El tema en boga en Zacatecas desde la tarde de ayer es el matrimonio igualitario, dicho de otra manera para quien desconociera por alguna razón el término, el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Personalmente no tengo nada en contra respecto al tema, tengo buenos amigos que comparten sus vidas sin que su género sea un impedimento, menos un papel que avale o no, legalmente, el amor que los une.
Pienso que de la cintura para arriba se da el amor divino, pensado, razonado, visible y hasta socializado y de la cintura para abajo se da el amor sabroso, ese que es muy íntimo y que no interfiere en las relaciones con los demás porque no resta respetabilidad, inteligencia o las capacidades para amar (en todos los sentidos y escalas), crear y trabajar.
Hay de todo, parejas del mismo sexo que viven una vida muy equilibrada y sana, amorosa como también las hay heterosexuales. Un día, no recuerdo hace cuánto y no mencionaré nombres, una gran amiga me dijo sin necesidad de defender su posición que no le importaba que la vieran con ojos de asombro o hasta de rechazo quienes se enteraban que compartía su vida con una mujer.
Su principal argumento fue que se amaban y respetaban, que eran una familia muy estable, más que cualquier familia de heterosexuales social y legalmente aceptada, en la que hay violencia física, emocional y económica, están presentes junto con la infidelidad y hasta abandono.
Insisto, su justificación me pareció innecesaria. Le dije que estaba bien todo lo que expresaba, pero que yo me quedaba con la parte del amor y el respeto, pues para mí esa es la esencia de una relación amorosa.
En ese momento se había puesto a discusión el tema en el Congreso local; era agosto de 2019. La iniciativa fue rechazada, era la segunda vez que se llevaba el tema a la Legislatura zacatecana y no pasaba.
Este martes, finalmente fue aprobado por mayoría, con lo que Zacatecas se convierte en el estado 25 en el país en permitir que dos personas del mismo sexo contraigan matrimonio con todas las consecuencias legales que ello representa.
Creo que Zacatecas se vio lento. De los 32 estados es el 25 en aceptar tal condición, tal vez en un intento de hacer prevalecer la tradición, lo cual me resulta muy contradictorio, pues queremos copiar todo lo que hacen los países más poderosos que el nuestro, Estados Unidos principalmente y de naciones europeas donde hace décadas fue reconocido este derecho para los que no son heterosexuales y que a estas alturas se ve como algo tan común que no es tema de discusión.
De hecho, México es el único país de América del Norte que no ha aprobado el matrimonio igualitario; este derecho fue reconocido por primera vez en 2000 en los Países Bajos, ese mismo año Costa Rica fue el primer país americano que legisló a favor mientras en México no se reaccionaba.
Actualmente la legislación de 30 países aprobó el matrimonio igualitario: Bélgica en 2003, Canadá y España en 2005; Sudáfrica en 2006, Noruega y Suecia en 2009, Argentina, Islandia y Portugal en 2010.
En 2012 Dinamarca; en 2013 Brasil, Inglaterra, Francia, Nueva Zelanda y Uruguay; en 2014 Luxemburgo y Escocia; Estados Unidos dio el sí en 2015 junto con Irlanda y Finlandia.
Colombia y Groenlandia lo aprobaron en 2016 y en el 2017 Australia, Malta y Alemania; 2019 Asturia, Ecuador, Taiwán e Irlanda del Norte; en 2020 Costa Rica y en 2021 Chile; se prevé que para 2022 se sume Suiza a la lista.
En México, en 2016 el presidente Enrique Peña Nieto puso sobre la mesa el tema, pero le fue echada abajo por el Legislativo con el argumento de que, por su carácter de federación, tenían que ser los estados los que legislaran en ese tenor y así ha sido desde entonces, en algunos estados ya se aprobó dicha unión, en otros se ha permitido bajo un amparo y en otros todavía está en discusión.
A partir de entonces cada estado ha legislado sobre el tema, a partir de 2009, 25 entidades han modificado sus códigos familiares y/o civiles para tal efecto; el primero fue la Ciudad de México.
A la fecha aún faltan siete estados por aceptar que con el paso del tiempo las modas, costumbres, tradiciones y culturas están en constante movimiento y por lo tanto cambian, estos son: Durango, Guanajuato, Guerrero, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas y Estado de México.