Ciudad de México.- Amalia García Medina, Senadora zacatecana por Movimiento Ciudadano participó como oradora en la sesión solemne del Senado de la República donde se inscribió en el muro de honor la leyenda: “A las sufragistas que nunca se rindieron y abandonaron la lucha por la libertad” que se realizó en el marco de la conmemoración del 71 aniversario del sufragio de las mujeres.
“Las mujeres sí, hemos hecho política toda la vida, hemos influido en los acontecimientos, hemos cambiado a nuestro país, desde la publicación de las revistas para acabar con la dictadura y la apertura de los talleres literarios en donde estaban las mujeres, no solamente tomando las armas, sino construyendo un país mejor”, manifestó García Medina.
La legisladora zacatecana fue oradora en representación del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano en la sesión solemne del Senado y a continuación se reproduce íntegramente su mensaje:
Para mí es realmente una oportunidad extraordinaria para hacer una reflexión de fondo. El título, las letras que están aquí son “A las sufragistas que nunca se rindieron ni abandonaron la lucha por la libertad”. Y esta imagen está acompañada de una urna, la urna para votar, y salen una gran cantidad de mariposas.
Cuando hablamos de las sufragistas estamos hablando de un derecho fundamental, un derecho ciudadano civil, el de votar y poder ser elegidas y estar en los espacios de decisión.
Para mí es fundamental que lo asumamos con mucha alegría y con mucho reconocimiento, que la política, que, desde mi punto de vista en la definición, que me parece pertinente que traigamos aquí; que es el arte de influir en los acontecimientos fue un instrumento utilizado por las mujeres antes de poder sufragar y de poder estar en espacios de decisión.
Hermila Galindo sin tener la posibilidad de votar ni de ser elegida en ese momento hizo política, y participó activamente con los constituyentes del 17 intentando que en la Constitución quedara establecido, negro sobre blanco, con perspectiva y lenguaje de género la palabra “mujeres”, el derecho de los hombres y las mujeres, los mexicanos y las mexicanas.
Y esos grandes revolucionarios, no todos, pero una mayoría, le negaron esa posibilidad a Hermila Galindo y a todas las mujeres, bajo el argumento de que la palabra “mexicanos” las incluía también a ellas.
Algo absolutamente falso, porque después del constituyente del 17 Hermila Galindo se inscribió para competir para Diputada federal en el distrito 5 del Distrito Federal; perdió, pero ella intentaba abrir camino.
¿Qué sucedió inmediatamente después de eso? Que se reformó la legislación electoral, ¿y saben en qué sentido?, para que dijera que el voto correspondía a los mexicanos varones, excluyendo a la mujer.
Es decir, el lenguaje de género importa, como dijo la Presidenta Claudia Sheinbaum, y ha dicho el movimiento feminista, lo que no se nombra es como si no existiera, porque nos invisibiliza.
Y Hermila Galindo intentó que dijera “mexicanos y mexicanas, hombres y mujeres”. Y se le negó ese derecho.
Pero las mujeres hacían política, estaban influyendo en los acontecimientos, aquí se han mencionado nombres formidables, mujeres que eran como gigantes.
Y se ha mencionado, se ha traído a esta tribuna el nombre de Dolores Jiménez, ¿quién fue Dolores Jiménez? ¿Qué hizo Dolores Jiménez? Redactó el Plan de Ayala con Emilio Zapata.
Eso hizo Dolores Jiménez, estaba participando sin poder votar ni ser elegida Diputada, pero redactó uno de los textos más importantes de la historia social y política de nuestro país.
Y puesto que aquí hay una ministra en funciones, una presidenta del Tribunal Federal Electoral, y estaba presente, pero estuvo presente, y está porque respalda esto; la presidenta del Instituto Nacional Electoral.
Yo quiero traer también aquí la reflexión colectiva, el caso muy importante de Elvia Carrillo Puerto.
¿Y por qué hablo de Elvia Carrillo Puerto? Porque un debate que todavía se da hasta el día de hoy es cómo actuar ante la ley. Y hay quienes plantean que se debe atener, quien legisla y quien interpreta, a la literalidad.
Algo absolutamente inaceptable, porque si nos atuviéramos a la literalidad muchas no hubieran llegado.
Y en el caso de Elvia Carrillo Puerto, mientras en el ámbito federal la palabra “mexicanos” se refería solo a los varones. En una interpretación avanzada de progresividad el gobernador de Yucatán, y también Felipe Carrillo Puerto, integrantes del Partido Socialista del Sureste, lo que hicieron fue una interpretación progresiva, establecieron el principio de progresividad al decir: Elvia Carrillo Puerto puede ser candidata a Diputada en Yucatán. Y lo fue.
Si se hubieran atenido al concepto literal hubiera dicho “mexicanos”, y no hubiera llegado a ese escaño.
Por eso el día de hoy en la interpretación de la ley la progresividad, que además es un derecho humano que está en el artículo 1 de nuestra Constitución es esencial. Y a la hora de interpretar ese principio debe estar presente.
Las sufragistas aun sin el voto hicieron política, aquí mencionaba la Senadora Malú Micher del El Frente Único Pro-Derechos de la Mujer. Y en los años 30 ese Frente Único, Pro-Derechos de la Mujer que llegó a tener más de 50 mil afiliadas.
Imaginemos ese movimiento formidable y extraordinario durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas. Y pedían el voto, pero pedían mucho más.
Y dentro del Frente Único Pro-Derechos de la Mujer se conformó una corriente feminista, que se llamó a sí misma esa corriente de mujeres “La República de las Mujeres”, para poner en el centro el derecho a votar.
Por eso hoy con las sufragistas decimos:
“Las mujeres sí, hemos hecho política toda la vida, hemos influido en los acontecimientos, hemos cambiado a nuestro país, desde la publicación de las revistas para acabar con la dictadura y la apertura de los talleres literarios en donde estaban las mujeres, no solamente tomando las armas, sino construyendo un país mejor”.
Termino diciendo que la conquista del derecho al voto y de ser elegidas es una conquista fundamental, porque el espacio público de decisión y el de las instituciones de la República es nuestro espacio.
Hemos, finalmente conquistado ese derecho a partir de la lucha de nuestras antecesoras, de nuestras ancestras, de nuestras abuelas, de nuestras madres, bienvenida a la política, porque las mujeres queremos, lo hemos hecho y seguiremos influyendo en los acontecimientos.