Este fin de semana, después de su visita a nuestro estado, el Presidente Andrés Manuel López Obrador también visitó Durango, Nayarit y Jalisco para continuar con la presentación y firma de los “planes de justicia para el pueblo” que se han venido acordando desde septiembre del 2021.
Los planes de Justicia son producto de una serie de reuniones, mesas de diálogo y asambleas plenarias realizadas en diferentes entidades; en las que el Presidente se ha reunido con las autoridades y conocer a fondo sus necesidades.
Estos planes tienen como principal objetivo atender las demandas de los pueblos que durante años han sido ignoradas, como acceso al agua, mayor infraestructura, la recuperación de sus tierras, el respeto a sus zonas sagradas y creencias, el fortalecimiento de sus formas de organización y reconocimiento a sus comunidades, así como el implemento de programas sociales y por supuesto, tratar de garantizar la seguridad.
El año pasado comenzaron estos encuentros que han alcanzado la presentación para ya varios pueblos originarios, el 21 de septiembre de 2021 se presentó el del pueblo Yaqui, el 20 de mayo se presentó el plan para los pueblos Yoreme, Mayo y Guarijío en Sonora, el 22 de mayo se anunció el Plan de Justicia Seri, también en Sonora; el pasado 22 de junio, el gobierno federal y la comunidad Rarámuri comenzaron las mesas de diálogo para definir un plan de justicia y este fin de semana se presentaron los de los pueblos Wixárika, Nayeri y O’dam.
No son temas que la prensa o la agenda mediática consideren de relevancia y lamentablemente, estos eventos no han tenido el impacto que se merecen, pues uno de los llamados más importantes que se han hecho, además de los que ya mencionamos al principio, es la lucha contra el racismo en nuestro país.
El racismo en acción es sinónimo de discriminación y establece discursos y prácticas que denigran la dignidad de las personas, el racismo asila corrupción y complacencia de muchos, entre ellos el Estado, pero sobre todo el racismo inhibe el ejercicio efectivo de derechos.
A pesar de que en México el silencio ha sido compañero del racismo, su presencia ha sido cada vez más consistente en los últimos años en los recuentos de violaciones a derechos humanos.
Por ello la importancia de la presentación del acuerdo de estos planes que pretenden al menos iniciar con desaparecer las brechas de desigualdad, reconocer y respetar la diversidad de culturas, así como garantizar salud, educación, respeto y todos los elementos necesarios para que los pueblos indígenas puedan desarrollarse de la manera más digna posible que se merecen.
Somos parte innegable de estas culturas milenarias que formaron el mestizaje del que la mayoría de mexicanos descendemos. Que en estas próximas fiestas patrias no olvidemos a los pueblos que nos dieron origen y hacen que nuestro país sea el México de hoy. El racismo en México existe y no desaparecerá hasta que no lo reconozcamos.