El deporte es una actividad física que realiza una persona o grupo, la práctica deportiva exige ciertas dosis de esfuerzo físico o de habilidad y destreza, supone entrenamiento, así como sujetarse a ciertas reglas y se practica dentro de un espacio físico determinado. Generalmente está asociado a las competencias de carácter formal y sirve para mejorar la salud física y mental.
Beneficios de practicar deporte
Si se realiza actividad física de manera regular, puede mejorar la fuerza muscular, aumentar la resistencia. El ejercicio suministra oxígeno, lo que ayuda que el sistema cardiovascular funcione de manera eficiente. Cuando la salud cardiaca y pulmonar mejora, se tiene más energía para realizar las tareas diarias.
Practicar algún deporte nos ayuda a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de algunas enfermedades, mejora la salud y nuestro estilo de vida, se adquiere disciplina y nos permite un mejor desarrollo individual y a establecer relaciones sociales entre diferentes culturas.
Los juegos olímpicos y la participación de la mujer
En Atenas, capital griega, se llevaron a cabo los primeros juegos olímpicos modernos en 1896 y toman su nombre porque originalmente se celebraban las antiguas olimpiadas (776 AC) en la ciudad de Olimpia, Grecia, en honor a Zeus. Se practicaban las carreras, salto de longitud, lanzamiento de disco y de jabalina y la lucha. No se permitía la presencia de mujeres, ni siquiera como espectadoras.
Inicialmente los Juegos Olímpicos tenían como objetivo fomentar la habilidad atlética del hombre y las mujeres solo eran un elemento estético siendo su única participación entregar el premio al ganador, así que la intervención de las mujeres era desigual a la de los hombres.
La participación de la mujer en las olimpiadas se limitó al principio a disciplinas consideradas “acordes a la naturaleza femenina” como en competencias de golf y de tenis en el año 1900, poco después compitieron en el tiro con arco. Sin embargo, la primera competencia en las que participó la mujer no fue oficial.
El Comité Olímpico Internacional (COI) rechazó la participación de las mujeres en competiciones deportivas como el atletismo, porque “podrían afectar su salud y no eran adecuadas para ellas”, pero en 1922, Alice Milliat fundó los Juegos Olímpicos Femeninos y la Federación Internacional de Atletismo tuvo que abrir espacio para las mujeres en el atletismo de manera profesional.
Una atleta mexicana de élite
Lorena Ramírez, una deportista de élite mejor conocida como Lorena la corredora de pies ligeros, originaria de Guachochi, Chihuahua, perteneciente a la etnia rarámuri (que significa pies ligeros o corredores de a pie), nacida para triunfar, ha ganado maratones de hasta 100 km en huaraches y falda. A pesar de ser una atleta de alto rendimiento, no es elegible para apoyos deportivos.
En 2016 logró el segundo lugar en el Ultra maratón Caballo Blanco, competencia de 100 km realizado en Chihuahua; en 2017 ganó la carrera Ultra Trail Cerro Rojo en Tlatlauquitepec, Puebla una carrera de 50 km, que completó en siete horas y tres minutos, en la cual participaron más de 500 atletas de 12 países, en esta carrera ganó seis mil pesos.
En 2017 finalizó en primer lugar en el Ultra Maratón de los Cañones, competencia de 100 km en Guachochi, Chihuahua; en 2018 finalizó en segundo lugar en el Ultra Maratón de los Cañones. En 2017 corrió en Europa, en la isla canaria de Tenerife, España, en 2018, carrera de la que se tuvo que retirar en el km 55 de los 97 que comprendían la prueba, por un fuerte dolor en la rodilla.
Lorena volvió a participar en la Tenerife Bluetrail, finalizó en el tercer lugar de la categoría Sénior, logrando el reconocimiento internacional como “la Rarámuri que conquistó Tenerife”, sorprendió al mundo en una competencia de 102 kilómetros celebrada en la isla española que reúne a 2,400 corredores de 38 países.
Vi el cortometraje de Lorena, la de pies ligeros, producida por Gael García Bernal y dirigida por Juan Carlos Rulfo, para Netflix (lo recomiendo).
Sustento legal de la igualdad en el deporte
A pesar de que en México todas y todos tenemos derecho a practicar deportes libremente, pues se encuentra respaldado por el artículo 4° de la Constitución, que a la letra dice: “Toda persona tiene derecho a la cultura física y a la práctica del deporte. Corresponde al Estado su promoción, fomento y estímulo conforme a las leyes en la materia”, la mujer sigue enfrentando barreras socio-culturales.
La Ley General de Cultura Física y Deporte en su Título Primero, disposiciones generales, fracción XI del artículo 2, establece: “Garantizar a todas las personas sin distinción de género, edad, discapacidad, condición social, religión, opiniones, preferencias o estado civil, la igualdad de oportunidades dentro de los programas de desarrollo que en materia de cultura física y deporte se implementen”.
Brecha de género en el deporte
Históricamente la práctica deportiva se ha asociado más al hombre, ya que se encuentra ligada a estereotipos masculinos y femeninos (de lo que el hombre o la mujer pueden o no realizar con su cuerpo) que aún prevalecen en la actualidad, prolongándose en los medios de comunicación relacionados con el deporte.
En cambio, se concebía y aún predomina la concepción de la mujer como inferiores respecto del hombre, la débil, la cuidadora, la ama de casa, sometida. La mujer era relegada al ámbito privado y doméstico y sus principales funciones eran la reproducción y las labores del hogar.
El deporte es uno de los espacios en los que los discursos sobre la superioridad física (biológica) del hombre frente a la mujer se perpetúan y legitiman. La masculinidad hegemónica ha sido una construcción discursiva social y cultural, lo cual es discriminación por género, se discrimina a la mujer cuando se la encasilla a determinadas actividades consideradas “femeninas”, cuando frente a un mismo trabajo reciben un salario menor.
La fama de los deportistas de elite, parte de un supuesto que legitima el discurso hegemónico: el poco reconocimiento mediático a mujeres deportistas no tiene nada que ver con las habilidades y capacidades de las mujeres, sino con la invisibilización a la que el sistema patriarcal ha sometido a las mujeres deportistas de elite.
Las brechas de género en el deporte se hacen más visibles en el fútbol ya que los futbolistas masculinos perciben un mayor salario que sus homólogas femeninas, barreras que aún se deben superar. Aunque no es exclusivo de este deporte, este tipo de prácticas discriminatorias incurren en violencia de género de tipo económico y vulnera los derechos de las mujeres.
Hace unos días vi en Facebook una convocatoria de atletismo en Zacatecas y me sorprendió la brecha de género en los premios. En la carrera de 5,000 metros élite varonil, los premios para los tres primeros lugares eran de: $7,500.00 primer lugar, $5,000.00 segundo lugar y $3,000.00 el tercero, mientras que para las mujeres los premios eran de: $3,500.00 primer lugar, $2,500.00 segundo lugar y 1,000.00 el tercero.
Derechos de las mujeres deportistas, una tarea pendiente
Los responsables de las actividades deportivas deben sentirse muy cómodos con su posición de cómplices con las versiones hegemónicas de masculinidad. Afortunadamente la situación de la mujer ha cambiado, mejorando en muchos aspectos, han luchado por sus derechos, por hacerse visibles en la sociedad, pero las situaciones de desventaja para las mujeres siguen presentándose, aún queda mucho por hacer.
Considero necesario deconstruir (deshacerlo para darle una nueva estructura) el concepto de masculinidad históricamente considerado como el ser fuerte, el valiente, el proveedor, el exitoso, el poderoso, el patriarca, entre otros atributos enseñados y aprendidos por generaciones, toda vez que de ahí surgen las relaciones de desigualdad entre los géneros y son reproducidos en grupos, instituciones y políticas.
El género ha influido en la práctica deportiva, generando desigualdades a consecuencia de la diferenciación sexual y las relaciones de poder que se mantienen en este ámbito. Es fundamental que todos los actores implicados en la organización de actividades deportivas, quienes las practican y la sociedad en general adopten acciones que contribuyan a una vida libre de violencia para las mujeres en las actividades deportivas.
Es necesario que las mujeres deportistas reciban el mismo reconocimiento social y económico que los hombres deportistas. La Ley General de Cultura Física y Deporte debe incluir la perspectiva de género que garanticen la igualdad.