Calificado como el tercer gobernador más corrupto en el país, David Monreal anuncia que se realizará una encuesta para consultar a la población sobre el proyecto del viaducto elevado en el bulevar, ese que costará a los zacatecanos más de 3 mil 600 millones de pesos, equivalentes a algo así como un millón de pesos por metro.
Ante una sequía severa que demanda con urgencia proyectos como la Presa Milpillas, la prioridad para la «nueva gobernanza» es un megaproyecto de apenas 3.6 kilómetros de extensión que sólo beneficiará a una parte de la zona conurbada, y que tampoco representa una solución a los problemas de movilidad.
Esta dinámica de consultar a la población sobre proyectos prioritarios no es nueva. Ya se había realizado al inicio del sexenio de Andrés Manuel López Obrador con el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles o la refinería de Dos Bocas. Consulta popular, le llamaron a dicho ejercicio en el que, haiga sido como haiga sido, ganó la aprobación de los proyectos.
En el estado de Zacatecas tuvimos otro ejemplo en la primera administración de Julio César «N», el exalcalde de la «honestidad» que hoy todavía prófugo de la justicia, al consultar a la población sobre la privatización del servicio de recolección de basura, entre otros proyectos.
En ambos casos, los proyectos se llevaron a cabo porque, según sus consultas populares, tuvieron el respaldo de la mayoría de la población consultada, tal como hoy ocurre con la dichosa reforma al Poder Judicial que pasará a parlamento abierto, aunque al final (seguramente) será aprobada en los términos que disponga que el Ejecutivo, sin moverle una sola coma.
Pero volvamos al viaducto elevado, mejor conocido como «segundo piso», una obra que no ha sido socializada, pese a que diputados locales aprobaron desde diciembre pasado el Presupuesto de Egresos 2024, incluyendo el financiamiento para dicha obra.
Así que la «nueva gobernanza» ha tenido seis largos meses para socializar el proyecto, incluso apoyándose en el Legislativo para un parlamento abierto de consulta ciudadana, donde los afectados, especialistas y autoridades (incluyendo representantes de ICOMOS e INAH) pudieran vertir sus puntos de vista y definir qué es lo mejor para Zacatecas.
Lo que no cuadra es que mientras el gobernador David Monreal plantea una consulta popular para definir si el proyecto va o no va, este lunes el propio secretario de Finanzas, Ricardo Olivares Sánchez, en entrevista para Estéreo Plata con Francisco Esparza, aseguró que el proyecto va caminando y que en próximas fechas, ahora sí, de veritas, de veritas, iniciarán las obras.
La versión del prodigio de las finanzas parece más certera debido a que en los informes financieros de la SEFIN, en lo correspondiente a las Notas a los Estados Financieros, el Fideicomiso para el viaducto elevado ya ha devengado en los primeros tres meses de este año más del 50% de su presupuesto.
Es decir, de los 1 mil 5 millones 416 mil 906 pesos de saldo inicial al comenzar el año, al 30 de marzo ya se habían devengado 528 millones 325 mil 536 pesos, dejando un saldo final en el primer trimestre de poco más de 477 millones de pesos.
Y esta información es la misma que se envía a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y a la Auditoría del estado y de la federación, cumpliendo con ordenamientos legales en materia fiscal y financiera, de modo que sería increíble pensar que la información es falsa, so pena de incurrir en un delito.
Así pues, lo de David Monreal es básicamente dorar la píldora para hacer como que consulta un proyecto que ya ha devengado más o menos un 14.6% del costo estimado sin que se haya colocado a la fecha un solo cimiento. Como quien dice, el proyecto va porque va, aunque el resultado de la consulta sea el rechazo al viaducto elevado.
Lo que quizá no se pensó desde la «nueva gobernanza» es que la dichosa consulta popular coincidiría con el proceso de revocación de mandato en caso de que algún ciudadano la solicite a partir del 9 de septiembre próximo.
Y con los antecedentes de ser uno de los peores gobernadores del país (en los últimos cinco lugares de aceptación) o el tercero con mayor percepción de corrupción, resulta una bonita fórmula para una adminstración que no levanta.
También habría que pensar de dónde se financiará la dichosa encuesta (¿o era consulta popular?) para continuar con la farsa de una decisión ya tomada, porque esos 10, 50 o 100 millones de pesos que pudiera costar bien pudieran aplicarse en otras prioridades para Zacatecas.
No vaya siendo que al final los zacatecanos no tengan agua en sus domicilios, pero ya tendrán su segundo piso. ¿O usted qué piensa, estimado lector?