Por: Enedina Velázquez
El CONEVAL publica trimestralmente el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) para observar la evolución del poder adquisitivo del ingreso laboral de los hogares y analizar los cambios en la pobreza laboral, cuya estimación es realizada con la ENOE por lo que el cálculo de la pobreza laboral con la ETOE es temporal.
Así que, de acuerdo a los datos del mes de junio de 2020 tenemos que la población ocupada fue de 48.3 millones de personas, lo que representa un incremento de 10.9% comparado con la población ocupada en mayo que se ubicó en los 43.6 millones. Gráfica 1.
Más de la mitad de la población ocupada no cuenta con acceso a los servicios de salud, tal es el caso de la población que labora en la informalidad que pasó de 20.7 millones de personas en abril a 22.6 en mayo y ascendió a 25.6 millones de personas en junio de 2020. Gráfica 2.
En el último mes (junio) el número de ocupados sin acceso a servicio médico se incrementó en tres millones de personas. Por lo tanto, este grupo de población es más vulnerable a una situación de salud como consecuencia de la pandemia de COVID-19, pues en caso de no recibir atención en una institución pública, tendrían que hacer uso de su ingreso para cubrir gastos médicos. Gráfica 3.
Si a esto sumamos al 5.5% que corresponde a la tasa de desocupación la tasa de 24.3% de los que se encuentran laborando en condiciones críticas de ocupación (es decir, las personas que se trabajan en condiciones precarias y con salarios bajos), esto aunado a la caída de las actividades económicas, dificultará la recuperación de la economía mexicana, del poder adquisitivo y el mercado laboral formal con mejores ingresos que permita a las personas trabajadoras tener una mejor calidad de vida.
Si el ingreso laboral aumenta más que el valor de la canasta alimentaria, el poder adquisitivo del hogar mejora y la pobreza laboral disminuye. El porcentaje de personas en pobreza laboral en junio fue de 48.1%, que representa una disminución de 6.8% respecto al dato de mayo que fue de 54.9 por ciento; el ingreso laboral aumentó 10.4%, al pasar de $1,422.24 en mayo, a $1,570.74 en junio de 2020. Gráfica 4.
La precariedad del empleo en nuestro país no ha permitido superar la pobreza laboral. Además, no existe en México un seguro de desempleo que incluya la seguridad social; la mayoría de los mexicanos no cuenta con una relación laboral permanente con prestaciones laborales.
Tan sólo de abril a junio se han perdido cerca de un millón de empleos con acceso a los servicios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y como consecuencia de la COVID-19, muchas empresas pequeñas han tenido que cerrar, por lo que es urgente generar una política de apoyo a las MiPymes para sean más productivas y competitivas y puedan pagar mejores salarios a sus trabajadores.
Magníficoa información que refleja la aun gran deficiencia en la recuperación del empleo formal con todas sus prestaciones y que que pasara con los millones de desempleados faltantes.
Espero que pronto nos podamos recuperar, saludos
Urge apoyos a pequeña y mediana empresa que generen empleos formales. Es muy triste la situación sin ingreso y sin servicio a servicios de salud.