Las elecciones del pasado domingo en el Estado de México y Coahuila son muy importantes por varias razones:
- La geografía política nacional quedó definida para la elección presidencial del próximo año: el PRI llegará al 2024 gobernando solo dos Estados (Coahuila y Durango) con 5 millones de habitantes (ni siquiera el 4% de la población total del país). Movimiento Ciudadano con otros dos Estados (Jalisco y Nuevo León) con 14.3 millones de habitantes. El PAN con cinco Estados (Chihuahua, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Yucatán) donde habitan 16 millones de mexicanos. Y Morena gobernando 23 Estados con 95 millones de habitantes (casi el 75% de la población nacional). Si a eso agregamos que Morena detenta el gobierno federal, el pronóstico es obvio, el aparato oficial será aplastante.
- El domingo acudió a las urnas en el Estado de México el 50% de los electores y en Coahuila el 56.35%, la abstención sigue siendo el reto a vencer de todas las fuerzas políticas.
- La organización de los dos procesos fue impecable, se instaló prácticamente la totalidad de las casillas, los incidentes fueron menores, los votos se computaron con gran rapidez y tuvimos resultados oficiales confiables el mismo día, la conclusión es evidente, tenemos un órgano electoral extraordinario, no hay que debilitarlo.
- El prietito en el arroz, lamentablemente, fue el abierto e ilegal proselitismo del presidente y algunos altos funcionarios, eso empaña y pone en grave riesgo cualquier proceso democrático.
- Con la llegada de Delfina Gómez al palacio de gobierno de Toluca sumarán diez las mujeres gobernadoras, es tiempo de las mujeres.
- A un año de la elección presidencial Morena tiene por lo menos tres precandidatos fuertes y bien posicionados por sus anticipados actos de campaña, a la oposición en cambio no se le ve ninguno verdaderamente competitivo, hasta su alianza está en riesgo, el PRI tiene demasiados negativos y el PRD está a nada de perder el registro, por su parte Movimiento Ciudadano insiste en ir solo.
- Así las cosas, a pesar de la inseguridad y la polarización que azota al país, todo apunta a que, si no ocurre nada extraordinario, la 4T nos seguirá gobernando por lo menos hasta el 2030; la gran incógnita es si esa innegable base social le alcanzará para obtener mayoría calificada en el Congreso de la Unión, o sea 330 Diputados Federales y 85 Senadores.
Yo espero que no, en una República es saludable que existan equilibrios y contrapesos, concentrar todo el poder en una sola persona o un solo partido, sería una preocupante regresión.