“Protesto desempeñar leal y patrióticamente el cargo de gobernador del estado, que se me ha conferido y guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la particular del estado y las leyes que de ellas emanen, mirando en todo por el bien y prosperidad de la unión y en particular por la del estado. Si así no lo hiciere, la nación y el estado me lo demanden”.
Esa fue la protesta de David Monreal Ávila, quien a partir de este domingo 12 de septiembre será el gobernador constitucional del estado de Zacatecas para el periodo 2021-2027.
Mientras esto sucedía en el Palacio de Convenciones, a donde fue convocada la crema y nata (o una parte) de la política local y nacional, en otras latitudes era domingo de tianguis y muchas familias aprovecharon para surtirse de alimentos suficientes para la gran “Noche Mexicana” del 15 de septiembre, una noche que servirá de pretexto para gritar “¡Viva México! ¡Viva Zacatecas! ¡Viva los héroes que nos dieron patria!”, aunque muchos ignoremos nuestra propia historia (y por ende, estemos condenados a repetirla).
Como cualquier domingo, la gente en sus hogares se dedicó a las tareas domésticas, a hacer las compras semanales en el tianguis o en el súper, a visitar a sus seres queridos (en medio de una pandemia) y en pocos casos, asistieron a la verbena organizada por la nueva gobernanza en el domo de la Feria con motivo de la toma de posesión del nuevo gobernador.
Al fin, la nueva gobernanza llegó a Zacatecas, cualquier cosa que eso signifique. A los simples mortales tal vez les pasó de noche que la política de seguridad tal vez tenga continuidad (con todo y sus pésimos resultados) con la ratificación de quien estuviera al frente de la Secretaría de Seguridad.
Tampoco cobrará la misma relevancia la continuidad en el cargo del responsable de las finanzas en el estado, ese que en campaña nos pintaron en la quiebra, en ruinas, desolado como el nuevo logo del Gobierno del Estado que parece más una alegoría de un camposanto bañado en sangre que una representación de los cerros más reconocidos en el estado.
Pero la gente está “feliz feliz feliz”, como declaró la súperdelegada en la toma de posesión de David Monreal, en un evento que recordaba al cuento del “traje nuevo del emperador”.
Y mientras esto sucedía en Palacio de Convenciones, se ponía en marcha un operativo para localizar a tres menores infractoras que escaparon del Centro de Internamiento y Atención Integral Juvenil ubicado en Villanueva, y las pocas familias que todavía permanecen en la comunidad de Ermita de los Correa, en Jerez, continuaban el éxodo huyendo de la violencia que les azota desde hace semanas.
Lo importante es que el gobernador David Monreal dio el banderazo de arranque a la rehabilitación de carreteras, en la comunidad de Guadalupe de Trujillo, en Fresnillo, para empezar a cumplir con su compromiso de “100 días, 100 acciones”, mismo nombre del programa que lanzó al inicio de su gobierno Alejandro Tello, o algo similar a “Más de 200 acciones por un Zacatecas de 100”, del exalcalde Ulises Mejía. Como bien dijo en su toma de posesión: “no venimos a descubrir el hilo negro”.
El reto será grande, y más considerando que la federación no contempla recursos para conservación y mantenimiento de carreteras y caminos de Zacatecas en el 2022, y la meta propuesta son 500 kilómetros en 27 carreteras de 17 municipios, tan solo en la primera etapa. Muchos nos preguntamos cómo le hará para cumplir si en su mismo discurso advirtió que no había ni para pagar la nómina de la siguiente quincena.
Compromisos más, compromisos menos, lo más urgente es asegurar un mayor presupuesto para Zacatecas el próximo año. De lo contrario, no habrá condiciones para cumplir con los buenos deseos de la nueva gobernanza, incluso si se apretaran el cinturón los tres poderes, toda la burocracia y hasta los sindicatos.
Llama la atención que en el magno evento del Palacio de Convenciones no se vio la presencia de líderes de oposición: ni senadores, ni diputados federales, ni dirigentes partidistas. Vamos, ni siquiera de los históricos de su propio partido. Porque sacar adelante a Zacatecas requerirá de los consensos y la suma de voluntades de todos lados, no solo de quien aplaude por aplaudir.
Una cosa es segura: pasar de la demagogia a los hechos no será tan fácil, menos cuando los primeros dos nombres integrados al gabinete representan una continuidad. ¿O serán un pacto con el gobierno que recién termina? ¿A cambio de qué?