A peso los chicles

Desde hace algunos años, más que por chamba, por gusto, de cuando en cuando me pongo a escuchar las sesiones de los dipus locales. La verdad es que en ocasiones son divertidas y en otras (sobre todo cuando no las veo en tiempo real) me las chuto a la hora de dormir en lo que el medicamento comienza a hacer efecto. Esta hermosa costumbre la estaba perdiendo por andar lampareada perdiendo el tiempo en otras cosas, pero lo chido es que ahí voy, retomando el caminito.

Esta Legis está bien chispa, entre el llamado bloque “oficial” y el opositor; pongo lo de “oficial” entre comillas porque al Cepillo no le gustó el martes que le dijeran así a la pandilla de sus cuates, a pesar de que un cuate fue quien lo dijo y como yo le digo a las personas cómo quieren que les diga, tons por eso si digo “oficial” lo voy a entre comillar para que sepan que no es como quiero decirles, sino como dicen que les digas; si quieren que les diga amigues, les digo amigues, si quieren que les diga compañere les digo compañere. Por cierto, me gustaría que alguien me explicara ¿por qué a la diputada Humberto de la Torre no le dicen diputada?

Es un pregunta legítima, pues no me gustaría pensar que ese lugar fue cubierto nomás por un trámite pedorro que permitiera meter más personas de un género que de otro y darle en la madre a la paridad, no creo que así sea y me gustaría que la diputada o la diputado Humberto dijera la forma en la que desea que uno se refiera a él o ella.

Explico porque no quiero pedos: el asunto es que él o ella se registró ante el IEEZ como una candidata y me llama mucho la atención que en la página del Congreso, se establecen sus funciones en las comisiones de que forma parte (designadas en esta semana) con el género masculino (presidente o secretario), situación que me parece un atropello en muchos sentidos pero solo diré dos:

Asumo que la diputada De la Torre merece que se le trate con respeto a su identidad, misma que quedó fijada en su registro como aspirante; no me gustaría pensar (y lo digo en serio) que fue un ardid para robarse un espacio que legítimamente era destinado a una mujer; el otro sentido en el que me mueve este asunto es que quienes formamos parte de la comunidad LGBTTTQ+ debemos saber que en él, tenemos un “aliade” en quien contar, pero en fin, si estoy mal pos me explican y se arma.

Hay muchísimo trabajo que las mujeres de la Legislatura pueden hacer por sus congéneres y la verdad, me encantó la postura de la diputada Priscila Benitez y de Georgia Miranda, quienes dejando de lado la playera de un partido hoy mostraron de qué están hechas al apoyar un exhorto en el que se pide que se cubran pensiones alimenticias de menores que no las han recibido.

Un detalle que me brincó es que se fueron todos los legisladores con la onda de que las pensiones son cobradas por mujeres y aunque así es en la mayoría de los casos, pues no es una generalidad.

En fin, el punto es que ambas diputadas del bloque “oficial” se plantaron y dijeron a un compañero de su pandilla: “ni madres, no metas mamadas lucidoras y taradas a algo que tiene un buen propósito, no busques reflectores porque no es de ahí, beibi” (bueno, no, la verdad no lo dijeron tal cual, pero casi estoy segura de que sí querían decirlo así pero ellas no son groseras como yo); en fin, pues súper bien plantadas, muy sororas y bien solidarias, como se debe.

No digo esto en detrimento de las diputadas “del bloque opositor”, claro que no, ellas súper seguras de sus chambas y convencidas del beneficio para la gente, pero de las dos antes citadas sí me sorprendió porque finalmente son compañeros de bancada y son compas, pero con eso comienzo a creer que al menos ellas son y serán congruentes con las causas justas, espero no equivocarme.

También espero que pronto la diputada Humberto de  la Torre nos vaya mostrando que también buscará el bienestar de las mujeres y que en efecto no se valió de un ardid técnico para llegar a una curul. Plis, Humberto, no nos falles a tus congéneres y a todos los que somos miembros de tu comunidad.