No se puede tapar el sol con un dedo, dice un viejo, muy conocido y trillado refrán que hace referencia al intento inútil de ocultar algo que es demasiado notorio y obvio porque está a la vista de todos. Los acontecimientos del pasado fin de semana legitiman definitivamente la sabiduría ancestral, pues a pesar de los esfuerzos inútiles y burdos del gobernador y del secretario de Seguridad Pública de fingir que no pasa nada, queda al descubierto su demencia o evidencian su ineptitud al tratar de negar u ocultar algo que –gracias a la magia de la gran red– se podía ver en todo el mundo.
Generalmente prefiero opinar sobre lo que vive la gente común y corriente como yo, de las dificultades de la vida cotidiana, las alegrías, los aprendizajes y hasta anécdotas enriquecedoras o cómicas del ciudadano común y dejo la política a los políticos, sin embargo hoy no puedo permanecer impasible, fingiendo también como lo hacen desde el gobierno, que nada pasa en el terruño, cuando literalmente estuvo envuelto en llamas y nuestro gobierno finge desconocer los hechos y no actúa.
No basta que el gobernador niegue que Zacatecas es presa de la inseguridad para que esta desaparezca, ¿en qué mundo vive? Y sus asesores –que no cobran poco– ¿por qué no le dicen bien las cosas?, o son de los que para complacer a su amo dicen que las tortugas vuelan, bajito, pero vuelan para no contrariarlo.
¿De qué nos sirve a los zacatecanos tener una Secretaría de Seguridad Pública si su titular no actúa, no informa, minimiza hechos y miente? Y en última instancia, si no quisiera informar, que no informe, pero que actúe. Ofenden la inteligencia de la ciudanía con argumentos tan débiles como que tardaron en informar por la secrecía que demanda una investigación, perdón, pero… ¿qué se tenía que investigar si las redes sociales estaban “inundadas” con fotos y videos de los acontecimientos? Que dudaran de una publicación es aceptable, pero… ¿de tantas?
Si no confían en las redes está bien, pero y su servicio de inteligencia ¿no sirve? ¿No funciona? ¿No es creíble? De ser así ¿por qué lo mantienen en funciones en lugar de disolverlo y formar otro confiable y entrenado? Qué vergüenza para los hombres y mujeres que lo conforman, quedaron como imbéciles ante la ciudadanía.
Es de risa que el gobernador salga y diga que no sabe qué pasa en el estado que gobierna o la razón por la que en la UAZ las clases fueron en línea tras una doble jornada violenta en diversos puntos del territorio estatal y carreteras, de donde provienen muchos alumnos universitarios; por mera sensibilidad o al menos solidaridad se debió apoyar la postura del rector, que tuvo más valor para reconocer el riesgo.
La voz del alcalde de Valparíso quedó ahogada en un post en el que daba cuenta de los disturbios en su municipio y que exigía a los gobiernos estatal y federal una estrategia eficaz que garantizara “el derecho humano a la seguridad pública”, que restableciera la paz, el orden y el estado de derecho. Fue el único con tal exigencia.
No es posible que mientras decenas de personas, tal vez cientos, fueron afectados durante los bloqueos, incendios y tiroteos del fin de semana pasada, el gobernador no haga un alto en su agenda por el estado, tal vez para tener qué informar en septiembre próximo y que de su oficina de Comunicación Social prioricen información sobre la FENAZA o reuniones en JIAPAZ… No es que no sea importante, pero vivir en paz y con tranquilidad es todavía más importante.
No sólo los operadores de los autobuses y tráileres que fueron quemados en las carreteras zacatecanas el fin de semana fueron los afectados, también quienes quedaron varados a medio camino de su destino, que no llegaron a tiempo a una cita, que perdieron una oportunidad importante, que pasaron minutos u horas muertos de miedo…
Y qué decir de los transportistas, sus empresas perdieron y aunque muchas pueden estar aseguradas, hay cosas que no se recuperan, como el tiempo y la confianza para hacer de Zacatecas una ruta de traslado de mercancías y pasajeros; vi en redes que algunas paqueterías ofrecían disculpas a sus clientes por el retraso en sus entregas y yo me pregunto, si uno de esos camiones incendiados era de paquetería ¿cuántos paquetes únicos, con valor sentimental o económico, se perdieron? ¿A quién se reclama la pérdida?
Entonces, eso que afirmó el secretario de Seguridad Pública de que se blindaría Zacatecas, ¿fue mentira? O de plano el blindado fue sólo de saliva y en su imaginación… perdón pero sólo Kalimán en sus aventuras de historieta podía tener una protección efectiva con el poder de su mente.
Luego, salen a decir que la ola violenta obedece a que los grupos criminales se están desquitando por la detención de cabecillas o como les dicen pomposamente de “objetivos prioritarios”, de ser así, cuándo ocurrieron las detenciones, si apenas agarran a un vulgar ladronzuelo “lo cacarean a todo pulmón”.
Lo cierto en todo este enredo es que Zacatecas no merece lo que le está pasando, tal vez no es culpa del gobierno que la delincuencia –reconocida por el gobernador como organizada e inteligente– azote al territorio, pero sí es su obligación contener la violencia y hacer sentir a los gobernados que no están solos, que hay autoridad y determinación para combatir al crimen.
Quedó claro que ni los regaños de las abuelas ni la política de besos y abrazos fueron suficientes para acabar con tanta inhumana atrocidad y menos se logrará con un gobierno que pretende tapar el sol con un dedo. Bien dice mi abuelo, “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Es una vil mentira que en el estado no pasa nada cuando la realidad es cruda y desesperante, cuando a nuestro alrededor y en cada entorno ya es casi imposible salir, que le paso a esta ciudad tan bella cuando hace no mucho unos veinte años atrás podías salir en la noche o de madrugada salir de las discotecas y ahora ya ni eso, ya a casa momento son balaceras, personas muertas, la anotados o desaparecidos, se va a leguas a que a este gobierno y pasados les ganó la delincuencia y del cual le mienten a todo mundo, que al presidente de la República en turno diga sandeces y mentiras queriendo tapar el sol con un dedo cuando ni los abrazos sirven de nada, aquí es tomar al toro por los cuernos y enfrentar a toda costa el virus que ha hecho de esta ciudad un campo de guerra, cuando cambiará, cuando el o los gobiernos dejen de ayudar a esas personas y vean el daño que le hacen al país y al mundo entero por tener el poder, entonces así podría cambiar.