El año 2022 transcurre rápidamente y antes de que termine el mes haré una breve reflexión sobre los retos que tendrá nuestro país en materia de Derechos Humanos. Los eventos suscitados durante el 2021 y el inicio de 2022 indican que la demanda por promover y salvaguardar los derechos humanos (DDHH) será una tarea en que los gobiernos y organizaciones civiles tendrían que tener atención.
El mayor de todos es la construcción de una sociedad equitativa y justa, un reto que llevaría tiempo y para nada sería cuestión de un año específico, sin embargo, se puede seguir trabajando en ello y fortaleciendo las bases que hasta hoy se han tenido en esta lucha, que de lograrse cambiaría a la sociedad y su destino.
Para ello se deben ir atendiendo las diversas demandas que surgen de los sectores feministas, migrantes, defensores de DDHH, víctimas de la violencia, niñez, etc.
Si se fortalece, atiende y resuelven las diversas demandas a las violaciones de los derechos humanos en el país, y si esta atención se traduce en una percepción en el resto de la población que nos haga sentir confiados y seguros de que si alguno de nuestros derechos humanos es violentado se nos atenderá, respaldará, se intentará reparar el daño, estaríamos logrando buenos resultados al respecto.
Lamentablemente, la realidad nos rebasa. Las violaciones a los DDHH se está normalizando y las instituciones y organizaciones sociales se están viendo superadas por los incrementos en la demanda; en los últimos dos años la pandemia sobre todo se hace evidente lo que en teoría sabemos: los terribles efectos de una sociedad desigual, aunado a todos los demás enemigos de los DDHH que tenemos en el mundo y en nuestro país.
Por supuesto, no todo está perdido, paso a paso se avanza en el tema, no estamos viviendo el mismo mundo de cuando se proclamaron los primeros documentos que teorizaban y proclamaban los DDHH, la niñez en el mundo y el país tiene mayor acceso a la educación, vivimos más, los derechos de las mujeres han crecido y avanzado, se han abatido rezagos en clase social, casta, género y muchas minorías han logrado avances que hasta hace algunos años eran impensables.
Esos avances que se palpan animan a retomar el asunto de los DDHH, sobre todo hoy, que como indicaba, esta pandemia ha demostrado las consecuencias de la desigualdad, y este avance que se venía dando no se ha logrado consolidar y se ha estado estancando. 2022 puede ser el año en que los DDHH tengan el empujón que necesitan para seguir. Es cuestión y responsabilidad de todos.
El medio ambiente, el bienestar animal, la bioética, serían también temas que no deberían dejarse de lado, sino ser aliados en este esfuerzo por lograr una sociedad más justa o al menos trabajar en el intento e ir consolidando los avances que se han dado.
Lastimosamente, la reducción en los presupuestos en los organismos afectará este intento. Esperemos que se cuente con la astucia de hacer más con menos, ya que la demanda se disparará, al menos en la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) el 75% de su presupuesto se va en servicios personales, sueldos, arrendamientos, bienes muebles e inmuebles, por lo que será un desafío importante.
Hagamos lo propio desde nuestros espacios para la promoción y protección de los DDHH. Una mejor sociedad nos beneficia a todos.