Este jueves, Fresnillo fue declarada «Ciudad Histórica», sobran razones para ello. El Real de Minas del Fresnilllo comenzó su andar hacia 1566 con el descubrimiento de las minas de San Demetrio, conocidas actualmente como Plateros.
El desarrollo de Sombrerete y San Martín propició la extensión del Camino Real de Tierra Adentro y el aumento del tránsito de mercaderes, soldados, mineros y frailes hacia el norte. Este trajín llenó de gente el tramo entre Sombrerete y Zacatecas. Uno de esos caminantes, Diego Hernández de Proaño, ubicó y exploró un cerro, desde entonces conocido como Proaño, situado a una legua de lo que serían las minas de San Demetrio. Esta legendaria montaña, venero inagotable de plata, se constituyó en emblema de lo fresnillense.
Fresnillo tomó su nombre por un pequeño fresno que regalaba su sombra a los cansados viajeros y que estaba ubicado muy probablemente donde hoy se encuentra la parroquia de La Purificación.
Durante el siglo xvi, el camino hacia el norte y la región de Fresnillo fue merodeada por chichimecas que combatían a los españoles, se creía que Fresnillo podía despoblarse por causa de esos ataques. Pero a comienzos del siglo xvii, las doce haciendas de minas propiciaron el ascenso y proceso de estabilización de la minería local.
A mediados del siglo xviii se presentó una severa crisis debido a la inundación de las minas, prácticamente se paralizó la industria argentífera. En 1786, Fresnillo se convirtió en la sede de una de las subdelegaciones en que se dividió la Intendencia de Zacatecas.
En la víspera de la Independencia, la producción minera bajó considerablemente, en cambio, su conformación urbana y la ganadería se consolidaron.
En la Constitución local de 1824 Fresnillo fue distinguido con la categoría de cabecera de partido y en 1832 la Legislatura le concedió la calidad de Ciudad.
En 1853 se creó la Escuela de Minería. En enero de 1867 con gran júbilo los fresnillenses recibieron al presidente Benito Juárez en su camino a Paso del Norte. Luis Moya tomó la plaza en abril de 1911, Pánfilo Natera hizo lo propio.
La contribución de Fresnillo a la historia y cultura nacional a través de ilustres personajes es igualmente de gran trascendencia. José González Echeverría, José María Vázquez (quien combatió al lado de González Ortega en Calpulalpan y contra los franceses), Luis G. Ledesma (autor de la regocijante “Musa Festiva”), Manuel M. Ponce, Francisco Goitia y Tomás Méndez, son solo algunos de sus hijos predilectos.
Por todo ello, ¡felicidades Fresnillo, Ciudad Histórica!