A todos nos da alegría la presencia de lluvia. Después de una temporada de sequía, donde en algunos lugares ha faltado este vital líquido, quizás esto nos hace valorar el poder abrir una llave y tener agua para nuestras necesidades básicas.
Históricamente las culturas prehispánicas tenían un vínculo especial con el agua, los actuales pueblos indígenas de México son herederos de las tradiciones, creencias y costumbres de nuestros ancestros. Su relación con la naturaleza es sagrada, especialmente con la tierra, el agua, fuego y viento. La Comisión Nacional del Agua realizó un estudio sobre la relación entre los pueblos indígenas y este vital recurso y encontró 10 deidades prehispánicas relacionadas con el agua:
Chachiutlicue. La que tienen su falda de jade. Para los mexicas, era la diosa de los lagos y corrientes de agua, fue considerada como la más importante protectora de la navegación costera en el México antiguo.
Chaac. Deidad maya asociada al agua y la lluvia. Era invocada para obtener abundancia en las cosechas, moraba en cuevas y cenotes, los cuales eran portales a Xibalbá (inframundo maya). En sus representaciones se le caracteriza por poseer una larga trompa y un hacha con la que provocaba los truenos en el cielo.
Tláloc. Néctar de la tierra. Para los antiguos mexicas era el encargado de las lluvias y se hacían diversas ceremonias para honrarlo, Fray Bernardino de Sahagún y Alfredo Chavero lo describen como el dios del rayo, lluvia y de los terremotos.
Pita Cocijo. Divinidad Zapoteca de la lluvia y la tormenta. Se puede comparar con el Chaac de los mayas y al Tláloc mexica. Algunas veces aparece con una vasija entre las manos, así como una máscara que le rodea los ojos, con colmillos y lengua bífida.
Dzahui. Dios mixteca de la lluvia y su principal patrono. Esta civilización se consideraba como el “nñuu Dzahui” (pueblo de la lluvia). Pensaban que Dzahui los protegía, pero fue petrificado cuando el sol (Ndicahndi) apareció en el firmamento.
Amimitl. “Dardo de Agua”. Dios mexica de lagos y pescadores que calmaba las tempestades, era adorado en Cuitláhuac, una isla del lago de Chalco.
Huracán. “Una pierna”. Es uno de los dioses fundadores de la vida para los mayas. Dios de las tormentas, del viento y del fuego, por lo cual era muy temido, se representa en forma humana, pero con la cola de serpiente y rasgos de reptil. Provocó el gran diluvio maya que destruyó todo lo que construyeron los primeros hombres.
Metzabock. “Hacedor de los truenos y de la lluvia”, deidad lacandona antiguamente conocida como Men – Sabk (el hacedor de hollín). Los lacandones pensaban que los ayudantes de Metzabock regaban el hollín encima de las nubes, de donde adquirían su color negro antes de llover.
Yuku. Dios de la lluvia para los yaquis. Cuenta la leyenda que esta deidad dejó sin agua a los ocho pueblos principales. Los yaquis mandaron al gorrión a convencer a Yuku para que les diera agua, luego a la golondrina, pero sin éxito; finalmente, el sapo Bobok adquirió una alas de murciélago y engañó al dios para que dejara caer la lluvia sobre la tierra.
Cuerauáeri. “Nuestra Abuela”, Madre Tierra. Para los purépechas es la diosa que tiene el poder de crear al hombre y todas las cosas. Ella manda las nubes y las lluvias para que crezca el maíz, pero si se enoja, ella envía hambrunas y marca el fin de la existencia.
Como ves, la interpretación, la manera de llamarlos, o bien el fenómeno que se presenta antes del evento, es considerado como el país de la tranquilidad. Recuerda que siempre ha estado presente el cuidado del agua, cómo llega este líquido a nosotros y los desastres naturales que se causa en nuestra cultura.