Cada que iniciamos un año se hace uno de miles de propósitos que realizaremos en los siguientes 365 días, ahorrar, viajar, enflacar, amar, y cosas por el estilo.
No sé si en algún momento de mi vida me propuse algo para hacer en el año, la verdad no me acuerdo y no creo haberlo hecho porque sé perfectamente que nunca cumplo nada, por mi maravillosa tendencia a arruinar todo.
La verdad el 2020 fue un año raro para todos, creo que para mí fue uno de los mejores. Tengo ya poco más de medio año atendiendo una serie de problemas que he arrastrado desde hace mil ocho mil años y se siente maravilloso, por primera vez en mucho tiempo me siento tranquila, en paz y sana al nivel de poder acercarme y alejarme de muchas cosas y personas.
El 2021, pinta bien, creo… sobre todo porque luego uno sabe que está loco y es borrachito, pero con el paso del tiempo y los chingazos (morales y emocionales) aprendemos a abrir los ojos y ver cosas que siempre han estado ahí, pero no éramos capaces de ver.
Esta semana me sorprendió mucho el nivel de paz que tienen las personas que aman la vida; una manifestación de amor que he visto en estos pocos días fue el de la ciudadanía hacia el perrito Sony (sarcasmo), ese perro que atropellaron, pienso yo, deliberadamente, pero pues yo solo lo pienso por los videos y ni importa porque yo no soy autoridad en ningún sentido.
Lo que me parece absurdo es que hay un montón de personas que se ofendieron por el atropellamiento y se dedicaron a atacar a las personas que lo hicieron. En efecto, está de la chingada que hayan pasado con el coche sobre el perro, pero también está de la chingada que esas que se dicen almas buenas y comprometidas, pongan en evidencia y riesgo a una persona dando a conocer sus datos personales, porque ponen en riesgo la integridad física de la pipol.
Osea, reitero, que no mamen los maltratadores de animales, pero hay un chingo de violencia en este evento, la violencia inicial hacia los animales, que aunque hubiera sido accidente se pudo trabajar de formas distintas con solo detenerse y ver que el can estaba bien y llevarlo al médico, buscar a sus dueños, lo que pinchis fuera.
Pero qué pedo con eso de dar a conocer los datos personales de la propietaria del vehículo alimentando el odio y el rechazo de las personas hacia ella; y fue hacia ella, no hacia el conductor del vehículo, ella que es servidora pública y ya con eso muchos se sienten con el derecho de opinar y hasta agredir.
Y si le escarbamos poquito hasta hay violencia de género, esta chingada necesidad que se tiene de salir a la defensa del vato, esta maldita necesidad de ponerse de escudo humano y que tradicionalmente se hace hasta de forma inconsciente… y lamentablemente con una medida de disculpa de parte de esta mujer muchos de los comentarios violentos iban sobre ella.
Neta amigas, no hagan eso, no metan las manos por sus parejas de todas formas ni lo agradecen. Jajaja
Leí cosas horribles refiriéndose a ella, yo no conozco personalmente a la pareja en comento, pero no creo que por defender el derecho de los animalitos (causa por de más justa y necesaria), la gente sea capaz de violentar y agredir a otros.
Nos quejamos del daño que hacen o nos hacen, pero somos master en herir a los demás con las palabras y luego hacer como que no nos acordamos o devaluamos el daño que nuestra lengua hizo.
Congruencia, eso es lo que necesitamos… Congruencia.