¿Quién pierde en las elecciones?

Conforme se acerca la elección del 6 de junio, cada vez es más frecuente el bombardeo de encuestas por todos lados y aunque hay que leerlas con cuidado, especialmente la vitrina metodológica, no dejan de tener razón en una cosa: hay un puntero y hay otros aspirantes que no ganarían el día de la elección.

Pero más allá de los nombres y los números, mucho se piensa que una vez pasados los comicios quienes no se vieron favorecidos en las urnas son los “perdedores” y que deben cargar con ese lastre durante un tiempo.

Se atribuye el “fracaso” a una mala campaña, una estrategia de comunicación poco efectiva, a un equipo que restó en lugar de sumar, a liderazgos que en realidad no lo eran (o en el peor de los casos, operaban para otros aspirantes), que faltaron argumentos o propuestas, o que definitivamente no convencieron al electorado.

Tales motivos claro que pueden incidir en el resultado de una elección, pero no en el grado que se piensa. En realidad una elección es el examen final de una administración y es en las urnas que la ciudadanía califica a sus gobiernos, del nivel que sean.

A nivel federal pasó con Francisco Labastida cuando gobernaba Ernesto Zedillo Ponce de León. Pasó con Josefina Vázquez Mota cuando gobernada Felipe Calderón Hinojosa. Pasó con José Antonio Meade Kuribreña cuando gobernaba Enrique Peña Nieto.

En el caso de Zacatecas, pasó con la derrota de José Olvera Acevedo cuando gobernaba Arturo Romo Gutiérrez. Pasó con Antonio Mejía Haro cuando gobernaba Amalia García Medina. Y es algo que podría pasar a Claudia Anaya en esta administración que encabeza Alejandro Tello Cristerna.

Es mentira que los gobiernos no participan ni meten las manos en las elecciones. Del nivel que sean y del color que sean. Hay cierta manía por buscar “la encuesta” que avale una calificación positiva a los gobiernos y cuando alguna resulta favorable, le dan vuelo para seguir generando percepción.

La realidad es que por más encuestas que se difundan, si el ciudadano de a pie no se siente escuchado y atendido por su gobierno, por sus representantes, busca otras alternativas en cada elección. Y en cada campaña cualquier candidato apela a lo que su partido o gobierno ha hecho bien, destacando lo que “los otros” han hecho mal.

¿Seguimos creyendo que las elecciones se tratan de los mejores candidatos o de quién defiende mejor a los gobiernos en turno?, ¿o de qué otra manera podemos entender las elecciones si no es como el examen final de cada gobierno? Y hoy que tenemos la figura de la reelección, ha habido quienes han salido bien calificados en las urnas, mientras otros han salido reprobados.

Hoy que Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) parece ubicarse como favorito entre las preferencias electorales, no es secreto que atraviesan por una crisis interna y de representación de la militancia que ha llevado a muchos a abandonar sus filas o a definitivamente no respaldar a los aspirantes postulados para una candidatura.

Baste ver la imposición de perfiles a manos de la súperdelegada Verónica Díaz Robles en comparsa con otros cuadros que parecían afines al monrealismo y, de pronto, urdieron la traición porque en su momento nunca apretaron la correa. Serán tres grupos de MORENA en esta elección y esas fisuras tal vez generen desconfianza en el electorado, ese que hoy todavía confía en MORENA como alternativa de gobierno, pero no en sus perfiles.

Del otro lado, las imposiciones también son evidentes en la coalición Va por Zacatecas. Baste ver el caso del municipio de Guadalupe, donde se sacrificó el trabajo de muchos perfiles, la mayoría jóvenes, por atender al berrinche y amenazas de Perla Martínez Delgado, quien poco o nada representa para el priísmo en Zacatecas y mucho menos para la coalición.

Pero volviendo a la calificación de los gobiernos el día de la elección. Claudia Anaya podrá ser un perfil preparado, con bases, estudiada, hábil en su discurso, conocedora que cómo funciona la administración pública y sobre todo dónde y cómo se realizan las gestiones a nivel federal, esas que hoy tanta falta hacen al estado.

Pero todas estas cualidades servirán de nada si la ciudadanía considera que el gobierno encabezado por Alejandro Tello no atendió a sus principales demandas. De ser así, quien perderá en las urnas no será Claudia Anaya, sino Alejandro Tello Cristerna. ¿De verdad los gobiernos se mantienen al margen de las elecciones?

1 comentario en “¿Quién pierde en las elecciones?”

  1. Gerardo Esteban Avalos Guzmán

    Excelentes comentarios en la Opinión de Hoy, un análisis muy objetivo y sustentado de la realidad política actual en nuestro Estado.

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