Al salir de una pandemia, las actividades económicas se están reanudando. En nuestra ciudad es muy común encontrar a los jóvenes en fiestas, antros, bares, terrazas, las cuales se pusieron de moda por ser un lugar abierto y ventilado, pero al mismo tiempo se aplica una contaminación urbana por ruido, la cual es el efecto de sonidos de un nivel excesivo sobre la salud y bienestar humano.
Se emplea el término ruido para enfatizar su efecto molesto y perturbador, se tiene que mencionar que esta contaminación es debido a la intensidad del ruido y el tiempo de exposición, lo que lo convierte en uno de los principales contaminantes urbanos.
Lo que hace diferente a la contaminación por ruido a los otros contaminantes es:
- Su producción y emisión requiere poca energía.
- Aunque se percibe por un sentido, el oído, en realidad la percepción sonora es un mecanismo fisiológico en el que participan distintas áreas del sistema nervioso, por lo que su impacto en la salud, por exposición prolongada, puede ser de consideración.
- Su medición y cuantificación es compleja.
- Aunque su radio de acción es inferior al de otros contaminantes, la acción simultánea de múltiples fuentes sonoras multiplica su radio de acción.
Actualmente se sabe que los efectos en la salud por la exposición al ruido provocan problemas de salud auditivos y no auditivos, tales como enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo, trastornos del sueño y aprendizaje.
Los estudios epidemiológicos sobre el efecto del ruido en la salud iniciaron en el ámbito laboral, ya que la sordera y el deterioro de la compresión del lenguaje era la enfermedad laboral de mayor incidencia en los trabajadores, pese a los avances en su regulación, aún ahora sigue siendo la primera causa de incapacidad laboral a nivel mundial.
El efecto de ruido en el ámbito laboral tuvo como consecuencia una regulación estricta en la industria, en los países más desarrollados, tanto en el lugar de trabajo como en los productos que se fabrican. Al mismo tiempo la creciente demanda de transporte de las urbes y asentamientos urbanos provocó un gran nivel de ruido por los vehículos. El desarrollo y economí, van de la mano de la contaminación de ruido.
Actualmente la pérdida auditiva inducida por el ruido se considera que es un problema de salud pública. Un estudio de la OMS estima que mil 300 millones de personas se ven afectadas por la pérdida de audición y los investigadores calificaron la pérdida de audición como la causa de incapacidad laboral, la pérdida auditiva en adultos. Se estima que el 26% de los adultos tienen un trastorno auditivo bilateral que perjudica su capacidad de oír en entornos ruidosos.
La OMS estima que el 10% de la población mundial está expuesta a niveles de presión sonora que podrían causar pérdida auditiva inducida por el ruido; en aproximadamente la mitad de estas personas el daño auditivo puede atribuirse a la exposición a ruido intenso.
El Tinnitus (cambio en la percepción del sonido, como zumbido o campanilleo, y que no se puede atribuir a una fuente externa) a menudo proviene de la exposición a ruido agudo y crónico y persiste en una alta proporción de individuos afectados.
Este mal puede afectar la calidad de vida de varias maneras, incluyendo la alteración del sueño, depresión o la incapacidad de mantener la atención. El hecho de que la pérdida auditiva y el tinnitus se presenten en combinación, sugiere que ambos síntomas comparten vías fisiopatologías comunes.
Para enfrentar este problema, la OMS ha recomendado las siguientes acciones:
- Reconocer al ruido como un contaminante importante.
- Legislar sobre todos los aspectos que inciden en el problema de ruido.
- Cuantificar la población afectada (mapas, mediciones, investigación) y su costo.
- Planeación cuidadosa del uso del suelo y las vías de comunicación.
- Dotar a las edificaciones (viviendas, escuelas, hospitales) de una mejor protección o aislamiento contra el ruido.
Es necesario aumentar las medidas de control de ruido, cumplir las emisiones necesarias, controlar la emisión de fuentes de ruido fijas, pues los niveles de ruido se encuentran por arriba de los 70 decibles, lo que genera una grave contaminación acústica.
Es necesario asumir nuestra responsabilidad como generadores de ruido, aplicar las medidas de control o de mitigación del sonido, no exceder los decibles permitidos, al mismo tiempo, es importante reportar y exigir a las autoridad el control en la generación del ruido, el trabajo en conjunto es lo que nos ayuda solucionar los problemas de contaminación.