El Oso Medina

Sería por allá del 2002 cuando entré por primera vez a la Universidad Autónoma de Zacatecas, cuarto semestre de preparatoria en el Plantel 1. Tendría unos 16 años y algunos meses cumplidos cuando escuché por primera vez su nombre: Luis Medina Lizalde, mejor conocido como “El Oso” Medina.

Don Gumaro, el bibliotecario de aquel entonces, nos hablaba con frecuencia sobre la vida universitaria y sus grandes “héroes” que habían luchado por la autonomía universitaria, la democratización de la educación y la divulgación del conocimiento sin la intervención (represora) del Estado. Y en todas las anécdotas que nos contaba siempre salía a relucir El Oso Medina.

Don Gumaro y buena parte del profesorado de aquel entonces también citaban su nombre con frecuencia y entre los pocos alumnos que escuchábamos esas anécdotas nos imaginábamos a un hombre de ideales juveniles (años después nos dimos cuenta de que su juventud distaba como treinta años de nuestra juventud) que buscaba justicia y democracia para la vida universitaria.

Con ese ideal pusimos nuestro empeño en pintar una manta para recordar el 2 de Octubre y colgarla en pleno patio central de la Prepa 1, un acto que no pareció a la autoridad educativa y pues pasó lo que tenía que pasar: una suspensión por “alborotadores”.

Muchos años después de aquel suceso, ya en mis primeras andanzas como periodista, seguía sonando “El Oso” Medina en el discurso de las figuras públicas, algunos para bien y otros para mal. La mayoría coincidía en que se le podía encontrar religiosamente cada mañana en el Acrópolis tomando un café. Y así era, aunque desde que tengo memoria, siempre he tenido su imagen del bigote y el cabello canosos.

Años más tarde, siendo editor en el periódico Imagen de Zacatecas, cada domingo y cada miércoles editaba su columna “El Recreo”. Seguía sin conocerlo personalmente, aunque en ocasiones debía llamarle para aclarar alguna imprecisión en su columna. Recuerdo que en aquel tiempo una vez llegué a preguntarle al director del periódico, Luis Enrique Mercado, por qué seguía publicando “El Recreo” si tenía una línea muy diferente a la línea editorial. Y hasta la fecha recuerdo su respuesta: “al que piensa diferente hay que tenerlo cerca”.

Hará cosa de un par de meses que tuve la oportunidad de entrevistar por primera vez en mi vida a Luis Medina Lizalde y aunque fue vía remota por eso de la pandemia, creo que empezó a cambiar la idea que me había formado de él y hasta hace unos días que por fin pudimos sentarnos frente a frente, en una charla informal, definitivamente es otro Oso Medina del que me había imaginado desde mi juventud.

Hasta ahora entendía por qué tantas referencias entre los universitarios hacia su persona. El 68 fue un parteaguas en su vida y eso se ha reflejado en su andar por la vida pública en Zacatecas. Muchos han sido los políticos que han ido y venido en sus andanzas, algunos ya con una carrera política muerta y, sin embargo, El Oso Medina se ha mantenido vigente en boca de todos durante todo este tiempo. Dos décadas de seguir dando de qué hablar.

No es particularmente afecto a los medios de comunicación, pero tampoco lleva una pelea en su contra por “infamias”, imprecisiones y descalificaciones hacia su persona. En general parece llevar una relación sana con todos los grupos excepto uno y eso, por mantenerse firme a sus ideales. Me da la impresión de que para El Oso Medina, MORENA es una especie de familia que busca un bienestar colectivo. Es de esos patriarcas donde bien podría aplicarse el dicho de “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.

Su discurso, muy culto, hay que decirlo, a veces me da la impresión de que parece muy teórico para las clases populares, esas que forman la base de MORENA, pero algo tiene que te convence del punto de vista que está exponiendo y lo hace de una forma muy sencilla. No ha tenido necesidad de andar por aquí y por allá metiéndole lana a encuestas y medios de comunicación para que hablen de él. Su influencia ha sido tal que sigue siendo citado en la vida pública de Zacatecas, a pesar de no estar directamente en ella.

Un día dijo: “la crisis está en las cúpulas” y el pleito por la dirigencia nacional hoy lo demuestra. Por más que se presuman fotografías con el presidente Andrés Manuel López Obrador, eso no es garantía de nada. Creer que sí es un error. Ese es el MORENA en el que cree, un MORENA muy diferente al que se hace ver en boca de otros aspirantes a la dirigencia estatal o a algún cargo de elección popular.

Por fortuna el COVID-19 no nos arrebató al Oso Medina en esta etapa tan importante para la historia de Zacatecas y el país. Habrá Oso para rato.