Luna Nueva: No solo de pan se vive

Este será el segundo año consecutivo, en la historia reciente, que no habrá Procesión del Silencio en Zacatecas; este Viernes Santo se celebraría el 471 aniversario de la escenificación si no se hubiera suspendido a causa de la pandemia por COVID-19 en 2020.

El dato más antiguo que se conoce de alguna Procesión del Silencio en Zacatecas es de 1550, según se documentó en una investigación del cronista Bernardo del Hoyo; y antes de esta “suspensión involuntaria” solo había dejado de representarse durante movimientos armados como la Independencia, la  Revolución y Cristiada.

A partir de 1940, la devoción por la procesión del Viernes Santo renació en fieles de los templos de San Juan de Dios y Nuestro Padre Jesús; cada quien hacía la propia hasta que en 1989 el obispo Javier Lozano Barragán sugirió unificarlas.

Desde entonces, cada Viernes Santo miles de almas (creyentes o no) se congregaban en las principales calles del Centro Histórico para ver la sigilosa Procesión en la que participan cientos de fieles en un acto de fervor.

Esa noche, bajo la luna llena, literalmente salen o habían salido en procesión 14 imágenes religiosas, custodiadas por miles de creyentes, vestidos de diversas maneras, con velas en las manos, capuchones algunos y otros atuendos que remontan a la época en que Cristo fue crucificado.

Once de las que 14 imágenes que se llevan en andas son devocionales, es decir, se les rinde culto en algún templo de la Diócesis de Zacatecas y son joyas de arte sacro, lo que la hace única en el mundo.

Son 16 cofradías las que hacen posible la escenificación, tras meses de preparación, en todos los sentidos.

La pandemia nos ha privado de muchas cosas y aunque tal vez las nuevas generaciones tienen otros intereses con la revolución propiciada por Internet y la expansión que nos ofrece la globalización en todos los ámbitos de la vida, las tradiciones de Zacatecas, religiosas o no, son parte de nuestra identidad aunque no a todos nos gusten.

Recuerdo que desde que era niña, mis padres me hacían partícipe de las tradiciones de Zacatecas, de las cuales no pueden ni deben quedar fuera las de corte religioso, pues hasta los no creyentes admiran la devoción con que son organizadas las representaciones litúrgicas en nuestra ciudad, no solo la Procesión del Silencio, que es la más representativa, sino también, por ejemplo: los 33 Credos el primer viernes de marzo en el templo de Jesús, el lavatorio de pies, la bendición de los Cirios, el Domingo de Ramos, la visita a los siete templos el Viernes Santo, el viacrucis…

Con la llegada de la Semana Santa se agolpan en mi mente recuerdos de aquellos años que en hombros de mi padre veía las escenas del viacrucis que salía del templo de Jesús; todavía veo como en una película que quedó grabada en mi cabeza, una imagen de la virgen llorando.

Recuerdo que me impresionó que movía los brazos (ahora sé que con un motor) para secarse las lágrimas con un pañuelo blanco que llevaba en las manos, mientras en los altavoces se oía su llanto y lamentos por la muerte de su hijo.

Toda mi vida (tengo 48 años) he relacionado al barrio de San Francisco y al Templo de Jesús con la Semana Santa… con el delicioso olor a enchiladas que prevalecía en todo el barrio y en el mismísimo Vergel, una suerte de huerta donde vendían flores que ahí se cultivaban y se estilaba que los muchachos compraran para regalar a las muchachas, y también ahí se vendía pulque, cerveza y refrescos y la gente se sentaba a la sombra de frondosos árboles a refrescarse.

Y para los más chicos, en la plazuela de García los juegos mecánicos, los juguetes baratos, las melcochas, los muéganos y algodones rosas…

Este año, igual que el anterior, no habrá nada de eso… La pandemia nos obliga a vivir nuestra fe cuidándonos y aunque todas las tradiciones son bonitas, al menos para mí lo son, es más bonito tener salud y vivir.

Este año, según he sabido, los organizadores de la Procesión del Silencio trabajan para hacerla virtual ante la imposibilidad de retomarla como ancestralmente se entiende. La tecnología, la fe y la disposición de devotos laicos harán lo que no pudieron hacer el año pasado por la premura ante la declaratoria oficial de cuarentena.

De esta manera el próximo viernes 2 de abril, a las 8 de la noche, se podrá ver la Procesión del Silencio de Zacatecas desde donde estemos, por las plataformas de Facebook: de la Diócesis de Zacatecas, Procesión del Silencio AC, Parroquia de Nuestra Señora de Fátima de Zacatecas, Templo de San Juan de Dios Zacatecas, Santuario de Nuestra Señora de Patrocinio de Zacatecas.

Será una nueva forma de mantener vigente la tradición con la que se representa el acto litúrgico en el que aparece el cortejo fúnebre que trasladó el cuerpo de Jesús, del Monte Calvario al sepulcro, y el dolor de la Virgen María a causa de la muerte de su único hijo.

1 comentario en “Luna Nueva: No solo de pan se vive”

  1. Carlos Landeros Márquez

    Excelente escrito amiga mía y si verdaderamente está pandemia nos ha cambiado un poco la vida, ya hemos dejado de hacer algunas cosas, pero tengo fé en que pronto algún día pasará, cuando seamos conscientes de tomar las medidas necesarias para salir exitosos de este acto que nos ha llevado a la pérdida de familiares, amigos y conocidos, pues bien como cada partícipacion en tu nota te felicito como siempre un fuerte abrazo

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