Por: Kattia Trejo
Cada día se comenten delitos ambientales en el mundo que van desde tirar la basura en la calle hasta el derrame de aguas negras en los mares. Esto desencadena una serie de problemas socioeconómicos, aunque los efectos del avance de la industria son más visibles.
Sin embargo, algunas empresas no hacen algo para enfrentar esto, a sabiendas de que es el futuro que dejan a sus hijos, como un mundo contaminado y con pocas posibilidades de desarrollo, aumentando problemas como el cambio climático, deforestación, sequía y desabasto de agua.
No todo es negativo, algunas organizaciones unen esfuerzos e implementan estrategias para mejorar el entorno ambiental. Son empresas ambientalmente responsables no solo por cumplir la normatividad ambiental, sino por la conciencia de mejorar las actividades productivas, buscando alternativas tecnológicas donde el impacto ambiental sea reducido a su mínima expresión.
La responsabilidad social ambiental consiste en crear programas, planes y estrategias cuyo objetico es la conservación del ambiente y mitigar parte del daño causado por las empresas y los consumidores. Es una acción voluntaria que genera beneficios a la sociedad, en este caso al ambiente, que va desde tomar la decisión de no tirar un residuo a la calle, hasta la promoción de campañas de reforestación por las grandes empresas.
Aplicar la responsabilidad social ambiental es renovar la dimensión de la culpabilidad por parte de las empresa, realizando explotaciones desmedidas y de los pequeños consumidores al aplicar un inadecuado manejo de los desechos o residuos. Se trata de erradicar o mejorar en la medida de lo posible los efectos negativos producidos en la naturaleza, además de fomentar iniciativas que promuevan el desarrollo de las buenas prácticas en el ámbito ambiental.
Es necesaria la inclusión de la responsabilidad social ambiental para actuar en congruencia, generando regulaciones para todos, tanto para grandes como pequeños generadores de residuos, promocionando el desarrollo sustentable, aplicando esta responsabilidad en conjunto autoridades, sociedad civil, organizaciones no gubernamentales e iniciativa privada.
El cuidado del medio ambiente es responsabilidad de todos, recordemos que el medio ambiente no tiene fronteras, límites, ni murallas que le eviten viajar por el mundo.
Las empresas deben tener claro que al aplicar una responsabilidad ambiental social, además de contribuir a cuidar el medio ambiente, les permite mejorar su imagen, lo cual puede repercutir en un efecto positivo sobre las ventas, reducen los riesgos de sanciones y multas, producto de comportamientos irresponsables, mejoran su reputación, se vuelven más atractivas tanto para inversores, personal nuevo y capacitado, así como para los consumidores que prefieren comprar productos amigables con el medio ambiente, además de generar un impacto positivo en las comunidades al mejorar las condiciones de vida de la población.
La responsabilidad social es tarea de todos, es hacer un movimiento social de nuestras acciones individuales, es decir, tomar conciencia de que todo lo que hacemos repercute de un modo u otro en la vida de los de los demás. Así pues, entendemos nuestra propia responsabilidad social como una responsabilidad mundial para cuidar nuestra casa, nuestro planeta.