Esa fue la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador para “quitarse de encima” (sacudirse como si se tratara de una mosca) el montón de voces que exigen que Félix Salgado Macedonio no sea candidato en este proceso electoral, mucho menos por Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), tras el montón de acusaciones por acoso, abuso sexual y violación.
El presidente puede no estar de acuerdo con la prensa, con grupos políticos, con ciertos sectores de la sociedad, incluso con algunas acciones dentro de su gabinete, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver y quien opta por hacer oídos sordos a esas voces de todos los sectores que piden una misma causa.
Obviamente “Ya chole” se convirtió en tendencia en las redes sociales para responder al presidente con su misma expresión enlistando una a una las acciones con las que no se está de acuerdo, iniciando por su postura misógina de legitimar la candidatura de Salgado Macedonio y minimizar las exigencias de grupos feministas, incluyendo en su propio gabinete.
Pero la verdad es que “Ya chole” no sería exclusivo de la administración que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador. Se trataría de una especie de catarsis de todo aquello que sigue irritando a la sociedad y que por más promesas de cambio, no cambian.
Por eso muchos repiten “ya chole” con la bandera de “no somos los mismos”, porque en la práctica muchos han demostrado que son peores. En la pretendida campaña del combate a la corrupción, se les olvidó decir que había letras chiquitas y que “aplíquese la ley en los bueyes de mi compadre”.
“Ya chole” con el discurso de la aceptación de la ciudadanía “porque las encuestas lo avalan”, porque un gobierno no se trata de concurso de popularidad, sino de resultados, esos por los que serán juzgados los gobiernos. ¿De qué sirve la popularidad si hace caso omiso al cochinero dentro de una administración? Recuérdese que el Diablo también es popular, aunque no para bien.
“Ya chole” también con echarse la bolita entre gobiernos y colores partidistas, porque al final todos han tenido su oportunidad de demostrar el cambio que prometieron y muchos quedaron a deber. No es gratuito el hartazgo social hacia una clase política que en nada ha contribuido a reivindicar la forma de hacer política, mucho menos la manera de ejercer el poder desde el gobierno.
“Ya chole” con pretender ser blancos corderitos, mesías y salvadores. Si desde los espacios de poder han podido castigar la corrupción y no lo han hecho, se vuelven cómplices del mismo cáncer que ha afectado al país por décadas. Que no se vengan a curar en salud ni quieran tapar el sol con un dedo.
“Ya chole” con buscar culpables de los errores que los mismos gobiernos cometen. Se supone que fueron elegidos porque juraban tener la respuesta a las circunstancias de nuestro país, estado y municipios. ¿Nos engañaron? Es de personas honorables también reconocer los propios errores. El mundo no se acaba, pero lastima la falsedad, que se pretenda vender una mentira como la verdad absoluta.
“Ya chole” con la opacidad de los gobiernos. Si en su pretendido combate a la corrupción no pueden transparentar cada peso que se gasta, a quien le mienten es al ciudadano que con sus impuestos mantiene a una obesa nómina de burócratas (de todos los niveles). ¿Tan difícil es publicar sus padrones de beneficiarios de programas sociales para tener la certeza de que se está apoyando a la población que realmente lo necesita?
“Ya chole” con utilizar a los medios públicos como aparatos de propaganda gubernamental y arma de ataque contra las voces que no coinciden con los gobiernos. Se trata de medios públicos que deberían respetar los derechos de las audiencias.
“Ya chole” con la política de victimización. Si no pueden hacerse responsables de sus errores, ¿cómo pretenden vendernos el discurso de que son “el cambio de México”, “la esperanza”, “el cambio verdadero”, “el gobierno diferente” y demás epítetos de propaganda barata? La falta de resultados es lo que ha llevado a votar por otras opciones, aunque todo siga igual, bajo diferente color partidista.
“Ya chole” de pretender ser una oposición crítica, cuando no se ha podido recuperar la legitimidad y la confianza ciudadana con propuestas y resultados. A gritos y sombrerazos no se ganan simpatías, mucho menos credibilidad ante una sociedad harta de políticos improvisados.
“Ya chole” con apoyar a los mismos de siempre y dejar desprotegidos a los mismo de siempre. No pretendan hacer ver una entrega de programas sociales como un acto de justicia. Es hipocresía, cinismo y hasta gandallismo.
“Ya chole” con esta columna. Que tengan excelente fin de semana.
Si “ya chole” con hacer lo que le dé la gana, “ya chole” de actuar como puberto caprichoso, pide opiniones que y sólo acepta las que le convienen… muy de acuerdo contigo.