En 1975, durante el “Año Internacional de la Mujer”, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) instituyó la conmemoración del “Día Internacional de la Mujer” cada 8 de marzo, como tributo a las mujeres que murieron asfixiadas en el incendio de la fábrica Triangle Shirtwaist Factory ocurrido el 25 de marzo de 1911 en la sección de Greenwich Village, en Manhattan, Nueva York.
Estas mujeres trabajaban en condiciones deplorables, con bajos salarios, largas jornadas laborales, sin derechos, protección ni seguridad social, además de que las puertas de la fábrica que daban al exterior estaban cerradas con llave para que no pudieran escapar.
En los años siguientes a la tragedia hubo cambios en la legislación laboral, el estado de Nueva York aprobó algunas leyes que incluyeron la implementación de medidas de seguridad en los lugares de trabajo y contra incendios, jugando un papel decisivo las aseguradoras. Este trágico suceso inspiró la lucha de las mujeres para reivindicar la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y la lucha en favor de una sociedad equitativa y justa.
La ONU hace hincapié en impulsar la autonomía económica de las mujeres a través de programas innovadores, así como visibilizar los aportes de las mujeres a la economía, especialmente en el trabajo no remunerado. También considera esencial el acceso de las mujeres a la justicia, la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres y niñas.
Instrumentos Internacionales creados para proteger a las mujeres
En la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada en Viena en 1993, la Asamblea de la ONU adoptó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer al señalar que “los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales”.
Esta Declaración es una de las más importantes, ya que contempla la violencia contra las mujeres dentro del discurso de la violación a los derechos humanos, define de manera amplia el fenómeno de la violencia y recomienda medidas para combatirla.
En 1994 la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como “Convención de Belém Do Pará”, con el propósito de proteger el derecho de la mujer a una vida libre de violencia.
La Cuarta Conferencia Mundial de Beijing celebrada en 1995 en Beijing, China, ha sido una de las conferencias mundiales de mayor importancia que haya organizado la Organización de las Naciones Unidas. La Declaración de Beijing expresa la determinación de los gobiernos de garantizar la paz para las mujeres; la eliminación de todas las formas de violencia contra la mujer y la niña, intensificando esfuerzos para garantizar a éstas el disfrute de condiciones de igualdad de sus derechos humanos y libertades fundamentales.
La ONU Mujeres, creada en 2010, estableció una alianza con el INMUJERES, con el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, con el fin de incorporar la perspectiva de género en la producción de estadísticas, el diseño, ejecución, monitoreo y evaluación de políticas públicas para el logro de la igualdad sustantiva.
Antecedentes del acceso a la educación y al trabajo en México
Por muchos años la exclusión de la mujer se consideró natural, no tenía voz ni voto, la mujer debía ser sumisa y obediente, se dedicaba a las labores del hogar, cuidado de los hijos y de los enfermos, la mujer quedaba nulificada.
Era mal visto que la mujer usara pantalones, esos eran exclusivos de los hombres, la mujer debía usar falda y blusa o vestidos largos; generalmente la mujer traía el cabello largo y como las mujeres serían amas de casa una vez que se casaran, no asistían a la escuela o realizaban estudios básicos.
Con el paso del tiempo algunas mujeres se integraron al proceso de enseñanza formal, estudiaban para maestras o enfermeras, así que las primeras mujeres que se insertaron al mercado laboral lo hacían como maestras, costureras, enfermeras. Aunque algunas mujeres sin estudios se dedicaban a las labores domésticas mal remuneradas, actividad que algunas personas consideraban como una labor denigrante.
A lo largo de la historia, la mujer ha recibido un trato desigual en relación con el hombre, el acceso de las mujeres a la educación superior fue lento, tuvieron que vencer muchos obstáculos. Las primeras profesiones estaban relacionadas con las ciencias de la salud (medicina) y la educación. A la fecha, las mujeres han incursionado en otras profesiones como las ingenierías que eran consideradas sólo para hombres.
La cosificación de la mujer
La publicidad es un conjunto de técnicas dirigidas a atraer la atención del público hacia el consumo de bienes y servicios. Utilizan la imagen de la mujer respondiendo a dos estereotipos: 1) la mujer como figura idealizada de amor y maternidad y, 2) la mujer como objeto sexual, es un hecho recurrente que se da un uso sexista a la imagen de la mujer en los espacios publicitarios, desde la venta de vehículos, aparatos parta hacer ejercicio y hasta en los pronósticos del clima, degradando su cuerpo como si fuera objeto.
También la mujer aparece en otros anuncios promocionando destinos turísticos de playa, que en la mayoría de las ocasiones muestra la imagen de una mujer esbelta en traje de bajo sin mostrar el destino turístico, estableciendo cánones de belleza.
Avances en la igualdad en México
En México se han realizado importantes esfuerzos para alcanzar la igualdad de género, sin embargo, las mujeres tienen una menor participación en la economía que los hombres, tienen menos oportunidades de insertarse en el mercado laboral y en los puestos de liderazgo.
En 1970, la participación económica de los hombres en México alcanzó 71.7%, en tanto que en las mujeres fue de 16.4%; veinte años después, en 1990, este indicador fue de 68.0% para los hombres y de 19.6% para las mujeres. En el año 2020 la participación de los hombres fue de 71.5% y de las mujeres de 39.3 por ciento. Se puede observar que la tasa de participación de los hombres se ha mantenido, mientras que en el caso de las mujeres ha incrementado.
Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, al cuarto trimestre de 2021, tenemos que la participación económica de los hombres fue de 76.4% y de las mujeres, 44.7 por ciento. Para Zacatecas, este indicador fue de 78.9% para los hombres y de 43.6% para las mujeres.
En cuanto al ingreso mensual promedio, al cuarto trimestre de 2021, la mujer percibe 86 pesos en promedio por cada 100 que gana un hombre. Con datos del año 2019 del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), las mujeres destinan 2.5 veces más horas a tareas domésticas y de cuidado que los hombres.
México logró un avance significativo al armonizar las leyes y políticas con los compromisos internacionales, principalmente con el Comité para la eliminación de la discriminación contra la mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), al incrementar los recursos públicos etiquetados a la igualdad de género.
En el año 2001 se creó el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) con el objetivo de promover y fomentar las condiciones que posibiliten la no discriminación, la igualdad de oportunidades y de trato entre los géneros; el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres y su participación igualitaria en la vida política, cultural, económica y social del país.
El Plan Nacional de Desarrollo (2013-2018) incluyó la política nacional de igualdad de género enfocada en transversalizar y empoderar a las mujeres. En 2014 la reforma Político-Electoral elevó a rango constitucional la garantía de la paridad de género en las candidaturas al Congreso Federal.
Contradicción en el discurso oficial sobre la igualdad
Hace tres años (8 de marzo de 2019), en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su reconocimiento a la lucha de las mujeres por la justicia y la igualdad.
Muy poco duró esa falsa empatía hacia la lucha de las mujeres. Con antelación a la citada conmemoración del 8M, han blindado el Palacio Nacional con vallas metálicas, al igual que hace un año, lo cual ha causado polémica. ¿Falta de sensibilidad hacia las mujeres o temor?
Debería de preocuparle al presidente la violencia que se está viviendo en el país y sobre todo, agresiones contra las mujeres, personas desaparecidas, feminicidios, explotación sexual, lo que evidencia una serie de violaciones a los derechos humanos e impunidad. La violencia contra las mujeres incluye las omisiones del Estado para prevenirla, sancionarla y erradicarla.
¿Hay avance o retroceso en igualdad de género en México? A pesar de que hay avances, existe una brecha entre lo estipulado en las leyes, planes, programas y presupuestos acerca de los derechos de las mujeres y la práctica en el cumplimiento de esos derechos de las mujeres. Se trata de avanzar en la implementación de políticas que contribuyan al cierre de brechas de género. Es otra tarea pendiente.