Las cifras no mienten. Zacatecas está azotado por la desaparición de personas. Las familias zacatecanas son lastimadas por la delincuencia organizada, que les arrebata integrantes, sin miramientos ni remordimientos.
Muchas de esas familias viven en la zozobra de no localizar a sus seres queridos. Como lo es el caso con el que concluimos el 2022, porque el 31 de diciembre desapareció el abogado Raúl Calderón Samaniego, de 37 años, cuando pasaba por Villanueva. Lamentablemente, este lunes 2 de enero, fue localizado sin vida y con impactos de bala, en su domicilio, ubicado en Zacatecas.
Días antes, y también en una fecha muy significativa, el 25 de diciembre, supimos de la desaparición de cuatro jóvenes: las hermanas Daniela y Viviana Márquez, su prima Paola Vargas y José Gutiérrez, novio de una de ellas, quienes celebraban la Navidad. Continúan desaparecidos. Perdieron contacto cuando viajaban por la carretera federal 23 a Colotlán, Jalisco.
Estos jóvenes forman parte de las estadísticas que afectan a México. De acuerdo al Registro de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), desde el 15 de marzo de 1964 al 3 de enero de 2023, el país contabiliza 269 mil 526 casos. Aunque son 59 años, las cifras comenzaron a crecer desde el 2007 y los últimos cuatro años son los más brutales.
La misma situación se replica en Zacatecas. Los índices más graves de desapariciones se concentran en el 2021 y 2022. Los datos de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) indican que hasta hoy el estado tiene una cifra de expedientes por desapariciones de 5 mil 071. ¡En verdad es muy grave!
De esa cantidad de zacatecanas y zacatecanos, 1 mil 743 están en calidad de desaparecidas; 1 mil 567, como no localizadas; y 266, fueron halladas muertas. Es decir 3 mil 576 familias están en la zozobra; y sólo 1 mil 495 de las víctimas fueron localizadas vivas.
Llamo a los gobiernos a actuar y sensibilizarse por el dolor que embarga a las y los zacatecanos. También pido a las personas extremar precauciones cuando viajen por las carreteras estatales: procuren hacerlo de día, manteniendo comunicación permanente con sus familias o viajar en grupo.
No nos queda de otra, más que cuidarnos nosotras y nosotros mismos ante la grave inseguridad que azota a Zacatecas.
Para concluir retomo las palabras que la hermana de Raúl emitió en Facebook para mostrar la impotencia de encontrarlo muerto: “Frío y devastador 2023. Mi corazón está destrozado, mi tristeza ya forma parte de las estadísticas”.
Nadie merece la tristeza de que le asesinen a un ser querido en plenitud de la vida, trabajador, con un presente y futuro brillantes.