Este martes Tatiana Clouthier, titular de la Secretaría de Economía (SE), dio a conocer un plan para la reactivación económica del país y así enfrentar los efectos secundarios de la pandemia por el COVID-19.
En general, dicho plan consta de cuatro ejes estratégicos, aunque varias de las acciones a emprender van encaminadas a cumplir con la Agenda 2030, entre ellas la reducción de emisiones de carbono y otros contaminantes del medio ambiente, para lo cual sería fundamental la transición de combustibles fósiles a energías renovables.
Más allá de la falacia de creer que las energías renovables son “energías limpias” o que no contaminan, por sí lo hacen (en menor medida), llama la atención que en este plan presentado por la funcionaria federal se incluyen puntos como fortalecer este tipo de energías alternas que favorecerían la competitividad, la atracción de inversiones y el cuidado del medio ambiente.
Sin embargo, estas medidas en cierta forma se contraponen a la política energética emprendida desde la Secretaría de Energía (SENER), valga la redundancia, pues desde esta dependencia se ha restringido el desarrollo de este tipo de energías alternas o renovables, la participación de la iniciativa privada (que se podría traducir en generación de empleos y derrama económica) y, en cambio, se ha promovido la explotación de combustibles fósiles.
Esta política, aunque atiende al Proyecto de Nación del presidente Andrés Manuel López Obrador, se contrapone a los objetivos de la Agenda 2030 adoptada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), especialmente en materia de combate al cambio climático.
Sobra decir que la refinería de Dos Bocas además absorbe gran parte del presupuesto federal, al igual que otros proyectos prioritarios de infraestructura como el Tren Maya o el corredor Transístmico, aunque en este caso se trata de recursos no renovables que además de tener precios y producción variables (sin contar con un aparato de corrupción que todavía permea en Pemex, la CFE y sus filiales), dañan el medio ambiente.
Tan solo en la revisión a las Cuentas Públicas de 2019, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya ha detectado el gasto de más de 600 millones de pesos en viáticos en la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que encabeza Manuel Bartlett y que no han sido comprobados, se depositaron en la nómina de trabajadores o no cuentan con soporte documental.
Son 600 millones de pesos que casi representan el monto anual que recibía Zacatecas derivado del Impuesto Minero, un recurso que ya no llega directamente al estado con la promesa de que se haría llegar directamente a la población de los municipios mineros a través de programas como La Escuela es Nuestra. A la fecha ni un solo peso se ha visto del recurso del 2019 derivado de este impuesto.
Estas observaciones ya las había hecho la senadora Claudia Anaya en su momento y hoy las reitera como precandidata a la gubernatura por la alianza Va por Zacatecas, que integran el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Recientemente en una entrevista, Anaya Mota afirmó que uno de los potenciales de Zacatecas se encuentra en las energías renovables (eólica y solar), existen las condiciones, hay anteproyectos y se tienen posibles inversionistas interesados en aprovechar este potencial, que naturalmente se traducirá en mayor competitividad para el estado porque las empresas requieren de esta garantía para el desarrollo de sus actividades.
Lamentablemente las restricciones que aún se mantienen desde la SENER, aunado a la opacidad que sigue imperando en la CFE y las políticas en materia energética que incluso se contraponen a los planes de la SE, pueden ser un gran freno para el desarrollo de Zacatecas, un estado caracterizado por la minería no petrolera, pero cuyos impuestos los absorbe la federación para nunca volver en obras, programas o acciones, o al menos así ha ocurrido en el último año.
Y aunque el petróleo pueda ser rentable por un tiempo, es un recurso finito y la gallina de los huevos de oro en algún momento se va a acabar, sin mencionar que esta dinámica tendrá un alto impacto sobre el medio ambiente. ¿Con qué combustible pondrán en marcha el plan de reactivación económica: con combustibles fósiles o con energías renovables?