A partir de esta elección cambia el escenario político en el país y en Zacatecas no es la excepción. A partir de septiembre próximo veremos una pluralidad en los gobiernos y en los poderes como no se había visto.
Sin muchos cambios en la Cámara de Diputados, al menos el presidente Andrés Manuel López Obrador podrá dormir tranquilo sabiendo que la mayoría de sus iniciativas podrá transitar sin problemas, menos aquellas que impliquen reformas constitucionales (que requieren mayoría calificada) y que son las que han generado mayor polémica, como la desaparición de algunos organismos autónomos.
Un escenario muy distinto se verá en los estados, pues si bien MORENA lleva la ventaja en 10 de los 15 estados que renovarán su gubernatura, la integración en los Congresos locales en varios casos no juega a su favor, lo que seguramente dificultará la toma de decisiones a menos que se tenga buena capacidad de negociación.
Para el caso de Zacatecas, con David Monreal como ganador virtual de la gubernatura, tendrá contrapesos en la Legislatura local y viendo la integración de la Cámara de Diputados, los próximos tres años al menos no serán miel sobre hojuelas.
Frente al Decálogo del Terror que ya había anunciado el senador Ricardo Monreal, y ante las altas expectativas respecto a los “decálogos” dados a conocer por el virtual ganador de la contienda, una vara muy alta tendrá David Monreal para cumplir con lo prometido, iniciando por el programa de pavimentación y, ahora sí, solucionando de fondo el problema del ISSSTEZAC.
Y como en todo proceso electoral, una vez que hay ganadores, las administraciones salientes deberán ir haciendo maletas y preparando la casa para los nuevos “inquilinos”. Pero ante las amenazas de despidos de lo que será la nueva administración, ese “ahuecar el ala” para ceder las plazas a los respectivos equipos de campaña, todavía falta un largo trecho.
Si las finanzas apenas dan para cerrar el año (y quizá todavía falte gestión para completar), ¿de dónde sacarán recurso suficiente para despedir a tanta gente? Por lo pronto, en lo inmediato, difícilmente se verán despidos en masa, como ocurrió en 1998 cuando el “monrealazo”.
Lo que sí se puede esperar es que esa política emprendida desde aquel año se replique en esta administración, con más manos metidas en la toma de decisiones, como ya se vio en campaña.
Sin embargo, hay otros temas que también preocupan a la ciudadanía luego de este proceso electoral: la seguridad como prioridad, la reactivación de la economía y, quiérase o no, la política anticorrupción a seguir. Porque en el fondo, ese “amor con amor se paga”, o puede parecer amenaza o síntoma de futura impunidad.
Desde los medios de comunicación también queda la duda sobre la política a emprender, pues el virtual ganador no se ha caracterizado por dar la cara abiertamente a toda la prensa y ante los cuestionamientos en campaña baste recordar palabras como “infamia” o “mentira” para advertir que la pluralidad, el respeto a la libertad de prensa y la libertad de expresión no serán su fuerte.
Por supuesto, aún quedan al menos tres meses para apuntalar bien las prioridades inmediatas y lo que serán políticas específicas como las que ya he mencionado. Y muchas de estas interrogantes se irán aclarando conforme se confirme quiénes integrarán el gabinete.
Una cosa queda clara a estas alturas del proceso electoral: con los resultados dados a conocer por la autoridad electoral, difícilmente cambiará el escenario, incluso si se recurre a los tribunales, aunque es posible que las impugnaciones y denuncias todavía continúen su curso sin mayores cambios en el escenario.
También hay que reconocer que casi el 60% de los electores acudió a votar, una proporción similar a otros proceso electorales, aunque en esta ocasión enfrentando las limitantes de una pandemia que sigue cobrando vidas. Muchos se preguntan si ese 40% que se abstuvo de votar hubiera marcado la diferencia en la elección. ¿Y si más bien confirmara el mismo resultado, pero magnificado?
A la pregunta inicial, ¿triunfó la democracia?, una cosa es segura: en la pluralidad está la riqueza de la democracia y así se demostró en esta contienda. Cómo se operó el triunfo, esa ya es otra historia.