Por: Heraclio Castillo
Este martes 8 de septiembre el gobernador Alejandro Tello ofrecerá su cuarto (y tal vez último) Informe de Gobierno, sobre un año de labores marcado por la pandemia. ¿Que ha quedado a deber? Sí, ha quedado a deber, pero también ha cumplido en otros aspectos donde hasta nos dio pilón.
Mi primera entrevista a Alejandro Tello fue al día siguiente de haber sido nombrado candidato a la gubernatura. En aquel entonces, hará cosa de casi cinco años, en las redes sociales circulaba una noticia desvirtuada en la que, decía la nota, Alejandro Tello buscaba desaparecer la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). En todo su gobierno ha demostrado lo contrario, porque siempre ha respaldado al rector en turno en buscar las mejoras requeridas para nuestra Alma Mater.
En aquella entrevista, más allá de todos los temas abordados, en general vi a un hombre que le tomó por sorpresa la noticia de su candidatura, pero que en el fondo se sabía con la capacidad para el reto que se le venía. Y no ha sido fácil, pues desde su triunfo en las urnas ha cargado con el lastre de un partido que abusó de la confianza y se permitió los excesos, abandonando los ideales de sus bases.
Su gobierno no ha sido brillante. Y no porque no le eche ganas. La circunstancia que ha vivido Zacatecas en estos últimos cuatro año ha marcado el ritmo a las acciones. Si se ve desde afuera, hasta se podría pensar que el gobierno de Alejandro Tello se dedicó a poner orden en la casa luego de una algarabía sexenal.
El primer paso fue administrar la deuda porque, de otro modo, ni siquiera las administraciones venideras podrían con el paquete. Y le rascó hasta debajo de las piedras para tener los dineros suficientes que le permitieran mantener el barco a flote. Aún hay déficit, es cierto, pero a medio camino le quitaron recursos a Zacatecas.
Y aunque los programas sociales que se impulsan desde el Gobierno de México son un aliciente, no compensan los recortes a áreas sustantivas que también inciden en la generación de empleos. De aquel Plan Estatal de Desarrollo que se gestó en el 2016, dos años más tarde le fue impuesto lo que debería ser su prioridad y que tal vez no corresponde con la ruta que se buscaba para Zacatecas. ¿Cómo cumplir si no te dejan cumplir?
Pero tampoco es una justificación. Hay errores que siguen atravesando los sexenios (en este caso, quinquenio), con figuras que engordan la nómina sin ofrecer resultados, que simulan, que meten el pie a propósito, que juegan con dos patrones al mismo tiempo. Los hay traidores. Pero en Alejandro Tello no se vislumbra un perfil vengativo.
En su serenidad, ha aprendido a ser firme en sus exigencias y en algunos casos ha dado resultados. Muchos exigieron en su momento su renuncia, tal como hoy se exige la renuncia del presidente Andrés Manuel López Obrador. No pasó y no pasará.
Hoy ha hecho frente a la pandemia por el COVID-19, como Dios le ha dado a entender a cada gobernador que no le halla a la estrategia federal. Solo que me ha saltado una duda últimamente: de haber ganado en el 2016, ¿David Monreal habría podido con este paquete, con dos gobiernos de partidos diferentes, en un quinquenio marcado por la pandemia, por los recortes al presupuesto, por los embates a la política fiscal que no han permitido despegar a Zacatecas? Luego pienso en la desaparición del Crédito Ganadero a la Palabra y sigo bebiendo mi taza de café.