Lo peor de lo peor, es que en serio hasta miedo le anda dando a uno de decir las cosas (bueno, no tanto, porque la mera verdá es que me anda valiendo). En fin, aquí les voy y espero que la Virgen del Proceso Electoral me ampare y san Virgilio no me suelte de su mano… el de Salzburgo, no crean que el de aquí.
El Dominguito nos chutamos el primer y asqueroso debate organizado por el IEEZ y digo asqueroso por el terrible formato con el que se desarrolló, pero bueno, si me queda tiempo me meto también a eso.
Por lo pronto me enfocaré en el “pleito” de Miriam, candidata a gober por Fuerza por Monris, ¡Ay, no qué tonta soy! Es Fuerza por México, y Claudia, candidata a gober por el prian, el prian, el prian, ¡Ay no, me disculpo de new! Se llama “Va por Zairo”.
Entrecomillo “pleito” porque siempre me ha parecido muy pendejo que una morra agarre de ojeriza a otra morra nomás porque su amigo o amiga le dice que así debe ser.
Todos sabemos que Fuerza pa Mónxico es un partido que tiene un proyecto para el 24 y pues cada quien le hace la lucha como puede, eso nos ande valiendo madres, en su momento lo criticaremos, bueno, analizamos. Lo inadmisible es que una mujer permita que se le maneje de esta manera.
Sí, ya vi que antier Miriam dijo que a ella nadie la usa y que se siente violentada, pero vieran que ganas me dan de decirle: Mire, candidata, no nos hagamos tarugas, yo me siento gorda porque estoy gorda, usted se siente violentada porque en efecto está siendo violentada, pero no por quien usted cree.
Le voy a explicar, no porque yo sea una experta en psicología o en esos pedos, le voy a explicar porque una vez me pasó algo parecido a lo que usted está pasando: yo tuve una pareja (no estoy diciendo que este men sea su pareja, es su compa, pero también aplica en esos casos); cuando yo estaba en aquella relación, dos o tres personas me dijeron “Amiga, date cuenta” y yo pensaba que esas personas me estaban tomando por pendeja y que yo era muy lista y podía pensar por mí misma, pero ¿qué cree, candidata? Sí me estaban violentando y ahora lo veo.
No se sienta violentada, me cae, somos muchas las mujeres que incluso hemos defendido en algún momento a nuestros victimarios, vea por ejemplo a la candidata Rocío y a mí, porque también lo llegué a hacer, pero podemos buscar ayuda profesional. Yo ya estoy en eso y le juro que sí sirve.
El punto es que no podemos ir por el mundo diciendo que otros nos hacen daño mientras dañamos también, y la verdad también la Claudia qué gacha que se subió en el tren del mame para írsele a usted.
Candidatas, las dos, amiguitas, es más, hasta les voy a decir HERMANAS, como si yo fuera Kimberly y ustedes Wendy y Grecia: “Hermanas, si dejamos de estarnos atacando me cae que nos va a ir mejor. Neta, hermanas, no sean mensas, no vale la pena estarse echando pedos apestosos por un mojón que está atorado y que hasta peritonitis nos puede causar”.
Ojalá todas (mis dos lectoras) entiendan que es ofensivo formar parte de un circo ideado y estructurado por un hombre al que lo único que le importa es tener el poder que siempre ha soñado su hermano, porque algo me dice que en este caso específico el sueño es de otro, no del defendido y opresor.
No sirve decir que no nos usan, porque sí lo hacen; sirve decir que mi vecino, al que le rompí las ventanas, me violenta; pero si realmente me está violentando, no porque mi verdugo real me está haciendo manita de puerco para que lo señale y todo el vecindario se dé cuenta. ¡Hermanas, en buen pedo, dense cuenta!