Levanto la voz por las personas que el domingo sufrieron la violación de su derecho al libre tránsito y que perdieron su patrimonio a manos de la delincuencia organizada, porque las autoridades federales y estatales no pudieron hacer cumplir el precepto marcado en el Artículo 11 de la Constitución Mexicana y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Mi preocupación no es sólo por la paralización de todo el transporte público foráneo hacia Zacatecas, los 8 bloqueos, el incendio de 18 vehículos y la agresión que sufrieron las personas que circulaban por las carreteras, que unen entre sí poblaciones zacatecanas y al propio estado con Jalisco, Durango y Coahuila.
Mi preocupación es porque las autoridades no fueron capaces de garantizar a la población su derecho al libre tránsito. Y también, porque la SEDENA, Guardia Nacional y la Coordinación Estatal de Seguridad, en un posicionamiento tras los hechos, pidieron a las y los conductores “extremar precaución”. La solicitud sonó a reconocimiento implícito del fracaso para combatir al crimen organizado. Entonces, ¿de qué ha servido la llegada a Zacatecas de miles de elementos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano?
Ante esos hechos y la proximidad de la época navideña, me surge la intranquilidad de cómo los gobiernos federal y estatal garantizarán el libre tránsito y la seguridad física y patrimonial de los miles de paisanos zacatecanos, y de otras entidades, que en las próximas semanas circularán por nuestras carreteras para visitar a sus familiares y llevarles regalos.
Las y los migrantes, esos que tuvieron que dejar su tierra porque no encontraron oportunidades o fueron víctimas de la inseguridad, en lo que va de este año han enviado a Zacatecas remesas por alrededor de 1 mil 300 millones de dólares, equivalentes a cerca de 4.4 millones diarios. Con esas cantidades se romperá el récord de años anteriores.
Solicito que en esa misma proporción de colaboración de los migrantes sea la respuesta de las autoridades de los tres niveles de gobierno para garantizarles que su tránsito y estancia en Zacatecas sea segura y confortable.
Mi compromiso con la población migrante es continuar trabajando desde la Cámara de Diputados por reconocer sus aportaciones, su amor a Zacatecas, generar oportunidades para las familias que dejaron, por lograr el desarrollo de sus comunidades de origen y por exigir seguridad.
Antes de concluir, doy mi pésame al pueblo de Zacatecas por los certeros y lastimosos asesinatos del Coordinador de la Guardia Nacional en el estado, José Silvestre Urzúa; y del Juez de Control, Roberto Elías Martínez. En hechos separados, ambos perdieron la vida a manos de la delincuencia que azota a la entidad. Exijo que ningún homicidio quede en la impunidad.