisición (¿o arrendamiento?) de 58 vehículos tipo patrulla, y que también obtuvo fallo en su favor la empresa Total Parts and Components SA de CV por un monto de 73 millones 648 mil 832.45 pesos (incluyendo impuestos).
Lo curioso es que en ambas licitaciones también se había documentado el interés de la empresa Automóviles CGE de Zacatecas SA de CV para participar, aunque ese interés quizá sólo se reduzca a firmar como mero testigo de un «dedazo» en las licitaciones de Flores Sonduk.
Porque el tema no termina ahí. También está el caso de la Licitación pública nacional No. SAD-932079957-14-2023, para la adquisición de uniformes tácticos prendas de protección y fornitura táctica para las instituciones de seguridad pública del estado de Zacatecas, solicitados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública.
Según las actas disponibles para consulta pública en el portal de la SFP, en la Junta de Aclaraciones se habrían presentado las empresas Industrias Blue Hole SA de CV, 399 Project Development SA de CV y Distribuidora Damago SA de CV. No obstante, únicamente esta última habría presentado propuesta técnica y económica en las 7 partidas en las que se divide la licitación, hasta por un monto de 38 millones 264 mil 617.71 pesos.
Lo curioso es que se trata de la misma empresa que en diciembre del año pasado habría logrado un contrato con el SEDIF (LP-SEDIF.ZAC-EA-35-2022) para la adquisición de 64 mil 600 cobertores para ser entregados en temporada navideña, por un monto de 14 millones 987 mil 200 pesos.
Bien raro que desde las bases de estas licitaciones del «gobierno de la transformación» se están imponiendo candados que limitan la participación de empresas locales y que en gran parte explican por qué los fallos han sido en favor de empresas foráneas. Así se entiende por qué no hay dinamismo en la economía local ni arrancan los dichosos «ejes tractores». ¿Eso también le duele mucho al gobernador David Monreal?