Verdaderamente estoy sorprendida por la cantidad de gente que llegó a la capital del estado para aplicarse la vacuna anticovid este martes en las instalaciones de la feria, tanta que hasta se cerraron vialidades con el consiguiente entorpecimiento del tráfico vehicular.
No me resulta lógico que haya venido tanta gente, porque durante meses la insaculación fue –creo yo– ordenada, por edades y zonas, aunque he de aceptar que me pareció tendencioso aplicar la fórmula por segmentos, porque en mi razonamiento, debía ser abierta y permanente la inmunización, así como a los niños en las campañas nacionales de vacunación.
El caso es que para cada edad hubo días específicos y muchos no atendieron el llamado, unos por desconocimiento, otros por desidia (procastinación le dicen hoy pomposamente), unos más porque decían que no creían en la enfermedad, menos en la vacuna y otros tantos porque estaban espantados por las teorías de confabulación para exterminar o controlar a la humanidad…
Lo cierto es que este martes llegó lo que parecía una marea de arrepentidos unos, convertidos otros, o porque para muchos trámites exigen como requisito la prueba de que ya se vacunaron y algunos más agradecidos por la nueva oportunidad que les daba el gobierno para vacunarse contra la pandemia más mortal de los últimos tiempos.
¡Qué bueno que se dio una nueva oportunidad de vacunase! Pero qué mal que hubiera tanta gente sin vacunarse caminando entre los que sí se cuidaron, sí se inmunizaron y si guardan el protocolo sanitario para evitar contagios.
Qué bueno, insisto, sobre todo ahora que ya la mayoría de las instancias de los tres órdenes de gobierno y muchos establecimientos de la iniciativa privada han empezado a trabajar como lo hacían antes de la pandemia; con los niños en las escuelas con clases en aula y mucha gente en la calle o en fiestas…
Sin embargo, uno va oyendo comentarios que rayan en la ingratitud, soberbia o ridiculez de que el gobierno no estuvo bien organizado, que debió haber más módulos de vacunación, que si esto, que si lo otro, lamentables comentarios, porque los incumplidos e informales fueron los rezagados.
Oí a una mujer de mediana edad que dijo que ella no había venido a vacunarse porque es madre soltera, que trabaja y que debe cuidar a sus hijos. Patrañas, pensé yo. También soy madre sola y tengo un hijo pequeño y fui cuando se me indicó y llevé a mis padres cuando les tocó. Todo se trata de voluntad, civilidad y respeto a los demás, no todo es responsabilidad del gobierno.
No dejo de pensar en el personal que estaba a cargo de la vacunación hoy, porque supongo, tampoco esperaban a tanta gente, tanta que ya se había metido el sol y la fila aún no terminaba.
Resulta irónico que quien se aplicó la fórmula este martes reniegue y despotrique contra las autoridades rompiendo todo protocolo sanitario, pues no todos llevaban cubreboca y menos los que lo llevaban bien colocado tapando nariz y boca, de la sana distancia mejor ni hablamos, menos del lavado continuo de manos.
Resulta un tanto molesto o frustrante que los incumplidos siempre tengan más oportunidades que los que sí cumplen, en este caso se justifica, pero hay otros asuntos que resulta insultante, como por ejemplo en los pagos del impuesto predial o de refrendo vehicular, a los que pagan a tiempo se da cierto descuento, uno va y paga los primeros días para ahorrarse unos pesos, pero luego, a medio año se anuncia que no se cobrarán recargos y se harán descuentos, incluso más altos, a quien vaya a pagar… ¡Qué mal nos acostumbra el gobierno!
Al respecto solo puedo decir que debemos cumplir a tiempo todos, porque es por el bien común, porque son gente como uno los que pasan largas jornadas trabajando de más y porque somos ejemplo para nuestros hijos, y ya saben, dicen que las palabras enseñan, pero el ejemplo… arrasa.
Lo primero las vacunas: Pues lo afortunado es que se la pusieron o qué no?
Los pagos atrasados: Tenía una prima jubilada que cobraba de a DOS pensiones que hacía sus tremendos berrinches porque ella siempre pagaba puntualmente las contribuciones y la tenencia de su carro último modelo, y ya se murió.
Con esta pandemia y la falta de trabajos me parece muy insensible este comentario que haces.