La planeación es una tarea fundamental para lograr cualquier cosa que nos propongamos hacer, con mejores resultados, así, el alumno debería planear sus actividades del día siguiente o de la semana; un administrador debe planear sus gastos; un arquitecto su obra; un candidato, su campaña; un gobernante, el plan de desarrollo.
No siempre es así, muchas veces se realizan actividades en forma desorganizada y sin control, dejando de lado las cosas realmente importantes y muchas veces dan como resultado algún problema que no habíamos previsto precisamente por no darle importancia a la planeación.
En 1930 cuando iniciaba el proceso de industrialización en México, se creó la Ley sobre Planeación General de la República, cuyo propósito fundamental era la elaboración de estudios y programas, después se establecieron objetivos y la acción del gobierno.
El plan sexenal 1934-1940 partió de un diagnóstico muy amplio pues se consideró muy importante contar con un programa definido y se incorporó el concepto de desarrollo económico.
Posteriormente, se incorporó al programa nacional, el desarrollo urbano y vivienda, haciendo énfasis en la problemática de la distribución de la población, así como de las actividades económicas y localización de las zonas con mayor potencial del país.
Así en las últimas décadas, se ha impulsado un proceso de planeación más ordenado, de acuerdo a la realidad de cada región. En la década de los ochenta se crearon los Comités de Planeación para el Desarrollo de los Estados (COPLADE), desafortunadamente, han sido pocos los planes regionales que han tenido éxito.
Parte de las deficiencias de la planeación regional es que existe poca coordinación entre los estados y sus municipios, pues esta se da mediante una negociación político-presupuestaria, y al pasar al siguiente nivel, pesan más los intereses políticos tanto de la entidad federativa como de la Federación.
Para que exista congruencia en los tres órdenes de gobierno, la planeación municipal y regional debe estar articulada al Plan Nacional de Desarrollo (PND) y muchas veces sus objetivos y estrategias no se alinean al PND.
Luego vinieron los foros de consulta popular o ciudadana, supuestamente como un mecanismo participativo democrático en el cual los ciudadanos externan sus demandas de servicios o aspiraciones, que serán incorporados en el Plan y Programas de desarrollo, sin embargo, muchas de las veces, el Plan ya ha sido realizado por una empresa y poco o nada de la voz del ciudadano se ve reflejada en la planeación. Entonces, ¿qué es primero? La participación ciudadana, cuando ya está elaborado el Plan.
En cuanto a los planeadores de las diferentes dependencias, han pasado por diversos cursos, talleres, diplomados como: Gestión Estratégica, Presupuesto basado en Resultados, Presupuesto base Cero, entre otros. Insisto, se han realizado muchos esfuerzos y han mejorado los procesos de planeación, sin embargo, falta congruencia.
En conclusión, considero que la planeación es muy importante en cualquier trabajo, pero en la administración pública existen muchas deficiencias en el sistema de planeación, entonces, ¿cómo pretendemos rendir cuentas claras a la hora de evaluar los resultados?