Candelaria es un nombre de origen latino, de la palabra candēla, candēlae, que significa cirio, (vela hecha de cera o de cebo), procedente de candeo, candeui (arder, estar candente, brillante). En la Enciclopedia Católica dice que: “la cera pura extraída de las flores por las abejas simboliza la carne pura de Cristo recibida de su Madre Virgen, la mecha significa el alma de Cristo y la llama representa su divinidad”.
Litúrgicamente la Iglesia católica celebra el nacimiento de Jesucristo el 25 de diciembre y, 40 días después de la Navidad, es decir, el 2 de febrero, van al Templo de nuestra Señora con el niño Jesús. La Santísima Virgen, para su purificación y la presentación del niño Jesús en el Templo. Este misterio se relaciona con la bendición de las velas de la Virgen de la Candelaria.
Según la ley de Moisés, una mujer era ritualmente impura durante 40 días después de dar a luz. Por lo tanto, María y José llevaron a Jesús al Templo para presentarlo al Señor y ofrecer un sacrificio para la purificación. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma (Lucas 2, 23-24).
Simeón, un profeta muy anciano, había recibido la promesa de que él no moriría sin ver al Mesías, él estaba muy anciano, ya prácticamente para morir y él va al templo justamente el mismo día en que Nuestra Señora lleva al niño para presentarlo al Señor y ella purificarse.
Monseñor João Clá Día, fundador de los Heraldos del Evangelio, en su obra “¡María Santísima!, El Paraíso de Dios revelado a los hombres”, afirma que Nuestra Señora fue al Templo por humildad, porque ella no tenía que purificarse, ella estaba más que purificada por el hecho de haber recibido en sí al Salvador, pero por humildad, ella cumplió con la Ley de Moisés, presentar el niño al Señor era como presentar al niño Jesús al padre Dios, siendo presentado por la Virgen a aquel Niño que era la segunda persona de la Santísima Trinidad.
Sucedió que quien celebró este misterio, fue Simeón como sacerdote, quien recibió la visita de la Sagrada Familia en el Templo, Simeón tomo al niño en sus brazos y ahí proclamó el himno que se reza en la liturgia de las horas conocida como el oficio divino, que dice: “Y este niño será luz para las naciones, luz para el pueblo de Israel, y ahí es que nace esa costumbre de que el día que el niño Jesús es presentado como luz para las naciones llevemos velas y las encendamos como símbolo de esa luz que el profeta Simeón proclamó cuando el niño fue presentado en el Templo.
Esto es un breve relato de este misterio. También hay algunos autores que dicen que cuando la Virgen fue con el niño a presentarlo, aparte de lo que pedía la Ley de Moisés, que era llevar un cordero y unas tórtolas, también llevó velas. Desde entonces, el 2 de febrero se llevan velas a la iglesia a bendecir, también se acostumbra presentar la imagen del niño Dios a bendecir.
Sincretismo entre la cultura prehispánica y católica
Durante la Conquista en México, muchos pueblos indígenas rendían culto a sus propios dioses. Uno de sus rituales era la celebración del inicio del Atlacahualo (palabra del náhuatl que significa “lo que deja el agua” y simboliza “el regreso de la fertilidad y la vida”), en febrero, fecha en la que se riegan los campos y se rinde tributo con mazorcas de maíz (que servirán de semillas para la próxima temporada de siembra), a los dioses Tláloc y Chalchiuhtlicue para tener buenas cosechas.
La fecha del inicio del Atlacahualo y la purificación de la Virgen María y la presentación del niño Jesús coincidieron, circunstancia que los españoles aprovecharon para continuar con la evangelización de los pueblos indígenas y transformar sus rituales en costumbres que ayudaran al proceso de catequización. Con el paso del tiempo, la celebración católico-prehispánica fue evolucionando y transformándose en lo que ahora conocemos como Día de la Candelaria.
Durante las celebraciones del inicio del tiempo fértil de la tierra, los mexicas rendían tributo a Tláloc y Chalchiuhtlicue regalando maíz y posteriormente tamales. Una vez que ocurrió el sincretismo cultural entre los pueblos prehispánicos y la religión católica, los tamales se preparaban para servirse en las reuniones del 2 de febrero después de acudir a la iglesia.
En la obra de Fray Bernardino de Sahagún, “Historia General de las Cosas de Nueva España”, relata que cuando los españoles llegaron a Mesoamérica, a principios del siglo XVI, los pueblos originarios celebraban la fiesta de los tlaloques en honor del dios de la lluvia, al inicio del ciclo agrícola y acostumbraban consumir tamales en esa y otras festividades.
La tradición
El Día de la Candelaria es una de las tradiciones de la religión católica más antiguas en México y se celebra cada 2 de febrero. Después de la Navidad, el 6 de enero sigue la partida de la rosca de Reyes, la cual representa el circulo infinito del amor a Dios; las frutas secas cristalizadas que adornan el pan simbolizan las joyas en las coronas de los Reyes y el muñequito escondido, representa al niño Jesús.
Quienes encuentren en su rebanada de rosca un muñequito que representa al niño Dios, deberán invitar los tamales y el atole, chocolate o café, el día de la Candelaria. El origen de comer tamales ese día es ambiguo, se cree que deriva de las costumbres prehispánicas, ya que el maíz era su principal sustento y tenía un significado simbólico, de ahí que consumían este alimento preparado a base de masa de maíz cocida, rellena con salsa o algún tipo de carne, envuelta en hojas de la mazorca y cocida al vapor.
La palabra “tamal” proviene del vocablo náhuatl “tamalli”, que significa “envuelto cuidadoso”, éstos se preparaban y consumían para agradecer la fertilidad de la tierra y como ofrenda a los muertos. El consumo de los tamales perduró hasta nuestros días y actualmente existe una gran variedad de tamales de acuerdo a cada región y que forman parte de la gastronomía mexicana. A comer tamales.
Cuanto conocimiento e información sobre el tema, muchas gracias por compartir y a buscar a los que deben los tamales para que se pongan a mano
Muy bien documentado en todos los aspectos.
Gracias por compartir.
Saludos Dina Velazquez !!!
Gracias por la manera tan sencilla y natural de narrar sucesos que parece conocemos pero que siempre hay algo más ….
Licenciada Dina, muchas felicidades por su columna, siempre profesional, muy bien documentada, interesante. anena y muy ilustrativa.
*amena