¿Se desgrana la mazorca en MORENA?

Una vez que ha circulado la posible integración de planillas y candidaturas de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) a diputaciones locales, alcaldías, sindicaturas y regidurías, es cada vez más evidente la intervención de un grupo que logró imponer perfiles a su contentillo.

Algunos pensarán que esto significa una derrota anticipada en las urnas el próximo 6 de junio, al considerar el notable rechazo de la propia militancia de MORENA hacia estas imposiciones. Incluso ya lo decía este jueves el dirigente estatal del partido (aunque las cúpulas se nieguen a reconocerlo), Fernando Arteaga: al Comité Estatal no lo han enterado de ninguna parte del proceso y no se le ha considerado tampoco, pero no serán tapete de nadie.

Es muy pronto para que el movimiento enfrente una crisis de estas dimensiones, pero no fue algo que sucediera de la noche a la mañana. Tuvieron que pasar diversos hechos para llegar a las circunstancias que hoy tienen en vilo a MORENA y al Lópezobradorismo.

Ulises Mejía Haro pudo ser quizá uno de los primeros indicios de lo que vendría. Resistió hasta donde pudo y finalmente optó por aliarse con el Partido Encuentro Solidario (PES) para no quedar fuera de la contienda y continuar con el Lópezobradorismo, secundado por Iván de Santiago y otros más.

Pero no ha sido el único perfil que ha tenido que abandonar (temporalmente) las filas de MORENA. Este jueves Ricardo Arteaga Anaya anunció su salida del partido y su postulación como candidato a diputado local por el Distrito 2 (el mismo por el que contiende Ulises Mejía Haro), por las siglas de PAZ Para Desarrollar Zacatecas.

Y seguramente habrá más perfiles en los próximos días que cambiarán de playera con tal de participar en la contienda. ¿Pragmatismo político?, ¿ambición personal?, ¿caballos de Troya?, ¿o simplemente estrategia?

Me parece que en el fondo no se trata de decisiones aisladas. Para nadie es secreto que militantes de todo el país llevan más de 50 días con la toma de las instalaciones del Comité Ejecutivo Nacional de MORENA en la Ciudad de México, con manifestaciones similares en diversas entidades, todas en rechazo a esta política de imposición de candidaturas que no cuentan con el respaldo de las bases, amén de que su postulación en muchos casos no se apegó a los estatutos, incluyendo la del actual dirigente nacional del partido.

¿Hacia dónde transita el movimiento? Habrá quien piense que se desgrana la mazorca, pero nada tan alejado de la realidad. Decía que no se trata de decisiones tan aleatorias porque considero que más bien se trata de buscar alternativas al Lópezobradorismo fuera de MORENA, unas siglas que se han corrompido con la intromisión de algunos actores que buscan otros intereses.

Esta corrupción del partido tampoco tiene contenta a la militancia, la cual seguramente optaría por emitir su voto a favor de aquellos que hoy puedan llamar “desertores”, que siguen siendo Lópezobradoristas, pero a quienes la imposición desde las cúpulas les cerró las puertas para participar en la contienda. De ahí la búsqueda de otros horizontes, principalmente partidos locales, desde donde puedan continuar la lucha a menos en este proceso electoral.

El Lópezobradorismo, entonces, transitará hacia la búsqueda y respaldo de aquellos perfiles por quienes hubiera votado la militancia de haber participado bajo las siglas de MORENA. Por el contrario, negará su respaldo a los perfiles impuestos para encabezar las fórmulas de MORENA, aunque quizá los votos que se reúnan no pongan en riesgo la existencia del partido.

Finalmente, de ganar los perfiles Lópezobradoristas que “desertaron” de MORENA, solo contribuirían a que el movimiento sobreviva a la crisis interna del partido y entonces sí, dedicarse de lleno a depurar al partido que fundaron. Es la etapa en la que el movimiento tiene que demostrar que es un movimiento, más allá de un mero partido.

Ya lo había dicho Luis Medina Lizalde hace algunos meses: hay quienes construyen destruyendo y eso le ocurre en este momento a MORENA, pero alguien lo permitió. Sin embargo, de comprobarse esta dinámica, tal vez los números de las encuestas no estén reflejando lo que pasará en las urnas el próximo 6 de junio: votar por el Lópezobradorismo, no por MORENA, así sean militantes.

La gran pregunta es si triunfará el Lópezobradorismo para que transite la Cuarta Transformación a pesar de MORENA, o si la dinámica que se proyecta entre la militancia favorecerá a unos cuantos perfiles, a costa de que la oposición gane espacios, incluyendo a Claudia Anaya en la gubernatura.