Recuento de los daños y perspectivas de crecimiento

Las proyecciones de la economía mexicana no son muy alentadoras, ya que la pandemia del COVID-19 ocasionó diversas crisis: en la salud, social y económica, que debilitaron el ritmo de recuperación de la economía durante el 2021.

Derivado de la crisis, durante el 2020, el Producto Interno Bruto total registró una variación anual de (-)7.9% en términos reales con relación a 2019. Tabasco fue el único estado con una variación positiva de 3.5%; Zacatecas presentó una caída de (-)4.2% (solo crecieron las actividades primarias).

Como consecuencia de las medidas de confinamiento para disminuir los contagios se suspendieron actividades consideradas “no esenciales”, de tal manera que la mayoría de las actividades económicas redujeron su actividad hasta por arriba de dos dígitos, alcanzando algunas de las actividades contracciones de poco más de (-)40.0 por ciento.

La crisis afectó principalmente al sector de los servicios, que a la fecha no logra recuperarse, ya que al 30 de noviembre de 2021 continuaba con una contracción de más de 400 mil empleos perdidos desde febrero de 2020 a la fecha. En Zacatecas, además del sector servicios, las industrias extractivas tampoco ha superado el nivel de empleos previo a la pandemia.

Debido a que el transporte es una actividad transversal que atiende prácticamente a todas las actividades económicas y es parte clave de las cadenas de suministro, esta actividad se desplomó, disminuyeron los volúmenes de carga transportadas durante el segundo trimestre de 2020, además, no hay que olvidar que el transporte de mercancías está ligada al comercio exterior.

En la industria manufacturera se estancó la producción de automóviles, las plantas armadoras automotrices instaladas en el país se vieron afectadas por la escasez de chips semiconductores que son importados de proveedores extranjeros, los cuales dejaron de producirse.

Se desplomaron las ventas, disminuyó la productividad, la inversión pública fue insuficiente, empeoró la inseguridad, aumentó el gasto social, la inversión extranjera directa se incrementó (aunque crecieron las reinversiones y disminuyeron las nuevas inversiones), las remesas también crecieron.

La inflación ha aumentado considerablemente, alcanzando en noviembre una tasa anual de 7.37% y en la primera quincena de diciembre la inflación anual se ubicó en 7.45% (las más altas de los últimos 20 años), ejerciendo una presión significativa tanto en la inflación general como en la subyacente y complicando el cierre del año a los consumidores por el incremento de los precios de bienes y servicios.

Se debilitó la generación de empleos, principalmente en el segundo trimestre de 2020 disminuyó el empleo formal, aumentó el desempleo y el empleo informal, lo que significó una crisis en los ingresos de una gran parte de la población.

Al tercer trimestre de 2021 la pobreza laboral (situación en la que las personas no pueden adquirir la canasta básica alimentaria para todos los miembros del hogar con el ingreso laboral) se incrementó en un 40.7% de la población. En Zacatecas el 45.5% de la población se encontraba en pobreza laboral, cifra superior al promedio nacional.

No todos los impactos de la pandemia fueron negativos. Aumentaron las ventas en línea y el autotransporte fue muy importante para hacer llegar productos de primera necesidad a domicilio; se redujo el impacto ambiental debido a una menor cantidad de automóviles en circulación; se agilizaron procesos administrativos en línea.

Perspectivas 2021-2022

En octubre de 2021, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ajustó su proyección de crecimiento para México a un 6.2% para 2021 y 4.0% para 2022, gracias a la capacidad exportadora del país y sus fuertes vínculos comerciales con Estados Unidos.

Entre algunos obstáculos, el FMI indicó que las economías en desarrollo “tendrán presiones inflacionarias que persistirán debido a los elevados precios de los alimentos, de la energía y a una depreciación cambiaria que subirá los precios de los bienes importados”.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su informe “Perspectivas Económicas” de diciembre de 2021, redujo sus expectativas de crecimiento para la economía mexicana, al pronosticar un crecimiento del PIB de 5.9% en 2021 y 3.0% en 2022. La Organización considera que los elementos clave para la recuperación económica de México son las exportaciones hacia Estados Unidos, la mejora del mercado laboral y la vacunación contra la COVID-19.

La OCDE recomendó mejorar las regulaciones comerciales, reducir las cargas administrativas para iniciar la formalización de empresas que permitan aumentar la inversión privada y la creación de empleos formales. De igual forma, recomendó a México mejorar su nivel de recaudación tributaria para atender las necesidades de gastos sociales.

Respecto al tema de la recaudación, considero que es de las pocas cosas buenas que ha logrado AMLO: aumentó la recaudación tributaria en 2020 gracias a las medidas de fiscalización dirigidas a combatir la evasión y la elusión en materia fiscal.

Por su parte, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en los Pre-Criterios 2022, estima un crecimiento del PIB de México de 5.3% para el 2021 y de 3.6% para el año 2022.

De acuerdo con la encuesta de expectativas económicas de los especialistas en economía del sector privado realizada en diciembre por el Banco de México (Banxico), las expectativas de crecimiento del PIB para 2021 es de 5.6% y de 2.77% para 2022.

El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) proyecta un crecimiento del PIB para 2021 de 5.6% y de 4.2% para 2022, muy cercano a las expectativas del Banxico.