La sociedad actual se caracteriza por ser una «sociedad de consumo”; se compran toda clase de productos, objetos y servicios desde que somos concebidos, en el nacimiento, la infancia, la niñez, la adolescencia, la adultez, la vejez, la muerte, y aun después de ella.
Por ello es necesario tener un consumo seguro y saludable que sobresalga como un derecho humano y que se agregue a los derechos económicos, sociales y culturales; y a los derechos políticos y las libertades fundamentales de los individuos que consumen.
En algún momento de nuestra vida consumista hemos recomendado o nos han sugerido “denunciar en la PROFECO”, dicha propuesta se da después de que se expone una queja sobre algún servicio o producto, ya que en teoría la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) tiene como fin promover y proteger los derechos e intereses del consumidor, así como procurar equidad y seguridad jurídica en las relaciones entre proveedores y consumidores.
Algo que nos parece tan normal y algunas veces nos ha funcionado y otras se ha quedado en la frustración, comenzó en 1936, cuando nació la Unión de Consumidores de Estados Unidos, movimiento que señaló el importante papel que jugamos los consumidores en la sociedad.
Así, poco a poco fueron apareciendo otras asociaciones en distintos países, hasta que en 1960 se fundó Consumers International, organización que hoy coordina las actividades de más de 250 asociaciones de consumidores existentes en 115 países.
México se convirtió en el primer país latinoamericano en crear una Procuraduría en defensa del consumidor cuando en 1976 se promulgó la Ley Federal de Protección al Consumidor, con la cual se dio origen a la creación de la PROFECO, para ser la institución encargada de defender los derechos de los consumidores, prevenir abusos y garantizar relaciones de consumo justas.
Este breve contexto viene con la finalidad de comentar que el próximo día 15 de marzo se celebra el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, como una forma de promover los derechos fundamentales de todos los consumidores demostrando que el reconocimiento y la defensa de los derechos de los consumidores es un indicador importante de progreso social y económico.
En México, los consumidores están protegidos por la Ley Federal de Protección al Consumidor. En el primer artículo de esta ley se reconocen como principios básicos de las relaciones de consumo:
- la protección de la seguridad, vida y salud del consumidor,
- el derecho a la educación y divulgación,
- el derecho a la información,
- el derecho a la efectiva prevención y reparación de daños,
- el acceso a órganos administrativos, y
- el derecho a la protección de los intereses económicos del consumidor.
Conocer estos datos servirá para reforzar los derechos de los consumidores y ampliarlos con el reconocimiento de nuevos derechos que aún no se consideran por nuestras leyes.
Y algo muy importante: los derechos del consumidor son derechos humanos y deben ser exigidos como tales.