“Me dan ganas de llevar a mi mamá a que la vacunen en algún rancho lejano”. Brenda, conversación telefónica.
“¿Cuánto por que vacunen pronto a mi mamá”. Post de FaceBook
“Mi esposa y yo estamos ya anotados para la vacunación. Me hablaron primero por teléfono para ver si quería vacunarme ¿usted cree que no quiere uno? Luego mi nieto nos registró por la computadora, ya sólo hay que esperar”. Abuelo de 73 años, hipertenso y con problemas de rodillas.
“Me dan ganas de ir a algún municipio a vacunarme, total, de poco sirve tanto requisito, ya ve a los que fueron a Villa de Cos, se vacunaron y no pasó nada”. Alfonso, extaxisista y desempleado actualmente.
“En cuanto me vacune nos vemos para ultimar detalles del proyecto, a ver si se arregla”, José Luis, emprendedor entrado en años que poco sale de su casa por temor a un contagio.
Y así podría seguir con un sinnúmero de ejemplos que retratan muy bien el panorama actual, en pleno semáforo amarillo en Zacatecas, con la esperanza bien puesta en la bendita vacuna que promete ser un paliativo ante terrible enfermedad.
Los últimos días he escuchado y leído estos comentarios tanto en mis redes sociales, como en conversaciones telefónicas, por correo o videollamadas y en menor cantidad en encuentros personales.
Realmente desconozco a detalle los pormenores estratégicos de la campaña de vacunación, si la planeó y lleva a la práctica el gobierno federal o el estatal o los dos y quien decidió dónde vacunarían primero en Zacatecas, pero a vuelo de pájaro me parece sumamente incongruente haber empezado por las poblaciones rurales, incluso en algunos sitios donde hay pocos habitantes, que en las zonas urbanas donde hay más gente y por lo tanto menos control y vigilancia de que se sigan las recomendaciones para prevenir contagios.
En realidad se me hace algo así como disparatado que las personas tengan que inscribirse en un padrón para acceder a la vacuna “¡háigase visto!”, diría la voz populachera…
Personalmente no he sabido de otros lugares en el planeta que para vacunar a la gente que está en su territorio, si en su territorio sea o no originario de ese país, primero se tome la molestia y haga el consecuente gasto de hacer un padrón y pedir como requisito un comprobante de domicilio, CURP y en este caso la controversial credencial para votar.
Eso me suena más como a control electoral o político o como lo quiera llamar y sé que corro el riesgo de que me digan que veo moros con tranchete. Tal vez sí.
Sin embargo, los medios masivos de comunicación dan cuenta que en otros países las inmunizaciones se han hecho incluso en autopistas, a diestra y siniestra, entonces ¿por qué en México tanta ceremoniosidad? ¿Qué no es lo mismo que cuando hay campaña de vacunación contra el sarampión, por ejemplo?
Entonces no van preguntando casa por casi si quieren vacunar a su niño menor de 5 años, sino que llegan y la aplican o inmunizan a todo niño que llega a un centro de vacunación.
De acuerdo con Statista, un portal de estadísticas en línea alemán que pone al alcance del interesado datos procedentes de estudios de mercado y de opinión, así como indicadores económicos y estadísticas oficiales en alemán, inglés, español y francés, Israel lidera el ranking en la aplicación de la vacuna contra el Covid con 91.55 número de dosis administradas por cada 100 habitantes, en su última actualización del 25 de febrero.
En la lista, de 25 países, el segundo lugar lo tiene Emiratos Árabes Unidos con 59.11, Reino Unido con 28.57 y le sigue Estados Unidos con 20.22.
Al final de la lista de 25, está Indonesia con 0.85 vacunados por cada 100 habitantes. México no aparece.
Asi se las gastan en el sistema de salud, descintrol total; y justificaciones sobran. Se oye un tanto discriminatorio el. Echo de juzgar que comenzaron a vacunar en comunidades, mas de echo hasta es estupido comenzar por esas zonas ya que el problema principal esta en las ciudades de donde se traslada el virus a estas zonas y mas. En fin pesima planeacion de gob y conpinches.