Esa es la pregunta que se realizan miles y miles de zacatecanos luego de que la taquería de Comunicación Social enviara un boletín de prensa presumiendo que el estado logró de Fitch Ratings una mejora en su calificación crediticia, que no es otra cosa que el manejo de su deuda pública.
Porque de nada sirve que el secretario de Finanzas, Ricardo Olivares Sánchez, haga malabares con el recurso público para que las diferentes dependencias cuenten con el presupuesto necesario para cumplir con sus metas proyectadas… cuando el gabinete de florero no está en lo que debe estar.
Los números, los datos duros, la información fría y cruda, de primera mano, ya la ofrecía por encimita la diputada Gaby Basurto durante su intervención en sesión de la Comisión Permanente del pasado 17 de agosto, donde advirtió que a estas alturas del año la «nueva gobernanza» tenía casi 1 mil 700 millones de pesos ahí guardados, sin ejercer (porque al oficialismo le enerva que le digan «subejercicios»).
La coordinadora del grupo parlamentario del PRI se quedó corta cuando afirmó que más del 80% del gabiente no sabe hacer para lo que el gobernador David Monreal les dio la confianza, a tal grado que «los titulares ni siquiera tienen el perfil para estar al frente de las dependencias«.
Y no son especulaciones, es lo que se interpreta de los multicitados informes financieros de la Secretaría de Finanzas. Porque según los informes del segundo trimestre del año, al 30 de junio apenas se habían devengado unos 216.3 millones de los más de 1 mil 866.5 millones considerados para los Capítulos 4000 y 6000, en lo relativo a Ayudas sociales, Subsidios y Subvenciones, así como proyectos de infraestructura (inversiones públicas).
Lo anterior significa que sólo se ha devengado el 11.5% de lo presupuestado en estos dos capítulos con los que se financian las principales acciones y programas de beneficio para la población. Y es información del primer semestre del año.
Pero vayamos al detalle de los datos duros. Porque, por ejemplo, en el Capítulo 4000 se ha proyectado un presupuesto por 917 millones 547 mil 84 pesos. Pero al 30 de junio las dependencias apenas habían devengado 121.5 millones, de los cuales solo se habían pagado poco más de 93 millones. O sea que todavía quedaron debiendo más de 28.5 millones de pesos.
Eso significa que a la «nueva gobernanza» le queda por ejercer en la segunda mitad del año el 86.75% de su presupuesto para Ayudas sociales, así como Subsidios y Subvenciones, algo así como 795.9 millones de pesos.
Muy atrás queda la máxima del obradorismo, eso de que «por el bien de todos, primero los pobres», pues no hay dependencia que no escatime recursos para ayudar a la población. Ahí tenemos a la Jefatura de Oficina del Gobernador y un tal «Zuñi» que apenas ha ha devengado el 8.77% de sus 24 millones de pesos presupuestados para Ayudas sociales.
No se queda atrás la Secretaría General de Gobierno que encabeza Rodrigo Reyes, y que al 30 de junio apenas había devengado 226 pesos de los 46.1 millones de pesos presupuestados en Capítulo 4000. Nada. Un caso similar al de la Secretaría de Economía que dice encabezar Rodrigo Castañeda y que en seis meses apenas devengó 16 pesos (sí, leyó bien) de los 25.6 millones presupuestados en este capítulo.
No es distinta la situación en el caso de dependencias como la SEDUVOT, que hoy encabeza Luis de la Peña y que al 30 de junio apenas había devengado el 2.08% (algo así como 866 mil pesos) de los más de 41.6 millones presupuestados para Ayudas sociales; o la SECAMPO que dirige Jesús Padilla y que en el mismo lapso sólo devengó el 8.61% (31 millones) de los 361.3 millones de pesos presupuestados para este capítulo.
Las cosas no pintan mejor en el caso de la obra pública, pues en el Capítulo 6000 de inversiones públicas las dependencias se proyectó un presupuesto por 948 millones 955 mil 763 pesos, de los cuales en los primeros seis meses apenas se devengaron 94.7 millones. Y luego por qué sigue paralizada la economía…
Eso significa que en la segunda mitad del año a la «nueva gobernanza» le queda pendiente por ejecutar el 90.01% de su presupuesto para obra pública, algo así como 854.1 millones de pesos.
Empecemos por el emblemático caso de la Secretaría de Obras Públicas que dirige Guillermo Carrillo Pasillas. Esta dependencia tenía presupuestados unos 638.1 millones de pesos en Capítulo 6000, pero al 30 de junio apenas había devengado el 14.83% (94.6 millones). O sea que en la segunda mitad del año tendría pendientes de ejecutar más de 543.5 millones de pesos.
Sin embargo, hay dependencias que están todavía peor, como la SAMA que encabeza Susana Rodríguez y que en los primeros seis meses del año apenas devengó 141 mil 500 pesos de los más de 163.5 millones presupuestados para obra pública.
En una situación similar se encuentran la SEDESOL, que no ha ejecutado un solo peso de los 59 millones en Capítulo 6000; o la SEDUVOT, que no ha tocado los más de 75.8 millones presupuestados en el mismo capítulo; o la Secretaría de Seguridad Pública que hoy encabeza Arturo Medina Mayoral, y que no devengó un solo peso de los 12.4 millones presupuestados para obra pública. Se nota que va viento en popa la construcción del C5i…
Por todo lo anterior, no es gratuito que la diputada Gaby Basurto señalara con los pelos de la burra en la mano que el gobernador David Monreal «está solo», porque «tiene un equipo que no le ayuda, un gabinete incompetente que no sabe cómo ejecutar recursos».
Y no es la única que espera que antes del segundo informe de gobierno, el Ejecutivo haga canmbios en su gabinete de florero y ponga al frente de las dependencias a personas con el perfil y la experiencia, pero principalmente que no sean indolentes con los problemas de Zacatecas.
Porque de nada servirá que Olivares Sánchez haya sorteado los recortes presupuestales de la Federación mientras sus homólogos no le siguen el paso. Si no, recuérdese que en el informe de Fitch Ratings sobre la calificación de Zacatecas, que se ratifica en «AA+(mex)», se señala que «se han incrementado los montos destinados para inversión pública en comparación a lo destinado en los dos primeros años de la administración. Por lo anterior se observa un incremento en el gasto de capital de la entidad«. Pero una cosa es presupuestar y otra ejecutar las acciones…
Eso sí, la «herencia maldita» de la deuda pública que ya bajó de los 7 mil millones de pesos para Zacatecas, hoy ha sido sorteada con otras «herencias malditas». Por un lado, Ricardo Olivares, que ya se desempeñaba en la SEFIN durante el «quinquenio diferente» y fue el artífice de los impuestos ecológicos (que hoy son fortaleza para la calificación crediticia).
Por el otro, la contratación de los SWAPS en la administración anterior, que no son otra cosa que seguros para la deuda pública y que ante la escalada de tasas de interés, han permitido que el estado tenga liquidez sin comprometer sus participaciones por un incremento en el costo de la deuda.
Así las cosas en la tierra del «bienestar y progreso»…
Es que todo se reserva para el cochinito de Ricardo Monreal, quien tendrá una costosísima campaña electoral en los medios de comuinicación nacionales.