Mi compañera Delfina y el regreso a clases

¡Ah, qué friega nos sigue metiendo el Covixxx! Y conforme pasan los días parece que las cosas se van poniendo más piores, no hay luz al final del túnel, o quizá sí pero solo para aquellos que han logrado ver la luz, pero esa que a uno le dicen “no vayas a la luz, no vayas a luz”.

De pronto uno se emocionó con las vacunas, yo apenas llevo una dosis, y la vedad me la puse por presión social, no tenía ganas de ponérmela, neta no tenía ganas, pero sabía que tenía que hacerlo porque con ese disminuía la posibilidad de algo, ya ni me acuerdo de qué pero al menos de algo.

A mi jefecita y a la Angelilla ni les pregunté, las acerqué y “Chínguenselas”, ninguna de las tres tuvo síntomas de nada por la vacuna, mi jefa ya tiene las dos dosis, yo una y Angelilla una también, esperamos ansiosas las segundas dosis, así como mi pobre hija esperaba el regreso a clases.

En unos días la Angelilla va a entrar a la universidad, creo que eso del ingreso a la universidad es una de las cosas más chidas que siente uno como mamá, porque aunque  me cae muy mal mi hija, en ocasiones, a veces, muy de vez en cuando me cae bien y se me afigura que no me cae tan mal.

Cuando estaba morrilla estuvo en una escuela de monjas, dos años, porque yo tenía miedo de que un día su papá, así, sin más ni más fuera por ella y se la llevara y me la escondiera (no era miedo infundado, pero esa es otra historia); bastó un año para entender que ni de pedo iba a ir jamás por ella, ni por bien ni por mal, ni que fuera tan fácil cargar con los chamacos; la dejé otro año y la cambié a una primaria tranqui de mi colonia, pero no se podía ir sola porque #PeligroYMiedo, un día hubo una balacera afuera de su escuela y eso sirvió para entender que ni de pedo se andaría sola en mi colonia, que no es de las peligrosotas, pero tampoco es de las no peligrosas.

La secundaria la hizo en la Técnica #48, le decían “la 40 y cholos”, le fue bien, a pesar de ser medio ñoña nunca le pusieron una madriza (yo cada día la imaginaba toda desgreñada y aterrada, pero no se me hizo, digo digo, gracias a Dios no ocurrió); la prepa fue en el Poli, le fue chidote pero un año antes de terminar, justo cuando le comenzaba a dar permiso de salir a dar el rol “PUM” llegó el perro Covixxx.

Antier avisaron oficialmente que el regreso a clases en la UAZ será virtual, al menos por un rato.

Neta el Covixxx está perro, pero la verdad está perro todo, ayer por ejemplo, nos agarró la mañana con seis colgados en un puente, aquí cerquita de mi casa, (no en mi colonia, pero sí a unas cuantas cuadras), fueron y los dejaron con el descaro y la fresca de “ahí les dejo esos monigotes”, la verdad es que entre el chingao virus y la méndiga inseguridad ya no sabe uno si realmente es bueno el regreso a clases o si de plano seguimos con los chamacos encerrados, volviéndose poquito locos pero con la tranquilidad de que no se exponen, aunque sabemos que no podemos cuidarlos a los tarugos por siempre (pero sí quisiéramos).

El asunto de los colgados se me hace terrible, hasta enfermo, por vida de Dios, cada día me sorprenden más las manifestaciones violentas en Zairo y la verdad, pues sí puede pensar uno que en otros estados están peor, pero en buen pex de qué serviría.

Ahora, gracias a las redes sociales, se difunde más rápido la info, aunque muchas veces de fuentes poco confiables, pero se sabe y a causa de la difusión nos terminamos encontrando con expertos en todo: infectólogos, criminólogos, psicólogos, ginecólos y todos los cólogos que se les ocurran y en buena onda está DLV que ocurra eso, porque vemos constantemente que si unos culpan a Tello, que si otros a AMLO, que si otros más a David, neta hay comentarios en las notas que me causan risa porque hasta me imagino a los cabrones opinólogos con una cinta métrica viendo si los colgados estaban suspendidos a “tanta distancia” del piso, porque “en todo caso son de la federación porque el puente era carretera federal y los que se zafaron, ya son del Estado porque estaban en suelo estatal”.

¡No mmen, paisanos y opinadores! Neta la ni es de culpas, pero si se trata de culpar culpemos a la falta de educación e interés en la vida humana de quienes delinquen.

Veo, como en cada cambio de poderes, gente que dice a los goberss: “Dijiste que ibas a acabar con la delincuencia (inserte aquí el nombre de quien sea Gobernador en turno)”, ojalá todo dependiera de una sola persona, porque si así  fuera no estaríamos ni asustados por el Covixxx ni con el miedo de decirle delincuentes a quienes asesinan a la pipol.

Esperemos unos días, ya falta muy poco y comenzaremos a ver lo mismo de cada cambio de Gober: “Fulano los dejó entrar”, “sí pero éste dijo que él los iba a controlar”, “pero aquel otro no hizo nada”, “pero al que yo le voy al menos dice algo”, “tú la traes y no me la pegas”, y esa perorata de cada sexenio, en este caso quinquenio, pero que en unos días va a empezar.

Yo nomás digo una cosa: En el próximo sexenio pido ser yo la primera que la haga de pedo por la canción de “17 años” de los Ángeles Azules, al fin que esas discusiones son tan profundas y enriquecedoras como las de saber si los zapatos de uno están más boleados que los del otro.

Ah, y en cuanto al nombre de esta colaboración, sepan que tengo una compañera que se llama Delfina, se viste muy perrón y no, no es la secretaria de Educación. Comper.