Después de unas vacaciones estamos de regreso en este espacio para seguir reflexionado sobre diferentes temas sociales. En esta ocasión el tema es la importancia de los pueblos originarios en el marco del próximo 9 de agosto, que se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo.
Hay más de 476 millones de pueblos indígenas que viven en 90 países de todo el orbe, lo que representa el 6.2% de la población mundial. Los pueblos indígenas son poseedores de una gran diversidad de culturas, tradiciones, idiomas y sistemas de conocimiento únicos. Tienen una relación especial con sus tierras y tienen diversos conceptos de desarrollo basados en sus propias cosmovisiones y prioridades.
La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió que el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo se celebrara el 9 de agosto de cada año. La fecha marca el día de la primera reunión, en 1982, del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Poblaciones Indígenas de la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos. En 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó 1993 Año Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo.
En México habitan alrededor de 13 millones de indígenas en mas de 78 diferentes pueblos originarios, cada uno con sus costumbres, religiones y formas de gobierno, lo que le da al país una riqueza cultural inigualable y lo convierte en un centro de atracción turística y cultural para todo el mundo.
En esta conmemoración se debe recordar que los pueblos y las personas indígenas constituyen uno de los sectores de la sociedad mexicana que requiere mayor atención para su desarrollo económico, político, social y cultural. Por ello, es necesario construir en el país una cultura de respeto, tanto a sus derechos individuales como a los que adquieren como miembros de una comunidad. La concientización para que México deje ser un país clasista y racista empieza por nosotros mismos.
Es una oportunidad para celebrar estas comunidades y sus conocimientos. El tema de este año gira en torno a la elaboración de un nuevo contrato social con los pueblos indígenas, que esté fundado en los derechos humanos y el respeto a la diversidad cultural, y que no deje a nadie atrás reconociendo al mismo tiempo el importante papel que desempeñan en el mantenimiento de la diversidad del paisaje cultural y del mundo biológico.
Debemos reivindicar su inclusión, participación y aprobación en la constitución de un sistema con beneficios sociales y económicos para todas las personas.
Nos leemos el próximo lunes.