“Un hombre prepotente que gusta de las borracheras y las carnes asadas. Un pirrurris clasista y racista”. Así describió en sus redes sociales Sanjuana Martínez, directora de la agencia de noticias Notimex, a Samuel García, gobernador electo de Nuevo León por Movimiento Ciudadano.
Y cuestionaba también que él representara a los neoleoneses, luego de describirlo con esas palabras. Aquí aplica más que nunca eso de que “los pueblos tienen los gobiernos que merecen”, aunque adaptado a las democracias, “los pueblos tienen los gobiernos que eligen”.
Más allá de lo preocupante que resulta que una persona pagada por el Estado emita tales calificativos contra una persona, independientemente de quién sea, da la impresión de que Sanjuana Martínez vive en la burbuja de la Cuarta Transformación y le ha faltado oficio periodístico para ver el escenario electoral desde otras perspectivas.
Luego del virtual triunfo de Samuel García en Nuevo León, no fueron pocos los análisis respecto a su campaña y el lugar especial que le dieron a su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, a quien atribuyeron el principal mérito de haber posicionado a Samuel García en las preferencias electorales.
Si bien muchos de esos análisis tienen razón, no resultará raro que en adelante muchos aspirantes a un cargo de elección popular en los próximos procesos recurran a dicha estrategia digital para abrirse camino entre el electorado, pero el gran error es no considerar otros factores demográficos.
La candidatura de Samuel García funcionó gracias a la estrategia de Mariana Rodríguez porque en Nuevo León se tiene determinada proporción de población con conectividad a internet y que se encuentra en la misma dinámica de las redes sociales, a diferencia de otros candidatos que no pudieron meterse a ese ring.
Tal vez la estrategia funcione para algunos estados en el norte del país que compartan dichas características, pero aún sería impensable para un estado como Zacatecas, donde apenas el 46.3% de la población cuenta con acceso a internet y el 31.5% con computadora, laptop o tablet. Y aunque más del 80% de los zacatecanos tienen un teléfono celular, no es la misma proporción la que cuenta con redes sociales.
En este proceso electoral Zacatecas no estuvo exento de las limitaciones por la pandemia del COVID-19, aunque en la realidad casi ningún candidato, partido o coalición respetó los protocolos sanitarios. Originalmente se pensó que la estrategia de campaña sería primordialmente digital, para cumplir con estos protocolos, pero en la práctica fueron contados los casos que aplicaron dicha estrategia.
Tal vez por eso también fallaron muchos de los pronósticos de las casas encuestadoras, pues muy pocas realizaron mediciones cara a cara, con esa población que no tiene acceso a internet ni a telefonía celular o a redes sociales.
Y también hay que considerar los resultados de la Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020, donde destaca que en la región a la que pertenece Zacatecas el 30.8% de la población se entera de los problemas de su comunidad a través de las redes sociales; el 17.5% por televisión y solo 8.5% mediante sitios de noticias en internet.
Lo anterior hace pensar que en Zacatecas las campañas electorales siguen apegadas a estrategias tradicionales, como eventos multitudinarios, toques de puertas, reuniones vecinales o recorridos en espacios de gran afluencia, y en menor medida se recurriría a convertirse en “influencers” de la política.
Del montón de encuestas difundidas en redes sociales (y en algunos casos, a través de medios de comunicación tradicionales como la radio, la televisión o la prensa escrita), ¿cuántas habrán tenido impacto entre la población que no tiene acceso a internet o a redes sociales?, ¿de verdad hubo penetración de las campañas y las “campañas negras” difundidas en redes sociales? Porque a la hora de la votación, en las casillas se apreciaba una menor proporción de jóvenes, que es el sector que mayoritariamente utiliza las redes sociales.
Entender estos aspectos demográficos serviría para configurar las campañas electorales de los próximos procesos, pero también ayudaría a evitar comentarios como los emitidos por la periodista Sanjuana Martínez, porque juzgar con el hígado es fácil, hablar con los pelos de la burra en la mano, no tanto.
Muy acertado el análisis !!!
Es correcta su valiosa opinión al respecto, en futuros procesos electorales si en Zacatecas se avanza en la tecnología y su mayor cobertura los diseñadores de campañas los deberan tener en cuenta y si de ser posible se tomaran medidas regulatorias sería positivo