Pronto será Día de Muertos, es raro cómo por el Covixxx se van cancelando, posponiendo o como sea que se quiera ver, muchas de las tradiciones en todos lados.
Cuando la Angelilla estaba chiquita me daba miedillo sacarla a pedir el muerto porque me daba pendiente que por el frío se enfermara de la tos o la gripa, con el tiempo se me vino la idea de llevarla en el carro y si veía una casa con chiquillos amontonados ahí me paraba.
Luego caí en cuenta que otra opción era comprar dulces y que los regalaran, pero se los comían mi mamá y ella.
Años después nos íbamos caminando al centro y pedíamos en algunos lugares pero principalmente nos sentábamos a tomar café en la Bodeguilla, donde siempre le guardaban un dulce a mi escuincla.
Así fue pasando el tiempo y pasamos de pedir a que solo se disfrazara y ya con eso se sentía la reina del baile.
Este año confío en que todas las mamás serán bien lindas y optarán por disfrazar a los escuincles y que todos sean los reyes del baile; así evitaremos contagios culeros como los que están ocurriendo y que lamentablemente está atacando intensamente a todos.
Me preocupa la onda de pensar que haya quienes sigan en su onda de no creer que está ocurriendo este show, y que de pronto las estadísticas de la semana siguiente al día de muertos sea mayor el número de niños contagiados.
Mi hija está resignada, se va a disfrazar y maquillar para estar en casita y evitar contagios. Estamos conscientes de que todos nos vamos a contagiar, pero también debemos comprender que no todos vamos a sobrevivir; no pasa nada si evitamos un poquito el riesgo que implica salir a pedir un dulce a lugares en los que quizá nadie vaya a dar.
Hay muchísimas cosas que me preocupan, pero la que más me afecta es que este año, si no hacen conciencia las personas, mi casa va a quedar muy maldita y embrujada, más embrujada que en otros años.