¿Hasta cuándo los gobiernos federal y estatal actuarán para detener la cruenta violencia que afecta a Zacatecas? Porque en cuatro años del actual gobierno de la República los abrazos no han sido suficientes para pacificar al país y nuestra entidad.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador debe estar muy, pero muy agraviado por el reciente homicidio del General Silvestre Urzúa Padilla, coordinador de la Guardia Nacional en Zacatecas, cuando encabezaba un operativo en Pinos, para detener a policías municipales que en patrullas secuestraban a civiles.
En enfrentamiento directo y certero, la delincuencia organizada abatió al alto mando de la Guardia Nacional, corporación insignia de la 4T y por la que el grupo oficialista en la Cámara de Diputados aplicó la aplanadora para aprobar su integración a las fuerzas armadas y su permanencia en las calles hasta el 2028 para realizar acciones de seguridad.
El crimen contra el General Urzúa es un abierto desafío a la Presidencia de la República y a las fuerzas armadas, que podría provocar la reacción militar.
Quienes integramos los Grupos Parlamentarios del Partido Acción Nacional (GPPAN) en el Congreso de la Unión lo advertimos en su momento y hoy el tiempo nos da la razón: la militarización del país no era el camino. La Guardia Nacional debía permanecer como una corporación civil de seguridad pública.
De nada servirá la militarización del país ni el Plan Zacatecas II mientras se mantenga la estrategia fallida de “Abrazos no balazos”. Nuestra entidad es un cementerio y una cadena de pueblos fantasmas. Los habitantes son víctimas de intimidación, desapariciones forzadas, secuestros y homicidios. Sino, preguntemos a pobladores de la comunidad El Durazno, Jerez, quienes el lunes se manifestaron en Plaza de Armas para pedir auxilio, porque ya no pueden más.
A un año del Plan Zacatecas los resultados son nulos. Las estadísticas muestran que en los últimos 12 meses se cometieron 1,322 homicidios dolosos. Además, se asesinó a 54 policías, la mayoría en su día de descanso, cuando estaban desarmados y acompañados de sus familias.
Datos de la organización México Evalúa indican la gravedad de la impunidad en Zacatecas, donde quedan sin castigo casi el 100 por ciento de las desapariciones, asesinatos, extorsiones, robo simple, narcomenudeo, violaciones, feminicidios y secuestro.
En nuestra entidad se mata a 17 mujeres al mes. Hay casos, como el registrado el 23 de noviembre, cuando fueron acribilladas cuatro: una niña de un año y otra de 10, que jugaban en la calle, vigiladas por una adulta y una joven. La última murió. Lamentables hechos con los que Zacatecas conmemoró, esa misma semana, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Definitivamente, urge y exijo el cambio de estrategia de seguridad.