Siempre lo que es más cercano y afecta directamente, lastima más a las personas. Días atrás, vimos con horror los narcobloqueos y los ataques a la población que la delincuencia organizada perpetró en Jalisco, Guanajuato y Chihuahua. De alguna manera fueron hechos violentos “ajenos” a nuestra entidad. Y así los percibimos.
Este fin de semana, la situación cambió. Zacatecas experimentó en carne propia el terror que los grupos armados infunden en la sociedad, con las agresivas manifestaciones de poder, traducidas en la dispersión de dispositivos “ponchallantas”, despojo y quema de vehículos, asesinato de un chofer, bloqueos carreteros y balaceras en comunidades.
Como el sábado la reacción policiaca no fue contundente, los civiles armados, con toda impunidad, el domingo repitieron la violencia.
Los videos y las gráficas que circularon en medios de comunicación y redes sociales mostraban un Zacatecas incendiario, igual que sucedió en Jalisco, Guanajuato y Chihuahua. Pero esta vez, sí fue nuestra tierra y sí destruyeron el patrimonio de nuestra gente.
Sobre los acontecimientos violentos, el Gobernador David Monreal en declaraciones reconoció que la delincuencia sí está organizada y es inteligente. Lo que quiso decir es que van delante de las acciones gubernamentales y por eso las autoridades estatales no la han podido contener y garantizar la seguridad de las y los zacatecanos.
Peor aún, con su fallida estrategia de “abrazos, no balazos” y el respeto a los derechos humanos de los delincuentes, el gobierno federal no aporta a la solución de la violencia que afecta a todo el país, demostrando que las corporaciones de seguridad ni están organizadas ni usan la inteligencia.
El grave temor que generaron los grupos armados, que según dijo el Secretario de Seguridad fue por la detención de más de 90 objetivos prioritarios, hizo que la población alzara la voz para exigir la suspensión de clases. El Gobierno del Estado no escuchó e hizo que la infancia acudiera a las aulas. Y con un regaño público al rector de la UAZ, por haber suspendido las clases, lo obligó a retomarlas. Adiós a la autonomía universitaria.
Con conocimiento de causa, le digo al Gobernador David Monreal que Zacatecas sí atraviesa por una grave situación de inseguridad; que las acciones implementadas por el Secretario Adolfo Marín son insuficientes y debe ser destituido de su cargo; y que en el Congreso de la Unión tiene a zacatecanas y zacatecanos de oposición que estamos dispuestos a sentarnos a dialogar y llegar a acuerdos en favor de la población, conseguir mayores presupuestos y fortalecer a la entidad y sus municipios.