¿Alguna vez les ha pasado que durante años quisieron mucho a alguien y de repente ¡PUM!, salió culei? ¿O les ha pasado que todo lo que dice la prenda amada lo creen? Y hasta terminan cantando “le creo cuando dice te quiero”.
Yo creo que a todos nos ha pasado, pero a algunos les duele más que a otros…
Les voy a contar una historia que todos saben, pero es necesario para la moraleja:
Todo comenzó un hermoso fin de semana, parecía que iba a ser uno como cualquiera, una chela, quizá dos, o quizá 50, esas cosas jamás se pueden controlar; pero no, la vida iba a dar una vuelta muy culera y terminaría mostrando la cara de quien en algún momento importaba.
Muchos vimos la trasmisión en vivo o leímos las muchas notas informando que Rafa Flores, entre otros, decidió irse a un “nuevo proyecto”, todos sabemos que en política los chapulines son una plaga común, corriente y recurrente, pero hay chapulines prietos, esos que se ven normales, pero que según la sabiduría popular son ponzoñosos y hasta matan.
Durante muchos años, muchísimos, en broma decía yo que Rafa Flores era mi esposo, se lo llegué a decir a él personalmente; una vez en una posada, muchas compañeras de los medios querían una foto con él y yo me negué, sonriente como siempre me dijo que no fuera gacha y me tomara una foto con él, accedí. Me tomaron la foto con mala cara (yo) y al terminar, y con mi sonora voz le dije: “Esta es la última que me tomo contigo, la siguiente debe ser en el altar. Los dos vestidos de novios”.
Mi comentario, mamón como siempre, provocó muchas risas y seguimos con la fiesta, era una payasada que se prolongó durante años entre los compañeros de los medios que estaban en la reunión.
El domingo, que Rafa decidió irse al equipo de Monreal, se me hizo un movimiento más de un político más; se me hizo equis, fue hasta que Eugenia Hernández, su amiga, aliada y comadre, hizo una trasmisión en vivo cuando comprendí que más que un chapulín cualquiera, Rafa sí se pasó en serio, la verdad todos sabemos el cariño que Eugenia le tenía, sabemos que ella le fue leal en todos sus movimientos locos y eso sólo lo puede hacer un amigo, como lo fue ella.
Muchos hemos sido traicionados por un “amigo” y sabemos que esas perras traiciones son las más dolorosas, porque nunca esperas las puñaladas traperas como la que Rafa le dio a Eugenia; mucha gente se burló de su angustia, a mí me dolió porque comprendí que lo que Rafael hizo, más que su chapulineada fue una traición a quien fue su amiga y quien siempre dijo que ella con Monreal ni a la esquina.
Si la ambición política te mueve, es importante saber que todo termina, que el puesto se termina, que los cargos se pueden ganar pero un día terminan, es más hasta la lana se termina; pero si en tu trayecto, movido por la ambición, cuidaste a tus amigos, ellos siempre van a estar respaldando; tal parece que a Rafa se le olvidó que en Eugenia, en la mujer a la que traicionó, tenía a una verdadera amiga.
Esa mujer que en muchas ocasiones ha sido polémica, hace unos días mostró que ella no es una política que sigue a alguien con los ojos cerrados, que si bien la amistad y el compadrazgo con Rafa la movieron era porque supo ser amiga, no por un interés oculto.
Bien por Eugenia, bien porque fue fiel a sus principios, a sus palabras y a su afecto.
Hoy también informo que aunque era un matrimonio de ficción, también termino mi “relación” con él, yo no porque se va con David, vuelvo a decir, es un político más; termino mi matrimonio ficticio con él porque evidentemente no sabe querer a sus amigos y no sabe defenderlos como se debe hacer entre los compas.
Pobre Rafa, si lo ven triste es porque hoy firmé mi divorcio ficticio en nuestro matrimonio ficticio.