Este 20 de octubre de celebrará el Día Mundial de la Estadística, una fecha que se festeja cada cinco años y que en esta ocasión tendrá como tema de reflexión “Conectar el mundo con datos en los que podemos confiar”, para analizar la importancia de la confianza, los datos autorizados, la innovación y el bien público en los sistemas estadísticos nacionales.
A lo largo de 100 ediciones, en Lalalá News hemos procurado ofrecer temas de interés para nuestras audiencias, en muchos de los cuales integramos la estadística porque estamos convencidos de que es una herramienta fundamental para la planeación, el análisis en temas de coyuntura, la transparencia y la rendición de cuentas, pero también tiene utilidad en muchos otros aspectos de nuestras vidas.
Hoy contamos con un banco de información muy importante gracias al noble trabajo que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), pero rara vez nos ponemos a pensar en que la primera institución de estadística en México nació bajo el mandato de Porfirio Díaz, ese al que no quiere la Cuarta Transformación, pero que nos legó el primer censo de población en nuestra historia en 1895.
En aquel entonces éramos apenas poco más de 12 millones de mexicanos y 125 años después ya somos casi 120 millones de personas. De ese tamaño ha crecido nuestra población, pero también los problemas que nos aquejan como habitantes de una misma nación y para cada problema hoy contamos con enormes bases de datos de diferentes instituciones para analizar todos los factores que influyen para encontrar una solución.
O al menos esa debería ser una de las tareas de los gobiernos, pues es muy fácil caer en la demagogia, las verdades de perogrullo y las apariencias, pero desconociendo realmente en qué situación se encuentra la población para la que gobierna.
Gracias a los indicadores que nos ofrecen estas bases estadísticas hoy sabemos dónde se requiere invertir en la introducción de servicios básicos, en qué regiones hay mayor rezago educativo, dónde se concentran los focos rojos de inseguridad y hasta el grado en que el comportamiento de la economía afecta al bolsillo de las familias, a tal grado que podemos medir cuántas personas tienen los ingresos suficientes para la canasta básica y cuántos ni siquiera tienen acceso a la alimentación.
Y ahora con todo lo que ha implicado la pandemia por el COVID-19, claro que afectó la manera en la que se levanta la información que alimenta estas bases de datos y desde el INEGI han tenido que adaptarse a modelos híbridos, como la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo, para que sigamos contando con información actualizada, confiable y que permite tomar decisiones a los gobiernos para seguir haciendo frente a esta contingencia sanitaria.
En puerta tenemos ya un proceso electoral en el que aquellos aspirantes a un cargo de elección popular deberían estar integrando sus propuestas basados en lo que nos ofrece la estadística, haciendo proyecciones, integrando proyectos y calculando escenarios con base en todo ese banco de información para presentarse en campañas con propuestas que de verdad atiendan a las necesidades reales de nuestro estado y nuestros municipios y no solo caigan en la demagogia y el discurso barato, simplista y sin propuesta.
Porque una cosa es haber recorrido los 58 municipios y cada una de sus comunidades, andar de aquí para allá tocando puertas, visitando a la gente, reuniéndose con ella, tomándose fotos que se suben a las redes sociales con X finalidad, y otra muy diferente es conocer el estado desde la realidad que nos ofrece la estadística: cuántas personas y en qué regiones viven en pobreza y pobreza extrema, en rezago educativo, con carencia alimentaria, con carencia por espacios en la vivienda, por falta de servicios básicos, incluso aquellos que no cuentan con un documento de identidad como un acta de nacimiento.
De otra forma, sin propuestas basadas en esa realidad numérica, sin la interpretación de esos bancos de datos, difícilmente cambiaremos la percepción de la política y de los políticos, que se han convertido en los nuevos conquistadores: venden espejitos para robarse las riquezas, aludiendo a ese indigenismo que tanto gusta a la 4T.
Felicidades por la información de variables Macro y microeconomicos, necesarias para entender el desarrollo de la economía del país y los Estados, mucho por eso.