En anteriores opiniones hemos explicado cómo desarrollar un huerto familiar o bien, una farmacia viviente. En esta ocasión no hablaremos de semillas, sustratos ni cosechas. Hoy platicaremos de los efectos positivos para las personas, y no nos referimos a la parte alimentaria. Esta vez hablaremos del huerto terapia, de sus beneficios, de sus usos y de lo que tiene en común y de diferente con otras terapias alternativas.
El objetivo de cualquier terapia es que la persona crezca y desarrolle, el de un huerto es el mismo: ver germinar, crecer, florecer y fructificar los cultivos, por lo que podemos decir que tenemos algo en común.
Un huerto terapia es el acto de cultivar con objetivos terapéuticos, es decir, tener una vía de escape a nuestras emociones, al tiempo de aprovechar los beneficios de un huerto familiar o farmacia viviente, practicando la consciencia del “aquí y ahora”, desarrollando el autoestima, al tener en nuestras manos un jitomate, cebolla, chile, o bien, tomarnos un té de romero producido en nuestra casa.
Trabajar en un huerto, nos aporta mejoras corporales, ayudando a nuestro aparato locomotor, nuestros pulmones e incluso puede tener un efecto positivo a nivel cardiovascular. Nos mantiene activos, habilidosos, potencian la movibilidad e incluso la fuerza, al mover a veces pesados sacos de sustrato.
Uno de los mayores beneficios de la horticultura para todos los que la practicamos es que el tiempo que estás en tu huerto casero pasa de forma diferente, desde preparar un sustrato a trasplantar semilleros, pasando por recoger la cosecha o quitar una plaga. Estamos centrados en lo que hacemos y, por norma general, requieren nuestra atención de una forma que te hace no estar pensando en todo el barullo mental que suele acompañarnos en nuestro día a día.
Los resultados en el huerto no se ven de forma inmediata, es cierto que si siembras rabanitos verás los primeros brotes en solo tres días, pero de ahí a que te los puedas comer pasarán semanas. Saber esperar y respetar los tiempos de cada cultivo te aporta un extra de paciencia y de entender que todo en esta vida conlleva su tiempo.
Tener por primera vez un huerto y ver cómo tus esfuerzos van dando frutos es una sensación que favorece la autoestima, es una muestra de que has sido capaz de hacer crecer correctamente los cultivos y, como resultado, puedes disfrutar de los alimentos que ha dado tu propia cosecha.
A veces las semillas no germinan, las plantas se marchitan, los frutos no maduran o las plagas se comen las plantas. El huerto te da el impulso y la ilusión para volver a intentarlo, aprender de los errores; nos enseña empatía y resiliencia.
El desarrollo de habilidades se motiva cuando empezamos a cultivar, ya sea en un huerto grande o una maceta. Nos enfrenta a nuevos retos y nos lleva a hacer cosas que nunca habíamos hecho, aprendemos qué tipo de tierra, en qué temporada hay que sembrar o comer cada verdura, desarrollamos nuevas competencias, aprendemos a preparar el sustrato, regular el riego, poner tutores, realizar un abono casero…
Es innegable que los progresos y sobre todo la cosecha dan una sensación de satisfacción. En nuestro rinconcito verde ocurren verdaderos milagros y ver lo que vamos consiguiendo nos llena de orgullo y alegría.
Ligada a la paciencia, cultivar en casa te aporta un extra de ilusión a tu día a día, pues vas viendo los progresos de tu plantitas, y cada nuevo fruto se vive con ilusión al ver los primeros brotes, y sobre todo al probarlos.
Por lo antes mencionado, los huertos son recomendados para terapias ocupacionales en personas con ansiedad, niños con problemas de atención, personas que son reinsertadas a la sociedad, que sufren de depresión, personas con capacidades diferentes, para los que se sienten solos, entre otras personas.
Recordemos los principios de la ecología: quien está en contacto con la naturaleza, es lo mejor de la vida. Después de estar trabajando en la oficina o un trabajo similar, no hay algo más agradable que meter la manos en la tierra, sentir ese olor y conectar con la naturaleza, con las plantas, pues aparte de ayudar a nuestra economía, mejora nuestra salud y al mismo tiempo se atiende nuestra salud mental.
Cómo hay’ qué’. Vivo en una casa del Infonavit de 5 x 5 sin agua suficiente , como le hacemos el 50% de los pobladores de las áreas urbanas para seguir sus brillantes consejos.