En un tiempo en el que el Cambio Climático y los desastres naturales amenazan el futuro de la humanidad, es momento para que las mujeres alcemos la voz.
La relación con el medio ambiente y su sensibilidad en la gestión de los recursos naturales son herramientas muy importantes, ya que desde tiempos ancestrales, las mujeres han tenido una relación especial con la naturaleza, contribuyendo enormemente al bienestar y el desarrollo sostenible de sus comunidades, así como el mantenimiento de los ecosistemas, la diversidad biológica y los recursos naturales del planeta.
Las mujeres son generalmente las primeras en responder al manejo del medio ambiente, desde recoger agua para cocinar y limpiar, utilizar la tierra para la ganadería, buscar comida en los ríos, arrecifes y recolectar leña, las mujeres en todo el planeta utilizan e interactúan con los recursos naturales y los ecosistemas diariamente.
Son las primeras en sentir los efectos del cambio climático, cuando tienen que recorrer distancias cada vez más largas para encontrar lo que necesitan para alimentar a su familia.
Por eso este día queremos dar a conocer mujeres que se han preocupado por el medio ambiente desde su lugar de origen y que son ejemplos de vida para las mujeres que vivimos en otras circunstancias y no valoramos lo que tenemos.
Christina García, “Del mar a la tierra indígena”, originaria de Toledo, Belice. Directora ejecutiva de Yaáxché Conservation Trust en Belica. Recuerda que cuando era pequeña sus padres la llevaban al mar a nadar, jugar con la arena y disfrutar del sol, de ahí el interés de estudiar o hacer algo sobre la conservación.
La bióloga marina es una de las líderes de una organización o gubernamental que se dedica a conservar un área llamada Golden Stream Corridor Preserve, que logró convertirse en zona protegida gracias al esfuerzo de tres comunidades indígenas que se unieron para evitar que la tierra fuera vendida para ser explotada con fines comerciales.
Actualmente esta asociación administra otras dos áreas protegidas más en las que habitan comunidades que viven de la tierra y se les enseña cómo administrar los recursos de manera sostenible.
Para Christina, las niñas y las mujeres deben saber que, a pesar de que el mundo de la conservación puede llegar a ser desafiante y hay muchas personas e intereses en contra del trabajo que se realiza, al final del camino hay una recompensa.
Otro ejemplo son las Mujeres “Pingueras” de Colombia. Mariana Panameño, miembro de esta asociación, explica que llaman “Piangua” a un molusco que habita en las raíces de los manglares en la cuenca del río Naya, también conocida como berberecho del mangle, el cual se está terminando. Tradicionalmente, las mujeres afrodescendientes cosechan esta especie y la venden en el mercado local a precios muy bajos, en algunos lugares es considerado un manjar.
Al disminuir la presencia de este, se implementó sistema de veda, al mismo tiempo se impartió una capacitación en gestión sostenible de los recursos naturales, así como la ayuda del programa de pequeñas donaciones para buscar otros medios de ingreso y no sobreexplotar el ecosistema, todo para poder cuidar el manglar y las pianguas.
Uno de los triunfos de este proyecto es que la sociedad dejó de pelear entre ellos y ahora confían en sus capacidades y se apoyan en conjunto, es decir lograron implementar el concepto de bioculturalidad.
El gobierno de El Salvador impulsó a Lina Pohol, la ministra del Medio Ambiente y Recursos Naturales, para enfrentar el cambio climático, que provoca grandes pérdidas en la economía, así como la agricultura, tomando como objetivo principal el restaurar como una cuestión de sobrevivencia, ni siquiera de desarrollo económico; de ahí surgió la idea de que es necesaria una iniciativa global, una iniciativa del planeta.
Es importante hacer entender que las soluciones basadas en la naturaleza no son solamente efectivas económicamente, sino también un elemento central de la lucha contra el cambio climático.
Lina Pohol mencionaba que se necesitaba una década para entender cómo restauramos nuestros ecosistemas y paisajes para lograr hacer este planeta más resiliente a los efectos del cambio climático, asegurando que fue una experiencia inolvidable.
Aplicar en el país la sensibilización en la producción de alimentación y agricultura, incluyendo el abastecimiento de agua dulce, la protección contra los riesgos naturales y la provisión de hábitat para especies como peces y polinizadores; con esto el país podría enfrentar las crisis económicas que ahora presenta.
Para cuidar el medio ambiente y el desarrollo con una perspectiva de género es necesario prestar especial atención a las contribuciones, necesidades y la visión de las mujeres como Cristina García, Lina Pohl, Marciana Panemeño y sus compañeras piangueras. Estas experiencias las convierten en una fuente invaluable de conocimientos y pericia en lo que respecta a la gestión del medio ambiente y es por ello que jugarán un papel protagónico en la lucha contra el cambio climático.