Luego del año más trágico para el periodismo (2020), hasta parecía cinismo tanta felicitación a los compañeros del gremio por el Día del Periodista, como si esta labor solo se tratara de poner la grabadora, hacer una que otra pregunta, tomar una que otra foto y publicar una especie de versión estenográfica de lo que el entrevistado haya dicho.
En este “boom” de comunicadores entre las nuevas generaciones uno también analiza en retrospectiva cómo ha sido el periodismo en los últimos años en Zacatecas y la verdad es que cada generación tiene estilos muy particulares, a cual más de diversos y que entre todos enriquecen esta noble labor (cuando se hace con honestidad).
Hacer un periodismo netamente objetivo es una utopía. El periodista es (o debe ser) una persona analítica que busque informar de las realidades que acontecen en el día a día y en la forma de contar las cosas cada periodista va desarrollando su estilo, que puede agradar a uno u otro público.
No hay una sola forma única y canónica para ejercer esta profesión. Muchos de los que jamás estudiamos la carrera de Periodismo llegamos a este camino por azares del destino y lo aprendimos en la marcha, en un método de prueba y error que con el tiempo se fue afinando.
Luego uno aprende que cada fuente tiene su especialización y que requiere de una preparación tal que difícilmente se mantiene estática. Pasa con la fuente de seguridad y mis respetos para quienes la cubren, porque es de las fuentes más delicadas y riesgosas para ejercer el periodismo.
Pero también hay fuentes disfrutables, como la deportiva (y personalmente disfruto las crónicas taurinas por la riqueza de su lenguaje), la cultural, la de economía y finanzas (a veces uno se sorprende de la emoción o desgracia que pueden causar los números cuando se cubre esta fuente), la del campo, de minería, la fuente legislativa que llega a ser tediosa en ciertos momentos, pero muy divertida cuando se agarran del chongo.
En Lalalá News disfrutamos más del periodismo de investigación y el periodismo de datos. Llevan su tiempo y tal vez no son tan inmediatos como cubrir una rueda de prensa o una entrevista (que aunque parecerían sencillas, también tienen su chiste).
Sin embargo, entre toda esta riqueza en el ejercicio periodístico, luego veo esas felicitaciones de figuras públicas que hoy buscan algún cargo de elección popular para el proceso 2020-2021 y me atraganto con el cinismo de sus publicaciones.
En varios casos se trata de perfiles como David Monreal, quien hace un par de años se desvivía por convocar cada semana a una rueda de prensa en el VIPS del centro, aunque no tuviera nada que decir, pero tan solo por el gusto de acaparar los reflectores y ganarse un espacio entre la prensa. Hoy esa dinámica ha cambiado.
Ahora asegura que en el gobierno de la 4T ya no hay censura o amenazas contra la prensa porque ahora se garantiza la libertad de expresión. Lo que no dice es que ahora se selecciona a la prensa que puede acceder a sus convocatorias, se margina o relega a quienes cuestionan (o no aplauden) y se descalifica a quienes de plano no comulgan con sus posturas, todo con el argumento de que “es prensa fifí” o “chayotera” (que siempre la habrá, independientemente de la administración en turno).
En el fondo el periodismo es muy ingrato. Una noticia trasciende por el medio en el que se publica y rara vez se identifica el nombre de las personas que intervinieron para dar a conocer esa noticia, desde reporteros, fotógrafos, camarógrafos, editores, correctores de estilo, jefes de edición, jefes de redacción, diseñadores y demás.
Son esos nombres con frecuencia invisibilizados quienes tienen el mérito de mantener informada a la ciudadanía, cada uno desde la línea editorial que dicta su medio y en pocos casos como líderes de opinión, porque para ello se requieren muchos años de trayectoria en el ejercicio periodístico.
¿Cualquiera puede hacer periodismo? Cualquiera, hasta David Monreal ahora que intenta hacer una especie de talk show. ¿Cualquiera puede ser periodista? No, porque también es una profesión (un oficio dirían otros) que requiere vocación, habilidades y destrezas, sin olvidar los muchos sacrificios que se viven en este apasionante camino de la noticia.
Sirva este espacio para reconocer a todos los colegas, hombres y mujeres, que enriquecen la diversidad de voces en el periodismo.