Por: Enedina Velázquez
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) es un organismo público descentralizado de la Administración Pública Federal y el responsable de la medición de la pobreza en México.
El CONEVAL mide la pobreza en varias dimensiones. Define a una persona que se encuentra en situación de pobreza cuando tiene al menos una carencia social de acuerdo a los siguientes indicadores: 1) rezago educativo, 2) acceso a servicios de salud, 3) acceso a la seguridad social, 4) calidad y espacios de la vivienda, 5) servicios básicos en la vivienda y 6) acceso a la alimentación; por último y el más frecuente es la pobreza laboral.
Con el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), el CONEVAL genera información para observar la evolución del poder adquisitivo del ingreso laboral de los hogares y, con base en este, analizar si aumenta o disminuye el porcentaje de la población cuyos ingresos laborales son insuficientes para adquirir la canasta alimentaria para alimentar a todos sus miembros del hogar.
Mediante estimaciones realizadas por el CONEVAL con la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) generada por el INEGI, entre abril y mayo de 2020 se observa una caída del ingreso laboral real de 6.2%, al pasar de $1,516.93 en abril, a $1,422.24 en mayo, reflejando un aumento en la pobreza laboral. Gráfica.
El valor de la canasta alimentaria varía según el lugar de residencia: en el mes de junio de 2020 el valor mensual por persona en la línea de pobreza extrema por ingresos en la zona rural (canasta alimentaria-rural) era de $1,170.92 y en la zona urbana (canasta alimentaria-urbana) de $1,640.00.
En el primer trimestre de 2020 (antes de la contingencia sanitaria), el porcentaje de las personas en pobreza laboral en México fue de 35.7%, lo que significa que poco más de 45 millones de personas del país se encontraban en esta situación.
De acuerdo con la ETOE, en esta contingencia se estima que durante el mes de abril el 53.1% de la población del país se encontraba en situación de pobreza laboral, incrementándose en mayo al 54.9%, equivalente a 69.8 millones de mexicanos que no podrían adquirir los bienes de la canasta alimentaria.
El mercado laboral presentó modificaciones relevantes. Las personas que entran a una situación de pobreza son en su mayoría informales que pierden su empleo. De acuerdo con cifras del INEGI, de las personas que salieron de la pobreza laboral en mayo y que en abril formaban parte de la Población No Económicamente Activa (PNEA); el 27.4% se empleó en el sector informal y el 7.6% en el sector formal.
Derivado de lo anterior, vemos que el mercado laboral informal está creciendo, mientras que la ocupación formal disminuye. Asimismo, como consecuencia de la contingencia del COVID-19, la brecha laboral entre hombres y mujeres se ha incrementado, ya que mientras que en el primer trimestre de 2020 aproximadamente 1.9 millones de hombres y 3.8 millones de mujeres se reportaron como PNEA disponibles para trabajar, para mayo, se estimó que 8.5 millones de hombres y 10.9 millones de mujeres se encontraban en esta situación.
Los datos son verdaderamente preocupantes, pues vemos que se profundizará la desigualdad y la pobreza y el crecimiento de la informalidad, que trae como consecuencia principal la falta de acceso a los servicios de salud, cuando la salud es un derecho humano fundamental que debe ser garantizado por el Estado, por lo que las iniciativas para paliar los efectos de la pandemia deben considerar el acceso universal a los servicios de salud.