Uno de los desafíos ambientales de nuestro tiempo es el cambio en nuestros patrones de producción y consumo. Por ello debemos ser consumidores responsables e inteligentes. Si queremos un medio ambiente sano para nosotros y las siguientes generaciones es necesario que transformemos nuestros hábitos de consumo para hacer más y mejor con menos, aumentando la eficacia y eficiencia al momento de satisfacer nuestras necesidades.
Consumo sustentable es cuando somos conscientes del impacto de nuestras decisiones de consumo sobre el medio ambiente. Una persona consumidora responsable es aquella que, además de conocer sus derechos, se guía por criterios sociales y medio ambientales.
Para contribuir a un entorno favorable para todos y garantizar un consumo con el menor impacto posible en el medio ambiente, se aplican dos objetivos: uno es consumir menos y que lo que consumamos sea lo más sostenible y solidario posible, por eso consumir responsablemente es una actitud que también se puede ejercer en el hogar y en los hábitos de vida.
Como ciudadanos debemos asumir con responsabilidad todos nuestros actos, actos sencillos como ahorrar electricidad, calefacción, agua o combustible, hacen que mejore la calidad de vida en sociedad.
En general el consumo responsable es un hecho consciente, ya que es premeditado y antepone la libre elección a la presión de la publicidad y a las modas impuestas. También es crítico, ya que se pregunta por las condiciones sociales y ecológicas en las que ha sido elaborado un producto o servicio.
Es ético al basarse en valores como la responsabilidad, austeridad, respeto de los derechos de los productores y el entorno. Además es ecológico al prevenir el derroche de los recursos naturales, ya que una producción masiva degrada el medio ambiente.
El consumo responsable es saludable porque fomenta un estilo de vida basado en hábitos alimenticios sanos y equilibrados y en la compra de productos de calidad y respetuosos con el entorno. Es sostenible porque reducir el consumo innecesario puede mejorar la calidad de vida del planeta y el equilibrio medio ambiente y se generarían menos residuos.
Asimismo, es solidario con otros pueblos y con las generaciones futuras, pues se respetan los derechos de aquellos y se aseguran los de estos. Es socialmente justo al basarse en los principios de no discriminación y no explotación.
Busca la transformación social, pues las personas consumidoras tenemos el poder de transformar un mero acto de consumo en un verdadero acto de ciudadanía, de esta manera, a través de gestos cotidianos, se puede contribuir a un cambio significativo en las reglas y patrones de producción y consumo de la sociedad.
Las autoridades tienen la responsabilidad de dictar normas para que la economía sea sostenible, solidaria y respetuosa con los derechos humanos, pero son las personas quienes tenemos que optar o no por un modo responsable de consumir.
Para ser un consumidor responsable te dejo algunas recomendaciones:
- Planea tus compras.
- Antes de comprar, pregúntate ¿de qué esta hecho el producto? ¿cómo lo elaboraron? ¿de dónde viene? ¿qué impacto tendrá en el ambiente cuando lo deseche?
- Prefiere artículos por su utilidad, contenido, calidad y precio, no por lo atractivo de su presentación o empaque.
- Evita el consumo de productos y envases desechables, de ser posible prefiere los envases retornables.
- Compra artículos empacados de forma sencilla y sin o con poco plástico.
- Evita el consumo de productos en aerosol.
- Prefiere productos elaborados con materiales reciclados o reciclables.
- Compra productos elaborados en tu localidad, visita el Ecobazar Alameda.
- Elige productos de segunda mano o en buen estado, alquila, pide prestado, comparte e intercambia productos o servicios.
- Compra solo lo necesario.
- Opta por baterías recargables, reutilizables y de larga vida.
- Evita adquirir productos no reciclables como el papel celofán y carbón, artículos de unicel y productos envueltos en bolsas metalizadas.
Tú puedes hacer la diferencia aplicando un consumo responsable y sustentable.